Título original:
Nymph()maniac Vol. I & II
Año:
2013
Duración:
240 min
País:
Dinamarca / Alemania / Francia / Bélgica / Reino Unido
Director:
Lars Von trier
Reparto:
Charlotte Gainsbourg, Stellan Skarsgård, Stacy Martin, Shia LaBeouf, Connie Nielsen, Christian Slater, Jamie Bell, Uma Thurman, Willem Dafoe, Mia Goth, Ananya Berg
Distribuidora:
Golem
Toda
historia tiene un principio, y el de Nymphomaniac hay que
buscarlo en Cannes 2011. Sí, la famosa rueda de prensa polémica
donde Lars Von Trier fue declarado persona non grata por
sus comentarios sobre el nazismo.
Allí
también comentó ya su idea de hacer “un film porno con Charlotte
Gainsbourg”. Entonces no se tomaron muy en serio, y en parte estaba
de coña el bueno de Lars (la película trasciende mucho más allá
de la idea del porno), pero el proyecto ya estaba en su mente.
Lars
siempre ha siempre ha sido una persona un tanto excéntrica, bien por
sus películas como por sus comentarios, aunque él alega que los
interlocutores le malinterpretan (cosa que no dudo, tampoco). El caso
es que Nymphomaniac
salió adelante, un curioso proyecto donde se intenta, tras la visión
y vida de una mujer autodiagnosticada como ninfómana, resumir la
existencia humana mediante sus actos sexuales, con una pretendida
duración de unas cinco horas.
Al
final tuvieron que ser cuatro y dividida en dos partes, al menos en
las salas comerciales, pues parece ser que en el 64º festival de
Berlín sí se proyectará la versión íntegra de las cinco horas.
Y,
la verdad, esta división en dos partes, las cuales se han estrenado
en España el 25 de diciembre de 2013 (Vol. 1) y el 24 de enero (Vol.
2), afecta negativamente a la narrativa y comprensión de la
película, ya que no está concebida como una secuela, sino que es
como dejar a medias una película y retomarla al mes siguiente (y
además pagando dos veces por ella). Ojalá en su comercialización
en dvd/blu-ray no hagan lo mismo y se dignen a ofrecer las dos en
conjunto, como se merece. Es por esto que me negué a hablar de
Nymphomaniac Vol.1 y
decidí no hacer crítica alguna hasta tener todas las piezas del
puzzle y que aquí intentaré dar una visión en conjunto de la obra
que nunca debió partirse.
La
película consta de ocho capítulos: 1. La perfecta pescadora de
caña, 2. Jérôme, 3. La Sra. H, 4. Delirio, 5. La escuela del
pequeño órgano, 6. La iglesia oriental y la iglesia occidental, 7.
El espejo y 8. La pistola.
No
es la primera vez que Von Trier divide la narración en varios
episodios, de hecho es bastante dado a ello.
Como
si del cuento de Las
mil y una noches fuese,
Joe va relatando y enlazando un capítulo con otro como si fueran
muñecas rusas, pasando por su infancia, juventud y madurez, mientras
Seligman, un hombre que la ha recogido del callejón donde se
encontraba malherida, la escuchará como sujeto imparcial e intentará
darle una visión alternativa a los diferentes relatos, aportando
muchas veces sus grandes conocimientos culturales. Muchas veces puede
parecer que con estas aportaciones Von Trier sólo quiere tirarse el
pisto y demostrar lo culto que es, que en parte es así, como dijo en
una entrevista “Quiero poder meter en ellas [sus películas] todo
lo que se me ocurra, sea necesario para la historia o no”, pero que
si se razona un poco antes de exaltarse, se pueden observar ciertos
paralelismos de estos apuntes con la historia de Joe, lo que crearían
una nueva visión de la historia general, la película.
Todas
estas “enseñanzas” hacen que el sexo quede relegado a un papel
secundario, a pesar de su gran presencia en la película. De hecho,
es a partir de la mitad de la película más o menos cuando deja de
tener tanto protagonismo y se empieza a vislumbrar el sentido general
de la obra. Una visión pesimista, como no podía ser de otro modo en
Lars, pero que dará un puñetazo en la boca a todos los que siempre
le han tachado de misógino. En verdad, dentro de su misantropía,
siente una mayor empatía por el género femenino que por el
masculino y aquí queda demostrado. Un canto a la individualidad, al
ser uno mismo más allá de las convenciones morales de una sociedad
arcaica, eso es Nymphomaniac. Pero siempre se quedará con la
etiqueta de “la película porno de Lars Von Trier”, y eso lo sabe
el provocador de Lars, lo que no hace más que ratificar el mensaje
de su película. De hecho, el danés seguramente sea el único capaz
de permitirse tildar la pedofilia como una parafilia involuntaria,
similar a la ninfomanía (que supone una cruz para el que la padece,
como alguien a quien hay que compadecer más que señalar con el
dedo), y salir airoso del paso. Una película bastante atrevida en
sus planteamientos y a la que hay que aplaudir por ello.
Pero
no sólo de estas enseñanzas vive Nymphomaniac,
sino que todo un reparto plagado de estrellas lo dan todo en la
película.
Empezando
por la joven debutante Stacy Martin, una joven modelo parisina de 22
años que Lars fichó por su parecido con Jane Birkin, madre de
Charlotte Gainsbourg (ya que Stacy hace el mismo personaje que
Charlotte pero de joven). La joven Stacy aporta sensualidad y viveza
a esa primera etapa, la del descubrimiento del placer oculto. Una
carta de presentación que dará qué hablar, sin duda.
Gainsbourg
siempre está genial, y aquí no es la excepción. Esta es su tercera
colaboración con Von Trier, que, curiosamente, empezó con
Anticristo,
otra película con escenas sexuales explícitas. Ella misma se
encargó de apoyar el film tras la negación de Lars a conceder más
entrevistas, y confirmó que la mayoría de lo que se ve en la
película es falso. Dobles de cuerpo, prótesis de vaginas,
felaciones falsas... Lo que supondrá una decepción para más de
uno.
En
papeles más breves pero igualmente destacados incluiría a Uma
Thurman como la señora H, uno de esos huevos que hay que romper para
hacer las tortillas, que diría Joe, y Jamie Bell, alejado ya de su
Billy Elliot, encarnando a K, que instruye a Joe en el arte del
sadomasoquismo.
Para
completar el reparto, grandes actores y actrices como Stellan
Skarsgård, Shia Labeouf, Christian Slater, Willem Dafoe, Connie
Nielsen o Udo Kier.
Y
sólo Von Trier, una vez más, podría compaginar en una banda sonora
a Rammstein, Bach o la propia Charlotte Gainsbourg sin que desentone
en el conjunto, un relato cínico de la existencia humana que se
permite sutiles toques de humor, donde, quien lo iba a decir, un
ménage à trois entre dos negros y una blanca puede ser una pura
escena cómica, el amor un conjunto de deseo y celos y la vida una
masoquista donde dolor y placer deben coexistir prácticamente a
partes iguales.
Bienvenidos
a la mente de Lars Von Trier. Una experiencia más satisfactoria de
lo que puede parecer en un principio, se lo aseguro.
7,5/10
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