Tras
el apasionante episodio de la semana pasada, que engrandeció de manera
grandilocuente la pasión por la novela y por la adaptación en la serie, David
Nutter (Expediente X, otros de Juego de Tronos) presenta el penúltimo
capítulo de la temporada titulado como uno de los libros de George R.R. Martin,
Danza de dragones. Y es que si
anteriormente se producía un gran giro de la trama centralizada en el personaje
de Jon Nieve, en esta ocasión el punto de mira se pone en Daenerys Targaryen.
Normalmente,
el noveno capítulo de todas las temporadas dejaba detalles de gran valor como
por ejemplo la espectacular batalla de los Salvajes frente a la Guardia de la
Noche en la pasada temporada. Sin faltar a la regularidad y a la costumbre, el
capítulo se pone a tono sobre todo en lo referente a las situaciones en Meereen
con la Madre de Dragones y en el norte con Stannis Baratheon.
En
cuanto al resto del reparto, el peso que tienen en este metraje es ínfimo.
Después de mantener una dura batalla contra los espectros y caminantes blancos,
Jon Nieve regresa al Muro con los Salvajes que pudieron huir a tiempo. Con
cierto desagrado por parte de los miembros la Guardia de la Noche, tendrán que
convivir juntos y más tarde luchar conjuntamente. Por otra parte, Arya continúa
con el entrenamiento para convertirse en una persona sin rostro. En este
momento es una chica que vende ostras en el mercado, pero de repente se
encuentra con uno de los enemigos de su lista. Se trata del soldado de la
Guardia Real Meryn Trant. Todo indica a que Arya trazará algún plan para
enfrentarse a él.
Otras
de las tramas que avanza en este episodio es la desarrollada en Dorne, aunque
no tiene un poder de atracción ni siquiera parecido a las otras. Recordando lo
sucedido, Jaime Lannister y Bronn se introdujeron en Dorne para llevarse
consigo a su sobrina Myrcella, pero en su intromisión fueron encarcelados.
Continuando con la escasa cohesión, probablemente sucerá lo que ya era predecible,
que Jaime Lannister se saldrá con la suya. Escasa trascendencia lo relativo a
esta trama.
Sin
embargo llegamos a lo más relevante del episodio. Comenzamos por el norte,
donde el ejército de Stannis Baratheon está pasando por grandes penurias. Pronto
se quedará sin alimentos, con una cantidad limitada de hombres y caballos y lo
que es peor, perdiendo la esperanza. Como la mayoría de las personas, cuando
pierde la esperanza, acudimos a los milagros de la fe. Probablemente sea la
última salida que le quede a Stannis, acudir a la llamada del Dios del Fuego y
realizar una de las peores acciones, además de matar a su propio hermano Renly
en el pasado. Haciendo caso omiso de los consejos de Sir Davos, acepta la
recomendación de la mujer de rojo. Sin duda una de las escenas más violentas,
en la que se aprecia la desesperación provocado por las ansias por llegar al
poder.
Por
último nos situamos en Meereen donde se celebran los Juegos, donde los
gladiadores luchan entre sí con tal de satisfacer a la reina. En una ardua
conversación sobre qué es preferente, si la fuerza o la rapidez de los
luchadores, de repente aparece en escena Jorah Mormont. Sus intenciones no son
otras que las ya distinguidas anteriormente, Mormont quiere el perdón de
Daenerys para continuar protegiéndola y sirviéndola como consejero. En una
batalla a muerte entre los luchadores, se genera un ataque en masa de los Hijos
de la Arpía contra la Madre de Dragones. En estas escenas se aprecian momentos
de gran debilidad por parte del ejército de Daenerys, pero también la unión y
la fuerza entre su círculo más cercano.
Una
madre quiere a sus hijos con fervor y los hijos, aunque no lo demuestren
habitualmente, también la quieren y la apoyan en los momentos más difíciles. De
esta forma, cuando la situación no podía ser más complicada, aparece su hijo
para ayudarla. Es increíble la escena en la que llega el dragón y lucha contra
los Hijos de la Arpía, por no hablar del vuelo sobre la ciudad. Verdaderamente,
esto es lo que cualquier espectador podría esperar ver sobre los dragones.
Así
pues todas las situaciones se complican, pero en cualquier caso cada personaje
central tiene que tomar importantes decisiones para mantenerse vivo en el
tablero. Tablero cuyas piezas ya están preparadas para el último movimiento que
veremos la semana que viene en el episodio final.
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