Avant l'hiver
Año:
2013
Fecha de estreno:
12 de septiembre de 2014
Duración:
102 min
País:
Francia
Director:
Philippe Claudel
Reparto:
Daniel Auteuil, Kristin Scott Thomas, Leïla Bekhti, Richard Berry, Vicky Krieps, Jérôme Varanfrain, Laure Killing, Anne Metzler
Distribuidora:
Golem
En su tercera película, Philippe
Claudel, novelista reconvertido a cineasta, retoma el tono frío y
distante de su primer filme. Cuando en 2008 estrenó Hace mucho
que te quiero, consiguió imbuir
al espectador en una atmósfera tosca, cruel, gélida vertebrada en
una contenida actuación de Kristin Scott Thomas en un personaje
enclaustrado en un terrible secreto. Precisamente Claudel vuelve a
contar con la actriz británica para co-protagonizar Antes
del frío invierno, una suerte
de drama que bordea el thriller psicológico durante gran parte del
metraje. Y vuelve a sumergirnos en un ambiente helado, grisáceo y
seco -aunque menos evidente que en su ópera prima- para contarnos
una historia saturada de falsas sospechas y recelos.
Kristin
Scott Thomas interpreta a Lucie, esposa aburrida de un neurocirujano
pues se pasa los días encerrada en su cárcel de cristal- una
tremenda mansión de grandes ventanales con un enorme jardín al que
cuida con obsesión- desde que lo dejara todo por él. Paul (Daniel
Auteuil) su marido y principal protagonista de la película, está
enfrascado en su trabajo, en una cárcel laboral, con apenas tiempo
libre para su mujer. En apariencia, son una pareja feliz pero ya no
hay comunicación entre ellos, tal y como demuestra Lucie en sus
conversaciones con Gerrard (Richard Berry), un amigo común de la
pareja enamorado en secreto de ella. De repente, Paul comienza a
recibir ramos de rosas en la oficina, en casa. Y, al mismo tiempo,
conoce a la joven Lou (Leïla Bekhti), una camarera que se cruza
continuamente en su camino.
Claudel
abre Antes del frío invierno
con la muerte de Lou. ¿Por qué ha muerto la chica? Entramos
entonces en un flashback
para recorrer el camino hasta conocer la respuesta. Se trata de una
técnica discutible para mantener expectante al espectador. Vale, te
ahorra la sorpresa cuando la película llega a ese punto pero te hace
cuestionarte cómo ocurre todo. Y todo esto para explicar la historia
de un hombre sexagenario a punto de entrar en el invierno de su
carrera laboral. Antes de experimentar la congelación en su vida y
entregarse a la jubilación, Paul se replantea si ha perdido el
tiempo. La aparición de Lou le sirve como estimulante.
Aunque
parezca increíble, no sucede nada en términos amorosos entre el
hombre maduro y la chica joven. Claudel abre un frente para interesar
al público pero no busca retratar el tema de la infidelidad si no
el de los recelos, el de las falsas sospechas, el de los reproches.
El matrimonio se resquebraja ahora pero, en realidad, ya estaba roto
desde hace mucho. Claudel bucea en los problemas de un matrimonio de
clase media-alta representando con frialdad y sequedad el carácter
de sus personajes. El guión adolece de ser complejo pero más bien
podríamos calificarlo como rebuscado, sobre todo cuando tontea con
el thriller, con el misterio en torno a Lou, un personaje presentado
desde la perspectiva del protagonista, por tanto, nos faltan datos
para entenderla por completo.
Como ya hiciera en Hace mucho que te
quiero, Claudel juega en la
búsqueda de un final impactante, con sorpresa. De hecho, la
conclusión final es muy perturbadora si la analizas en frío. Sin
embargo, la distancia por la gelidez emocional de unos personajes
introspectivos o el uso de un innecesario giro sorpresivo unido a un
desarrollo pausado de la trama lastran una película que podía haber
explotado más la relación deteriorada del matrimonio sin necesidad
de tanta floritura. Así, sólo nos queda responder a una pregunta:
¿Logrará Paul prepararse para el ocaso de su vida antes de que, de
hecho, llegue el frío invierno?
6,5/10
Muy interesante tu crítica, felicidades.
ResponderEliminarIré a verla.