jueves, 2 de octubre de 2014

Black Coal. La montaña rusa.

Título original:
Black Coal, Thin Ice (Bai ri yan huo)
Año:
2014
Fecha de estreno:
03 de Octubre de 2014 
Duración:
106 min
País:
China
Director:
Diao Yinan
Reparto:
Liao Fan, Gwei Lun-mei, Wang Xuebing, Wang Jingchun, Yu Ailei, Ni Jingyang
Distribuidora:
Surtsey Films


¿Un thriller policíaco de autor? No es mala idea así como suena, pero tal y como nos lo propone Diao Yinan no me acaba de seducir. En cambio, Black Coal se alzó con el Oso de oro y plata en Berlín, por delante de películas como Boyhood o El gran hotel Budapest. Cuestión del prisma con el que se mire, supongo.

Black coal, thin ice, mucho más atractivo ese juego de palabras en el original que el mermado título en español; empieza con un asesinato que debe investigar un policía. Se han encontrado diferentes partes de un cuerpo humano repartidas en bolsas de diferentes canteras de carbón de toda la región de Manchuria. Las investigaciones llevan a los policías a una peluquería, pero al acudir dos policías resultan muertos y el protagonista herido.
Cinco años más tarde, vuelven a aparecer dos cadáveres, ambos relacionados con la esposa de la primera víctima. Zhang, el policía herido, ahora agente de seguridad, retomará el caso donde lo había dejado.


La principal falla que le veo a la película de Diao Yinan es que carece de verdadera alma detectivesca. Le gusta el amor por el detalle, pero sólo con un fin estético, la historia parece importarle menos que lucir el sello autoral. De hecho, según transcurre la película, la relación que establece el protagonista con la esposa de la víctima va dejando relegada la acción-investigación a un segundo plano. Incluso la película ya se inicia con el divorcio de Zhang, escena que me parece innecesaria para el devenir de la acción.
La película, a la larga, acaba pareciendo estirada, sobre todo en su tramo final, donde a pesar de haber cerrado el caso, aparece un epílogo, otra vez innecesario, que tampoco aporta gran cosa a la historia.

Pero no todo van a ser quejas, Black coal posee el atractivo de una fotografía cuidada y personal, como la gran mayoría de las propuestas asiáticas que nos llegan, incluso el autor parece querer adornar la historia con ciertos toques de humor negro que contrastan muy bien con el clima frío y nada plácido que impera en la película. Además se guarda un as en la manga en forma de giro argumental que añade mayor interés al relato, recuperando la atención del espectador perdida tras el drama romántico impostado hacia la mitad de la película.


Una montaña rusa que va y viene, así es el ritmo de la película. Una propuesta interesante pero echada a perder por centrarse más en las formas que en contar una buena historia. Quizás no sean comparables, pero prefiero quedarme con Un toque de violencia, que apostaba más por las historias relacionadas entre sí por una idea, sin perder por ello su sello autoral y sacando buen provecho del apartado visual

5,5/10

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