miércoles, 8 de octubre de 2014

Mi vida ahora. Altibajos.

Título original:
How I Live Now
Año:
2013
Fecha de estreno:
10 de octubre de 2014
Duración:
101 min
País:
Reino Unido
Director:
Kevin MacDonald
Reparto:
Saoirse Ronan, George MacKay, Tom Holland, Harley Bird, Anna Chancellor, Corey Johnson, Sabrina Dickens, Sophie Ellis
Distribuidora:
Filmax


El éxito de Crepúsculo ha facilitado el triunfo de otras novelas / películas juveniles de corte similar, esto es, romances en un entorno de ciencia ficción (por ejemplo, Cazadores de sombras). Parece que así se quieran asegurar un target más amplio jugando con el tópico de “romanticismo para ellas, acción para ellos”. Casi siempre, sobre todo para el público adulto, acaba resultando una mezcla fallida pues en estas obras los autores tienden a focalizarse en la relación amorosa entre los protagonistas. Algo parecido ocurre con la película Mi vida ahora, basada el en best-seller de Meg Rosoff. La historia se centra en el incipiente romance de una quinceañera con la Tercera Guerra Mundial como telón de fondo.

Precisamente el tema romántico fue lo que le interesó a Kevin MacDonald (El último rey de Escocia) para dirigir esta película. Le gustaba esa narración desde el punto de vista de la protagonista de cómo sobrevivir en un mundo devastado teniendo como objetivo el amor. Así, la guerra queda relegada a un segundo plano; está ahí, pero no la vemos. Mi vida ahora comienza cuando Daisy (Saoirse Ronan, vista este año en Byzantium y en El gran hotel Budapest), una joven americana malhumorada con tendencias emo-góticas, llega a una pequeña campiña británica de vacaciones, repudiada por su padre. Allí la recibirán sus primos y su tía -a la cual apenas vemos pues está preocupada por lograr un proceso de paz mundial- entre vacas, bucolismo y paisajes idílicos.


El personaje de Ronan, a pesar de su marcado carácter pesimista, está constituido como una persona en busca de superarse. Para la película, se ha optado por narrar en voz alta los pensamientos de la protagonista, lo cual ha derivado en un Paulo Coelho de postín para adolescentes en cuanto a la incesante voz que oye en su cabeza nuestra protagonista. A lo largo del metraje son varios los momentos de autoaceptación, autodeterminación y autoayuda que tenemos que soportar rompiendo la magia y el ritmo del relato. El otro punto lastre es lo poco equilibrada que está la película en cuanto al núcleo romántico y la tensión derivada del entorno distópico en el que se mueven los personajes.

Mi vida ahora está plagada de altibajos. Por un lado, el típico (y ya cansino) romance banal adolescente que le transfiere a la película un falso cariz de melodrama. Desde que Daisy llega a Gran Bretaña, su actitud insolente comienza a cambiar cuando conoce a el hombre que susurraba a las vacas su primo mayor Eddie (George Mackay, Amanece en Edimburgo). La relación entre ambos constituye el vientre del cual nacerá el ansia de supervivencia de los adolescentes pero, por la poca pasión que imprime MacDonald al relato rodando cámara en mano, queda como algo insustancial.


Por otro lado, donde el director sí acierta es en los momentos de angustia. Si bien la parte bélica no se muestra, cuando nuestra protagonista se embarca en su viaje de supervivencia, MacDonald ya fija la cámara para resaltar la crudeza en su esplendor -la escena de Gatesfield resulta espeluznante. Otro aspecto a destacar es cómo el director de fotografía explota los paisajes de la campiña británica, tanto antes como después del “apocalipsis”. Por momentos, nos creemos esa sintonía de los chavales con la naturaleza, cómo -siempre desde la visión de Daisy, quien no alcanza a comprender la magnitud de una guerra- el mundo se va desmoronando y creando nuevas heridas que alguien deberá suturar. Mi vida ahora asume su rol de producto destinado al consumo adolescente, sin embargo, encontramos trazos inspirados que nos hacen valorarla por encima de la media de producciones semejantes.

 6/10

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