88 episodios de Águila Roja. Los cuento uno a uno
porque así cogemos constancia de lo lento que avanza esta serie. El episodio anterior fue especial, pasaron algunas
cosas interesantes, no pasaron muchas otras, pero en este se ha pasado una
línea que no parecía que íbamos a cruzar: la locura. LOCURA. Prepárense, prepárense. El episodio más loco EVER. ¡Alerta spoiler!
Jaque al Rey
El Rey y parte de la corte
disfrutan de un ilusionista en Palacio. Su Majestad ve pobres los trucos de
monedas, pero el mago tiene para el final su número más prominente, la caja de las espadas. El Rey decide
que será él mismo el que entre, pero la Reina ya se ve viuda cuando pone un pie
dentro. Hace parar el truco, y el Rey sale de una pieza. El ilusionista, sin
embargo, tiene otra cosa que proponerle: la
vida eterna.
El señor le enseña la Piedra
Filosofal, en plan Harry Potter. Y aunque la
Reina Mariana desconfía, el Rey está muy metido ya en el bolsillo del
ilusionista.
Por otro lado, Satur sigue en la
cruz haciéndole compañía al Monseñor y al supuesto sucesor. Para nosotros ha
pasado una semana, pero ellos ya van
cogiendo un moreno tirando a muerte. El Monseñor, en las últimas y en la
cruz es clavaíco a Josh Hutcherson,
el de los Juegos del hambre.
Si esto sale mal
En el palacio de la Marquesa,
llega la noticia de que los candidatos a nuevo comisario están a punto de
llegar a Madrid. Pero Lucrecia ya se ha
encargado de conseguirle trabajo a Hernán, para ella, a escondidas. Su plan es
absurdo: contrata a dos actrices que se harán pasar por hijas de un señor
importante y Hernán recibe la misión de protegerlas. “Si esto sale mal, podrá decirse
que ésta es la función de vuestras vidas”. Lucrecia siempre tan locuaz.
Pero algo sale mal. Porque su
plan tenía que ocurrir sin problemas, pero los hay: resulta que el señor que
supuestamente le envía el trabajo existe de verdad y tiene un enemigo a muerte de verdad. Es decir, las hijas serían un
objetivo claro. Es decir, Hernán se enfrenta a un gran peligro. Aunque yo me
pregunto, ¿de qué se preocupa Lucrecia? Aquello solo lo saben ellos dos, y las
actrices. ¿O aquello también es cosa
suya? ¿Es tan buena actriz que actúa en su actuación y no me entero?
Pantomima
El duque que busca a las hijas
las encuentra y Hernán trata de protegerlas. Las hijas se esconden, pero los hombres pueden con Hernán. Por
suerte, aparece Lucrecia, desenvaina la espada y se le une en el combate. La
hieren en un brazo, pero sobrevive y logran hacer huir a los atacantes. Menos a
uno, que Hernán se lo carga. Ese el
plan de la Marquesa no se lo leyó bien.
Los hombres se llevan a las
hijas. Y empiezo a pensar que no es un plan de Lucrecia. ¿HOLA ESTA SERIE? Pero
sí, porque el ex comisario captura al
supuesto duque que se las ha llevado y Lucrecia tienen que pararle, antes
de que lo mate. Confiesa que ella contrató a dos actrices para hacerse pasar
por las hijas. Y que se le fue de las
manos. Vamos, que la primera parte era mentira, y la segunda no.
Hernán, muy dolido por aquella
humillación, trata de ahogar a la Marquesa en la bañera. Aunque al final no.
Eso sí, le pide que no vuelva a meterse
en su vida. ¡Si vive en su palacio! Y al final no sé qué ha sido planeado y
qué improvisado, la verdad.
Terremoto
El encargado de elegir al nuevo
comisario es el Cardenal. Y solo pide tres requisitos: nada de escrúpulos, ni
moral, y que le obedezca a él.
Cuando llegan noticias de que el sucesor no ha muerto aún, ordena que, cuando
pase, se le incinere; entonces la tierra empieza a temblar. Y aquello, al
Cardenal, empieza a preocuparle. Porque ya van varias seguidas en las que no puede ni abrir la boca.
Por fin sueltan a Satur, que
aparece en casa hecho trizas. Le dice a Gonzalo que le han crucificado, junto a
al Monseñor y el carpintero, y el tío
parece que ni se inmuta y solo piensa en el sucesor. ¿Y cómo se ha
escapado? Pues conocía a un guardia al que salvó de un incendio, que provocó
él, pero bueno. Eso ya es el pasado. Satur le
pregunta si alguna vez le cambiaría, como escudero, por Cipri. Es un sueño
que tuvo estando en la cruz.
Gonzalo se daba cuenta de la
tristeza absoluta de Cipri por verse apartado de ellos y decidía confiarle su
secreto más preciado. ¿Cómo lleva el pelo tan cuidado en el siglo XVII? No. Que él es Águila Roja. Y le ofrecía ser
su nuevo escudero. Claro que Satur dice que serían una pareja de mustios. Y
tiene razón.
El criado le confiesa al Águila
que aquel ladrón que era nuestro Sucesor2 también tenía marcas en las manos. Aunque Gonzalo le cuenta que murió.
Porque, recordemos, no llegó a tiempo.
Locura
El que no recuerda dónde estuvo
en la cruz fue Satur, que solo sabe que había cuervos y agua. Gonzalo enseguida
reconoce el lugar como el Monte del Olvido
(ojalá el Monte de Olvido Hormigos). Antes de partir, sin embargo, caen en
una trampa al encontrarse a uno hincado a un árbol.
Y EMPIEZA LA LOCURA. Porque se
despiertan en un hueco cubierto de azulejos blancos. Un cubo perfecto en el que
les han metido, sin ventanas ni puertas ni nada. Resulta que aquello solo se
pudo hacer desde dentro y, para más
DRAMA, Gonzalo no lleva su máscara. Es decir, que le han visto la cara.
Un señor les habla. Una voz. En
plan Carlitos de mayor en Cuéntame. Asegura la voz que una vez le apresaron por
su culpa y le torturaron, pero sobrevivió porque le movía la venganza contra él. Del cubo se abre una puerta, y tras
un cristal aparece ¡Águila Roja! ¡Viva! ¡Alguien se ha equivocado de setas!
El plan del Águila2 es
convertirse en un asesino y así manchar su nombre. Tiene todo el pack, conjunto
más espada, todo a juego. Y Gonzalo empieza a pensar que quizá lo del héroe del pueblo fue mala idea. En un momento
dado, aquello empieza a desmoronarse. Otro terremoto parece que les salva.
Amarga Marga
Mientras Catalina está de visita
en el convento con Margarita (que dice que va a visitarla por ella, pero es por
las rosquillas), recibe el lugar la
prestigiosa visita de la Reina. Mariana pregunta por unas puntillas y por
la mano que las ha bordado, que no es otra que la de Marga, que ya sabemos que
para esas cosas del borde tiene mucha mano. La Reina quiere que le cosa, y que
le borde. Marga duda, pero ya está
Catalina para decir que sí.
Por otro lado, el Rey quería una prueba de que la Piedra Filosofal
funcionaba (aquello le iba a costar mucho oro), así que el mago le corta el
cuello a una señora en su cara como parte de la demostración. Y la tumban en la
mesa con el trozo de cuarzo de los de colección de kiosko al lado y se van, para que “haga efecto”. Obviamente,
aquello funciona y la mujer vive de nuevo. Y se cruza con Marga.
La Reina quiere que Margarita le
haga un traje de luto al príncipe heredero, que es pequeño todavía, “para
un funeral que los ojos de toda Europa estarán mirando”. ¿Qué lo van a
echar por la tele? Mientras le toma medidas al infante, pregunta por aquella
mujer, pues la conocía. Y nos cuenta que tenía una gemela. ¡Así que ese es el
truco! Claro, que aquello lo escucha el mago. ¡Marga está en peligro! ¡Otra vez! Porque el ilusionista le invita
a una última función de su truco estrella.
Obviamente, la elige a ella para entrar a la caja. “Una novicia en una caja, tiene ganas de
salir, auu”. Y empieza a sufrir mientras
el señor clava las espadas. Un terremoto, o el mismo, yo ya no lo sé, es el
que impide que la última espada le atreviese.
Sin los tres días de rigor
El Rey se termina enterando del
engaño del mago, porque la Reina piensa que las gemelas de las que hablaba
Margarita son sus nuevas amantes, y se
indigna toda y se lo recrimina. Consigue encontrar al mago, a quien le
asegura que para cerrar el trato le gustaría probar otra vez lo de la piedra,
pero con él.
Yo ya no sé qué es verdad y qué
no. Pero mientras Monseñor y Miguel continúan crucificados en el monte, allí aparece Margarita. Se pone a
llorar a los pies de la cruz en plan María Magdalena que no olvidemos que era
un poco fresca, no como Marga, que va para monja y todo. También aparece el
Águila, ¿cuál? El bueno supongo.
Pero tampoco llega a tiempo y se le muere otro sucesor.
Aunque está vez, Miguel
milagrosamente volvió a la vida cuando le bajó de la cruz. Como apunta Satur, “y ha
resucitado antes, sin los tres días de
rigor”. Se encargarán de buscarle un nuevo hogar, lejos de allí.
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