Hercules
Año:
2014
Fecha de estreno:
05 deSeptiembre de 2014
Duración:
98 min
País:
Estados Unidos
Director:
Brett Ratner
Reparto:
Dwayne "The Rock" Johnson, Rufus Sewell, Ingrid Bolsø Berdal, Aksel Hennie, Ian McShane, Joseph Fiennes, John Hurt
Distribuidora:
Paramount
La mitología siempre me
ha parecido muy interesante. Y muy atractiva para el cine. Desde
aquellas que se han tomado más en serio la recreación de los mitos,
las de simple evasión y aventuras o los peplum italianos a
las adaptaciones a la visión actual y modernización a la visión
actual del espectador.
Mi vertiente favorita en
este sector son las evasivas, no en vano de pequeño flipé con Harry
Harryhausen y sus monstruos míticos en pelis como Jasón y los
argonautas o Furia de titanes y
hasta me tragaba a Kevin Sorbo y Lucy Lawless en las series algo
cutres de Hércules: sus viajes legendarios
y Xena: la princesa guerrera.
Y quizás el acierto de Brett Ratner haya sido el de no querer
adornar de una innecesaria trascendencia a su película (tipo 300
o el remake de Furia de titanes)
y tirar por la evasión pura y dura con toques de comedia.
Este
Hércules sigue las pautas de la novela gráfica Hercules:
The Thracian War de Radical
Comics, que se centra más en el héroe desmitificándolo y dotándole
de más humanismo, siguiendo la corriente del siglo XXI del antihéroe
que lucha contra sus propios demonios interiores.
Lejos
de la visión de Renny Harlin y su Hércules. El origen de
la leyenda que se estrenó
también este año, la película de Brett Ratner (director de la
trilogía de Hora punta,
El dragón rojo o
X-Men. La decisión final)
tiene su visión puesta más en el pasado que en el futuro (sin
perder nunca de vista a los espectadores de ahora, por supuesto) a la
hora de realizar su película. De hecho, a pesar de los efectos
especiales para las distintas criaturas de las famosas 12 pruebas,
Ratner hizo crear platós épicos para las distintas grandes escenas
de la película: La batalla con los Bessi, el pueblo de Tacia con la
gran estatua de Hera, las mazmorras... lo que dota de gran realismo a
la película.
Otra
baza a favor es el carisma de su gran estrella Dwayne Johnson, uno de
los pocos “musculitos” que cae simpático con tan solo verle.
Johnson se mete de lleno en su papel y disfruta con él, por ello,
aunque no sea esta una película precisamente donde destaquen las
interpretaciones, se nota y se agradece que acompañemos a este
valeroso Hércules y no a un cara palo con poca gracia y salero. Sin
venir a cuento, no podía dejar de comentar la curiosidad de que mi
mente asimiló este Hércules con Tukaram, el bárbaro del mítico
juego “Blade: The edge of darkness”. Caprichosa que es la mente
de uno.
Pero
el fornido semidiós, no está solo, pues la leyenda en la película
solo sirve para asustar al enemigo, pero la realidad es más asumible
para la mente humana. Entre sus compañeros de reparto tenemos a Ian
McShane (Deadwood),
Rufus Sewell (Dark City,
Destino de caballero),
Ingrid Bolsø Berdal (Cold Prey,
Hansel
y Gretel: Cazadores de brujas)
o Reece Ritchie (10.000,
Prince of Persia) como
los leales guerreros que acompañan a Hércules, John Hurt como el
rey Cotys, Joseph Fiennes como Eurystheus e Irina Shayk (la modelo y
novia de Cristiano Ronaldo) en su debut en el cine como Megana, la
mujer de Hércules. No se nos puede olvidar comentar la participación
de Fernando Velázquez en la banda sonora. El español, reconocido
por sus trabajos en Lo imposible,
Mamá o El
orfanato, entre muchos otros,
cumple sobradamente con su papel de transportar nuestros oídos a las
batallas y el ambiente del año 1.400 AC. Y próximamente podremos
escuchar su bso en lo nuevo de Bayona, Un monstruo viene a
verme.
Un
atractivo reparto donde se intenta dar empaque a cada uno de ellos,
en mayor o menor medida, aunque siempre a la sombra de la estrella
que da nombre a la película. Por suerte, en la historia se trata con
respeto a la mitología y podemos apreciar varias de las 12 pruebas
en los numerables relatos que Lolaus hace a lo largo de la película.
Detalles como que en realidad Hércules es el nombre romano de
Heracles y que Zeus es su padre en la mitología griega (en la romana
lo es Júpiter) se pueden pasar por alto, pues simplemente se
utilizan los nombres más reconocidos para el público, ya asumidos
desde la película de Disney en 1997.
Además,
con el espectáculo entretenido que se marca en los 98 minutos sin
respiro, poco tiempo tendremos de prestar atención a estos detalles.
Ni nos interesan. Más interesante es el buen acopio de toques de
humor que Brett Ratner deja caer en la película, lo que ayuda a
ofrecer un film liviano y desenfadado, perfecto para la evasión
inmediata. La película no escapa de la típica estructura de guión
fácil y arquetípica, de hecho ni lo intenta, creo yo, simplemente
la usa para centrarse en las batallas explotar más el lado visual y
espectacular de la historia. Los guionistas debieron pensar que si
algo funciona, mejor no tocarlo mucho... Y en parte conmigo les ha
funcionado. Una película palomitera que cumple su cometido de hacer
pasar su visionado satisfactoriamente sin grandes quebraderos de
cabeza.
6/10
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