Llega
el octavo episodio de Juego de Tronos
presentando el nivel que todos deseábamos ver desde hace tiempo. Sin duda hay
capítulos anteriores que han alcanzado un gran clímax, pero el de esta semana
probablemente sea el mejor capítulo de toda la serie. Además, según la
dirección que toma, la trama central se sitúa en el norte con el devenir de Jon
Nieve. Si no has leído el recap anterior, clica aquí.
Miguel
Sapochnik, al igual que en el capítulo anterior, es el encargado de avanzarnos
más detalles sobre las distintas tramas que engloba. En primer lugar arrancamos
en Desembarco del Rey, donde se aprecia a una demacrada Cersei Lannister en su
celda. No la habíamos visto en estas condiciones en las cinco temporadas, pero
el Septón Supremo está revolucionando la capital y Cersei no iba a ser menos en
sufrir las consecuencias. Y más con sus antecedentes.
También
se muestra un pequeño avance en Invernalia, pero al igual que la anterior, el
peso que establece Sapochnik es ínfimo respecto a las dos vertientes
principales. La primera de estas se encuentra en Meereen, con el encuentro
entre Tyrion Lannister y Daenerys Targaryen. Como era de esperar, el carácter
sutil de Tyrion aflora para convencer a la Madre de Dragones de que es el
consejero más valioso que pueda tener. En base a la conversación entre dos de
los personajes más queridos de la serie, parece que sus destinos se alejan por
un tiempo de Poniente, por lo que el objetivo de lograr el trono de hierro
tendrá que esperar. Todo indica que Tyrion la proporcionará los valores más
adecuados para convertirse en la justa reina que desea ser.
Otra
de las tramas que apenas avanza se sitúa en Braavos con el transcurso de Arya
en convertirse en una persona “sin rostro”. Jaqen H’gar trata de confiar en su
transformación y la manda a relacionarse al exterior con otra identidad.
Resulta ciertamente equívoca la inclusión de esta trama ya que tampoco muestra
grandes progresos.
Finalmente
llegamos a la mejor parte del episodio, que se encuentra en el norte con la
búsqueda de los clanes salvajes restantes por parte de Jon Nieve y Tormund. En
su llegada, el recibimiento es el que esperaban basado en la desconfianza por
la alianza formada entre Tormund y el Lord Comandante de la Guardia de la
Noche. La explicación es clara y concisa, unirse para combatir a los caminantes
blancos. Sin embargo, cuando todo parecía que la situación quedaría así, se
produce un giro inesperado que cambiará el devenir de la serie. Aparecen de
repente los caminantes blancos. En este
momento se genera una de las batallas más inesperadas y sorprendentes, sobre
todo por la difícil forma de hacer frente a los caminantes blancos. Por
momentos, sin palabras. Además resulta ciertamente parecido la relación con la batalla
de los Cinco Ejércitos que se produce en ElHobbit, aunque en este caso se trata de la raza de los hombres, los
salvajes y los caminantes blancos.
Durante
la batalla hay una serie de escenas que dejan boca abierto al espectador como
la lucha producida entre Jon y un general del ejército de los caminantes, la
rapidez con la que éstos pasan por encima de sus oponentes o el estruendo
silencio final que se produce cuando todos los muertos se levantan a la orden
de otro general de los caminantes blancos.
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