Une heure de tranquillité
Año:
2014
Fecha de estreno:
26 de junio de 2015
Duración:
79 min
País:
Francia
Director:
Patrice Leconte
Reparto:
Christian Clavier, Carole Bouquet, Valérie Bonneton, Rossy de Palma, Stéphane De Groodt, Sébastien Castro
Distribuidora:
Vértigo
¿Egoista?... ¿Michel? Él sólo
quiere una hora de tranquilidad para poder escuchar ese vinilo
exclusivo que acaba de encontrar en un mercadillo. Cuando llega a
casa, nadie le dejará en paz. Confesiones de su mujer y su mejor
amigo, una amante arrepentida, un hijo con tendencias solidarias,
unos vecinos fiesteros, unos obreros polacos pepegoterianos... todos
parecen confabularse para impedirle disfrutar de dicha tranquilidad a
pesar de que Michel pone todo su empeño en dedicarse tiempo a sí
mismo.
La
comedia frenética No molestar
supone el retorno de Patrice Leconte al humor tras el drama de época
La Promesa. Adaptación
de la obra de teatro de Florian Zeller Une heure de
tranquilité, en el salto a la
gran pantalla ha conservado ese marcado acento teatral en tanto que
la trama se basa en los diálogos y se desarrolla casi en su
totalidad en un sólo escenario -por eso notamos reminiscencias de
otras comedias "galas" de guerras dialécticas como Un
Dios salvaje o El
nombre.
La
hilaridad viene marcada por una continua exageración extrema de las
situaciones que tienen lugar en la casa de Michel. Tanto los
personajes como los desencadenantes en sí son hiperbolizados en pos
de arrancar desde la raíz cualquier migaja humorística. En mi
opinión, esto puede funcionar durante los primeros minutos pero el
guionista se deja llevar por esa tendencia hasta rozar lo absurdo,
logrando el efecto contrario. Conforme pasan los minutos, tanto
enredo, tanto personaje, tanto chiste fácil, provoca una
sobresaturación que eclosiona en un suspiro de insatisfacción.
La
frase promocional para vender la película es "La nueva comedia
del protagonista de "Dios mío, ¿pero qué te hemoshecho?". A nuestro
compañero también aquella le pareció una comedia de mal gusto como
me lo parece esta a mí. El rizar el rizo por encima de lo
rocambolesco conlleva que la risa, ni siquiera un pequeño rictus,
aparezcan por el rostro. Y el pobre Christian Clavier, histriónico
-aunque menos que sus compañeros de reparto- y pasado de vueltas,
danza con un personaje feo, de complicada empatía, egoista,
charlatán y prepotente. Lo mejor, como casi siempre, el papel de
nuestra querida y carismática Rossy De Palma como esa chacha metiche y mal hablada.
4/10
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