viernes, 12 de septiembre de 2014

Boyhood (Momentos de una vida). El show de Mason.

Título original:
Boyhood
Año:
2014
Fecha de estreno:
12 de Septiembre de 2014
Duración:
165 min
País:
Estados Unidos
Director:
Richard Linklater
Reparto:
Ellar Coltrane, Patricia Arquette, Ethan Hawke, Lorelei Linklater, Jordan Howard, Tamara Jolaine, Tyler Strother
Distribuidora:
Universal


Difícil se acomete la tarea de hablar de un proyecto como el de Boyhood, con lo que se ha hablado de él últimamente y con la evidente importancia que supone para el mundo del cine. Y no sólo por eso, sino también por las “pequeñas-grandes pretensiones” que tiene la película, que son nada menos que seguir desde la infancia y adolescencia hasta la madurez de una persona durante doce años literales. Difícil si no se quiere repetir lo mismo que todos o empezar a divagar sobre la humanidad, la vida, el sentido de la misma y otras derivaciones antropológicas y centrarse más en el concepto cinematográfico.

Boyhood, como casi todo en esta vida, nace de una inquietud, en este caso de su director, que se ha convertido ya por derecho propio en uno de los referentes actuales en su campo, la de seguir a un niño durante su crecimiento personal. Algo así como El show de Truman pero con un niño y con un guión detrás. Pero en su mente no estaba el fácil recurso que hubiera empleado cualquiera con un actor de niño, otro de mayor, maquillaje y demás trucos del cine. Su idea era algo más puro, más artístico, por así decirlo. Así se reunió con Ellar Coltrane (que hace del protagonista, Mason) y el resto del equipo para grabar unas escenas cada año durante doce años. Así es que Coltrane empezó la película con 7 y la terminó con 18. Incluso había una especie de acuerdo tácito entre Linklater y Ethan Hawke, por sí, en caso de algún accidente Linklater no podía llevar a cabo la película, Hawke debía sucederle en la dirección. Por suerte no hubo que tirar de ello.
Realmente, el equipo no tenía un contrato firmado, pues las leyes estadounidenses prohíben firmar contratos más largos a un periodo de siete años. Así que podría decirse que la implicación de todo el reparto y equipo técnico era sobre todo personal y de una confianza ciega en el proyecto.


De hecho, en doce años pasan muchas cosas en la vida de una persona, como bien puede comprobarse en la película, y al reparto no iba a ser menos. Tanto Ethan Hawke como Patricia Arquette se divorciaron y se volvieron a casar, tuvieron hijos... experiencias que sin duda ayudaron a reforzar sus personajes. A Lorelei Linklater, hija del director, entró en el proyecto con entusiasmo por aparecer en las películas de su padre, pero a los tres o cuatro años ya de rodaje perdió el interés y le llegó a preguntar si podían matar su personaje. Linklater hizo caso omiso y con el tiempo volvió a coger el entusiasmo y continuó con el proyecto, el cual en principio iba a llamarse “12 años” pero que al final pasó a ser Boyhood para evitar confusiones con 12 años de esclavitud.
Y, desde luego, esta es una de las principales bazas que juega el director para empatizar con el público: que cada uno sienta el personaje de Mason y/o sus padres como propio. Que rememore a través de sus acciones su propia infancia y vivencias pasadas.

Pero si la idea del proyecto y la valentía de hacerlo son, desde luego, grandes argumentos para catalogarla como uno de los proyectos más importantes, cinematográficamente hablando, de este siglo, el resultado además ha sido muy óptimo. Hubiera sido muy fácil caer en el viejo truco de la voz en off para facilitar la narración y explicar las innumerables elipsis o pensamientos del protagonista, pero, por fortuna, aquí no encontrarán ni rastro de dicho recurso. Gracias a un montaje inteligente a cargo de Sandra Adair, habitual de Linklater, hace que los diferentes años transcurran con total normalidad, sin fundidos a negro largos ni carteles explicativos, lo que gana en agilidad la narración y favorece la idea de que el tiempo pasa muy deprisa. Lo que sí ayuda bastante a ponernos en situación son los constantes cambios de look que indudablemente se dan cita en nuestros años de estudio. Otro factor importante a la hora de situar la acción y hacerla evolucionar es la banda sonora. Un gran elenco de temas populares de sus épocas de grupos como Coldplay, The Hives, Blink 182, Weezer, Daft Punk, Wilco, Phoenix, Lady Gaga, Cobra Starship, Arcade Fire, Vampire Weekend, Gnarls Barkley, Kings of Leon, etc  hacen su aparición para contextualizar, e incluso a veces potenciar los pensamientos de los personajes.
Estos recursos son los que hacen que la obra de Linklater adquiera gran relevancia a nivel artístico, pues ha sabido aunar y aprovechar los diferentes elementos de la narración sin artificios, relegada a lo esencial, sin que por ello resulte endeble.


El guión, también de Linklater como en casi todas sus películas, es otro de los puntos fuertes de Boyhood, como es habitual en sus obras. Quizás haya menos proliferación de diálogos que en la trilogía Antes de... pero igualmente estos son gran parte del atractivo. Las conversaciones de Ethan Hawke (padre biológico de los niños) con Ellar y Lorelei intentando avivar su individualidad son momentos destacados. También los innumerables temas que se sonsacan de las diferentes situaciones constituyen una historia de alto nivel emocional: la educación (tanto paternal como institucional), la familia, la madurez y crecimiento personal, el divorcio, la economía, el sentido de la vida... Temas patentes en las vidas de las personas y que nos tocan de lleno aunque no siempre hablemos activamente de ellos.

Erroneamente quizás algún que otro espectador, a su salida del cine, podría alegar que es “de ese tipo de películas en las que no pasa nada”, cuando realmente está pasando tanto y tantas cosas como en la vida misma, pero con tanta naturalidad y cotidianidad que apenas las dos horas y media parecen pasarse en el mismo suspiro en que ves tu viejo álbum de fotos e internamente deseas que el bueno de Linklater nos sorprenda con otra trilogía, un Manhood y Oldhood donde veamos a un Mason adulto y anciano respectivamente, pues llega un momento que, realmente, Mason ya forma parte de nuestras vidas. Y llegar a capturar esos momentos de la vida, o mejor dicho y como apuntan en la película, dejarse capturar por ellos y trasladarlos con tanta naturalidad a una película es por lo que Boyhood se convierte en cita obligada para todo espectador, cinéfilo o no, que desee dar importancia a eso que llamamos “Vida”.

8,5/10

2 comentarios:

  1. Fantástica crítica..., se siente el entusiasmo que has puesto en ella, porque denota como saliste del cine después de verla.
    Llevo bastante tiempo esperando su estreno, ahora ya entiendo porque me llamó tanto la atención cuando vi el trailer.

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  2. Muy buena crítica y que capacidad de generar compromiso en los actores.

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