Filth
Año:
2013
Fecha de estreno:
31 de Octubre de 2014
Duración:
97 minutos
País:
Reino Unido
Director:
John S. Baird
Reparto:
James McAvoy, Imogen Poots, Jamie Bell, Joanne Froggatt, Eddie Marsan, Jim Broadbent, Emun Elliott, Kate Dickie
Distribuidora:
Surtsey Films
Este
viernes John S. Baird estrena en los cines su nueva película, Filth, adaptación de la novela de Irvine
Welsh, autor de otras obras como Trainspotting
que también fue llevada al cine de la mano de Danny Boyle.
Siguiendo
la línea de las anteriores novelas de Welsh, Filth nos envuelve en una comedia negra donde predominan todo tipo
de excesos (alcohol, drogas, sexo, etc), manteniendo al espectador en todo
momento en un constante bucle de violencia. Así pues, predeciblemente, este
ritmo tan brusco continúa creciendo según avanza la trama hasta llegar a un
punto de inflexión, en el que lo habitual sería que el personaje principal recapacitará
y tomará la mejor decisión para él mismo.
El
escenario de la trama nos sitúa en una comisaría de policía de Edimburgo
(Escocia), donde se puede apreciar una imagen bastante tradicional. Con la
simple idea de un ascenso en la oficina, Baird nos introduce a los personajes
de la historia. El elegido como personaje central es James McAvoy que,
abandonando al profesor Xavier de X-Men, representa a Bruce Robertson, un
policía con una sarcástica locura escocesa donde su principal objetivo será ese
ascenso y hará todo lo posible por conseguirlo. La personalidad de Robertson se
trata de una mezcla explosiva combinando su astucia con egoísmo y esas adicciones
con una tristeza interna.
El
resto de personajes se definen como si se tratará de una descripción satírica
de Woody Allen, mostrando las mejores imperfecciones de cada uno de ellos. Con
el fin de conseguir el ascenso, Bruce aprovechará esas imperfecciones, manipulándolos
a la vez que se entromete en sus vidas para más tarde sacar sus trapos sucios.
Este tramo de la película puede llegar a ser pesado debido al exceso de escenas
con un contenido similar. Un ejemplo es la escena cuando Bruce decide dejar en
evidencia a Lennox (Jamie Bell) y plantea que todos los chicos de la comisaría
escanean sus respectivos penes para ver quién tiene el más grande.
El
resultado final del film no cambia en ningún sentido ese humor sarcástico de todo
el largometraje, dando pie a la relativa importancia del fracaso en cuanto al
objetivo a conseguir. Por otra parte, cabe destacar esa mentira en la que
convive el protagonista, que termina por creérsela incluso él mismo.
6,5/10
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