How I Live Now
Año:
2013
Fecha de estreno:
10 de octubre de 2014
Duración:
101 min
País:
Reino Unido
Director:
Kevin MacDonald
Reparto:
Saoirse Ronan, George MacKay, Tom Holland, Harley Bird, Anna Chancellor, Corey Johnson, Sabrina Dickens, Sophie Ellis
Distribuidora:
Filmax
El éxito de Crepúsculo ha
facilitado el triunfo de otras novelas / películas juveniles de
corte similar, esto es, romances en un entorno de ciencia ficción
(por ejemplo, Cazadores
de sombras). Parece que así
se quieran asegurar un target
más amplio jugando con el tópico de “romanticismo para ellas,
acción para ellos”. Casi siempre, sobre todo para el público
adulto, acaba resultando una mezcla fallida pues en estas obras los
autores tienden a focalizarse en la relación amorosa entre los
protagonistas. Algo parecido ocurre con la película Mi
vida ahora, basada el en
best-seller de Meg Rosoff. La historia se centra en el incipiente
romance de una quinceañera con la Tercera Guerra Mundial como telón
de fondo.
Precisamente
el tema romántico fue lo que le interesó a Kevin MacDonald (El
último rey de Escocia) para
dirigir esta película. Le gustaba esa narración desde el punto de
vista de la protagonista de cómo sobrevivir en un mundo devastado
teniendo como objetivo el amor. Así, la guerra queda relegada a un
segundo plano; está ahí, pero no la vemos. Mi vida ahora
comienza cuando Daisy (Saoirse Ronan, vista este año en Byzantium
y en El
gran hotel Budapest), una
joven americana malhumorada con tendencias emo-góticas, llega a una
pequeña campiña británica de vacaciones, repudiada por su padre.
Allí la recibirán sus primos y su tía -a la cual apenas vemos pues
está preocupada por lograr un proceso de paz mundial- entre vacas,
bucolismo y paisajes idílicos.
El
personaje de Ronan, a pesar de su marcado carácter pesimista, está
constituido como una persona en busca de superarse. Para la película,
se ha optado por narrar en voz alta los pensamientos de la
protagonista, lo cual ha derivado en un Paulo Coelho de postín
para adolescentes en cuanto a la incesante voz que oye en su cabeza
nuestra protagonista. A lo largo del metraje son varios los momentos
de autoaceptación, autodeterminación y autoayuda que tenemos que
soportar rompiendo la magia y el ritmo del relato. El otro punto
lastre es lo poco equilibrada que está la película en cuanto al
núcleo romántico y la tensión derivada del entorno distópico en
el que se mueven los personajes.
Mi vida ahora
está plagada de altibajos. Por un lado, el típico (y ya cansino)
romance banal adolescente que le transfiere a la película un falso
cariz de melodrama. Desde que Daisy llega a Gran Bretaña, su actitud
insolente comienza a cambiar cuando conoce a el hombre que susurraba
a las vacas su primo mayor Eddie (George Mackay, Amanece
en Edimburgo). La relación
entre ambos constituye el vientre del cual nacerá el ansia de
supervivencia de los adolescentes pero, por la poca pasión que
imprime MacDonald al relato rodando cámara en mano, queda como algo
insustancial.
Por
otro lado, donde el director sí acierta es en los momentos de
angustia. Si bien la parte bélica no se muestra, cuando nuestra
protagonista se embarca en su viaje de supervivencia, MacDonald ya
fija la cámara para resaltar la crudeza en su esplendor -la escena
de Gatesfield resulta espeluznante. Otro aspecto a destacar es cómo
el director de fotografía explota los paisajes de la campiña
británica, tanto antes como después del “apocalipsis”. Por
momentos, nos creemos esa sintonía de los chavales con la
naturaleza, cómo -siempre desde la visión de Daisy, quien no
alcanza a comprender la magnitud de una guerra- el mundo se va
desmoronando y creando nuevas heridas que alguien deberá suturar. Mi
vida ahora asume su rol de
producto destinado al consumo adolescente, sin embargo, encontramos
trazos inspirados que nos hacen valorarla por encima de la media de producciones semejantes.
6/10
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