De Toutes nos forces
Año:
2013
Fecha de estreno:
26 de Junio de 2015
Duración:
95 min
País:
Francia
Director:
Nils Tavernier
Reparto:
Jacques Gamblin, Alexandra Lamy, Fabien Héraud, Sophie de Furst, Pablo Pauly,Xavier Mathieu, Christelle Cornil
Distribuidora:
A Contracorriente Films
¿Ha visto alguna vez una película de superación personal,
donde el protagonista se enfrenta valientemente a la adversidad y combate contra
viento y marea para alcanzar su meta? ¿Muchas veces, verdad? ¿Y si se le agrega
una suerte de conflicto familiar que obstaculice las cosas? ¿Sigue sonando
conocido? ¿Y si la cinta va de deportes, particularmente una titánica prueba
atlética casi imposible de superar? ¿Y si metemos de por medio alguna
discapacidad? ¿No hay caso? Pues ni modo. El espectador posiblemente ya haya visto
“Con todas nuestras fuerzas” antes de su estreno, y no precisamente pocas
veces. Bastará leer la sinopsis para saber todo sobre este drama, pues el
rutinario guión de la película de Tavernier depara pocas sorpresas para los
espectadores que tengan el temple necesario para no llegar dormidos al final.
La corta nómina de virtudes que exhibe “Con Todas Nuestras
Fuerzas” empieza y acaba con “Honestidad”. En efecto, no hay trampa, no hay
nada que permita a los espectadores pensar que van a ver algo diferente a lo
que la película es, por lo que no hay potenciales víctimas entre los incautos. Es
una película de corte motivador, con todo lo que se puede esperar de una cinta
facilona de deportes y no se vende como otra cosa. Y eso es todo lo bueno que
se puede decir de la cinta, pues incluso para los estándares de este tipo de
producciones, la película se muestra paupérrima en casi todos sus aspectos.
Mientras veía los eternos 95 min de esta cinta, se me venía
a la cabeza otra de similar temática y de similar mediocridad; hablo de Acero
Puro con Hugh Jackman como protagonista. En esta película existía un problema
similar padre e hijo y la prueba deportiva mutaba en lucha de robots CGI
gigantes. Quizá ese velo que provocan los efectos especiales, que permiten
aceptar la irrealidad de la cinta y tomarse todo de manera más ligera, es lo
que hizo que Acero Puro se me presentara tan simpática, pese a que sus virtudes
eran más bien pocas y la colección de clichés era muy irritante. En “Con Todas
Nuestras Fuerzas” tenemos los mismos tópicos, los mismos clichés, pero en una
cinta que nos obliga a tomarla en serio, que pone una dura realidad en frente
de nuestros ojos. Entonces, donde funcionaba Acero Puro, la película de
Tavernier fracasa estrepitosamente, pues mientras el desarrollo del drama llega
a mover a risa por lo simplista y calculado del planteo, nunca es la intención
del director reírse con nosotros.
Si la búsqueda de cercanía acaba en fracaso, qué decir de la
lamentable construcción de los personajes. Aquí tenemos a Jullien, adolescente
tetrapléjico con el sueño de participar en la prueba del Ironman de Niza con su
padre, un atleta frustrado que nunca acabó de aceptar del todo bien la
condición de su hijo. No se puede pedir demasiado de personajes pintados con
una brocha tan gorda, pero incluso en otras películas como ésta hemos podido
ver un esfuerzo del guión para hacer que los personajes se transformen de
manera creíble. En la cinta, el padre se niega a hacer la prueba y la forma en
que es convencido de lo contrario parece un chiste. Sin entrar en spoilers, podría
parecer que el director intentó escapar del dramatismo barato y calculado que
podría significar un meloso discurso de los amigos discapacitados de Jullien,
sin embargo esto se descarta cuando vemos que Tavernier no se corta a la hora
de buscar la épica en el giro dramático efectista y la música melosa del final.
Parece que sólo se explica por la falta de talento del guionista para darnos
ese momento dramático que probablemente hubiese sido igual de malo, pero al menos hubiese
hecho avanzar la trama más orgánicamente.
La dirección de Tavernier es de lo más rutinaria, pero
aporta planos bastante espectaculares en el momento en que inicia la prueba del
Ironman, particularmente cuando los miles de participantes se arrojan al mar
para iniciar la etapa de natación. Son unos 4 minutos bastante imponentes,
posiblemente los únicos minutos de cine decente que aportará la cinta en su
pesado andar.
“Con todas nuestras fuerzas” es una prueba más, si hace
falta, de que productos desechables se hacen en todas partes. Incluso en países
de celebrado nivel cinematográfico como Francia. Hay público para todo y por
supuesto que es ese el público que debe ver esta película. Los demás, harían
bien en mantenerse alejados, muy alejados.
3/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario