Los jueves es el día de la cita
de muchos españoles con la historia de Gonzalo, de Margarita, de Satur. Una
historia ya más que enrevesada que, poco a poco, suponemos, se encargarán sus
protagonistas de deshilar y tejer. Pero no tienen ninguna prisa. El capítulo de
ayer fue, a mi parecer, uno más de tantos en los que en vez de encontrar algo
de luz nos empeñamos en cavar más hondo el pozo de los líos. Un pozo ya de por sí
profundo y oscuro. Me sorprendo a mí mismo, ¿estoy deseando que se sepa todo?
¿Significa esto que quiero que se termine la serie? Puedes leer aquí un resumen de lo
que ha pasado con Águila Roja hasta el momento. Hoy comentaremos qué nos
encontramos en este inicio de temporada. ¡ALERTA SPOILER!
Con una promesa de venganza, así
comenzaba la nueva temporada de Águila Roja. El héroe enterraba a su madre,
muerta a manos de su hermano Hernán, y se prometía dejar de lado cualquier
parentesco con tal de clamar justicia. El tiro es certero, pero la flecha del
Águila atraviesa el cuerpo de Nuño, que intenta salvar a su mentor. La
evolución de los sentimientos de héroe no deja de ser sorprendente: decidió no asesinar a su hermano cuando mató a su mujer y, sin embargo, ahora que ha matado a
su madre –que no conocía- decide acabar con él.
Satur, por su parte, empieza el
capítulo encerrado junto a un gran tesoro. Algo habitual, ciertamente. No sé
las veces que hay capítulos que han empezado así. A Gonzalo se le acumulan los problemas: ha
disparado a su sobrino, aunque no sepa que lo es, y está apunto de quedarse sin
criado. Satur logra escapar, con ayuda de un desconocido, que no duda en confundir
como un ángel. Cinco temporadas tal vez empiezan a ser demasiadas. La serie ha
entrado en una fase de desgaste bastante importante. Las tramas se suceden por
capítulos, y vemos como algunos personajes, como es el caso de Satur, no dejan
de meterse en lios cada vez más parecidos.
El comienzo de la temporada para
la marquesa no es mejor que para su hijo, en un intento de hablar con el rey,
es secuestrada y preguntada por su reciente embarazo. Detrás de todo se
encuentran la reina (Eliana Sánchez) y el cardenal, que interceptaron la misiva que Lucrecia
envió al monarca hablando sobre el futuro de los Austrias en España. La actuación
de Miryam Gallego como la marquesa es uno de puntos más fuertes de la serie. Una mezcla genial
de perspicacia, pasión e ingenio. Ajeno a su sufrimiento, Hernán ve como su
hijo Nuño puede quedarse sin brazo. Ahora el sentimiento de venganza entre los
dos hermanos es mutuo.
La serie del sufrir. |
El cardenal recibe la incómoda visita de un monseñor (Carles Francino) venido directamente del Vaticano, algo que no le gusta nada. Otro papel ciertamente oscuro e interpretado bastante bien por José Ángel Egido, repleto de pretensiones, maldades y entresijos. Por su parte, el nuevo “marqués de Santillana” desobedece a su madre y va en busca de Nuño, que ante su inminente amputación decide escapar. Intentando ayudar, es malinterpretado, apresado y más tarde salvado por parte de Águila Roja, por supuesto.
La marquesa regresa a Palacio a
tiempo para reencontrarse con su hijo. Las penalidades del joven a lo largo de
la serie han sido terribles: cayó de un caballo, casi no vuelve a andar y
estuvo a punto de morir algunas veces. Aquí nadie se salva de las desgracias
propias del siglo XVII. Sin embargo, deciden dar una oportunidad al remedio que
Gonzalo aconseja que usen, a base de larvas, con lo que al final del capítulo
parece que Nuño logra mantenerse de una pieza. Rosario de Castro no se sabe si muere
asesinada por la marquesa nada más entrar en escena, y es que casi no le da
tiempo a increpar a Lucrecia cuando le hace un profundo corte en el cuello.
Ésta hace firmar a su hijo renunciar en sus pretensiones al marquesado a cambio
de salvar la vida de su madre. Lo que a simple vista parece la desaparición de
ambos personajes de la serie, puede transformarse en una puerta más abierta a
otro pasillo repleto de misterios. Otra vez.
Cada capítulo de Águila Roja
termina con alguien en apuros. Esta vez se encuentra encerrada Margarita, que
es tomada por enferma en un psiquiátrico. Además, el misterio de la serie se
lía todavía más con la aparición de un documento, entre el tesoro, con los
descendientes de Cristo y la existencia de uno todavía vivo. ¡Acabáramos! La serie coge
entonces unos tintes fácilmente reconocibles en las novelas de Dan Brown como El código Da Vinci, y vuelve a enredar
un poco más, si cabe, el ovillo de lana en el que se ha convertido la historia
de Águila Roja. ¿Será Gonzalo descendiente de Jesús? El Santo Grial ya lo tuvo en casa. Volvemos así a ver una vuelta de hoja, otra esquina que torcer, más
y más tramas, salidas de otras tramas. Resultaría francamente imposible empezar
a ver la serie desde aquí, demasiados datos. ¿Funciona?
¿Águila Roja o Cazatesoros? |
El capítulo de ayer fue la segunda opción de los televidentes españoles que se quedaron frente a sus pantallas. ¿Está perdiendo fuelle la serie? ¿Nos encontramos ante un héroe en capa caída? El dato, aun así, es un éxito, y la historia continúa manteniendo a sus fieles seguidores emocionados ante nuevos acontecimientos. No hay que olvidar que estamos ante una serie en la que el espectador ya tiene mucha información. ¿Puede Satur meterse en más líos? ¿Puede Margarita estar un día sin ser secuestrada? La propia actriz deja caer que su personaje ya no es lo que era. ¿Puede llegar tanta desgracia a aburrir al espectador? Yo, por mi parte, espero algo más que otra pista, que otro rescate in extremis.
De acuerdo a los propios
protagonistas, todavía existen dos nuevas temporadas detrás de ésta; lo que
significa que queda mucho iceberg que ver en la historia de Gonzalo de Montalvo
y compañía. Un barco de aventuras y nuevos misterios que, esperemos,
no naufrague antes de tiempo.
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