Las
cosas claras y el chocolate espeso. Aquí nadie esperaba gran cosa
del proyecto de Tommy Wirkola, donde su filmografía se resume en una
parodia de Kill Bill, Zombis Nazis, y una parodia de películas
de terror en primera persona como 'El proyecto de la Bruja de Blair'.
Y es que Wirkola ha destacado únicamente con productos de serie B
irreverentes, con buenas ideas sobre el papel pero faltas de garra en
pantalla, y una vez más, sigue cometiendo el mismo fallo.
Si algo se le podía pedir a esta versión gore-salchichera de Hansel y Gretel es bizarrismo, mala leche y sorna, pues de películas mediocres “cazadores de cosas” ya hemos tenido unas cuantas el año pasado. Pero no, aquí lo que se intenta es gustar a todos y se acaba por entusiasmar a nadie, quedando como un plato liviano para los menos exigentes, siempre y cuando no les importe bañarse de vísceras 3D en su visionado.
Y
es que lo peor que le puede pasar a una película es quedarse en
medio de todo, medias risas, medio terror, medio entretenida, medio
sangrienta... medio-cre. O se arriesga con un producto de serie B
auténtico, renunciando a los convencionalismos y tirando al
desparpajo y el cachondeo puro y duro, o se tira por la épica de
filmes de antaño como Willow, intentando crear atmósfera no sólo
pirotecnia efímera y colorida.
La historia es demasiado predecible y ridícula como para tomársela en serio, cosa que al menos no hace del todo, pero tampoco hay chispa ni alma en los personajes como para disfrutar sus andanzas más allá de ver que maquillaje sacará la siguiente bruja o cual chorreará más sangre. Y eso sin entrar en incongruencias y fallos de guión, que los hay claro está.
La historia es demasiado predecible y ridícula como para tomársela en serio, cosa que al menos no hace del todo, pero tampoco hay chispa ni alma en los personajes como para disfrutar sus andanzas más allá de ver que maquillaje sacará la siguiente bruja o cual chorreará más sangre. Y eso sin entrar en incongruencias y fallos de guión, que los hay claro está.
Como
puntos a su favor, efectos especiales decentes, que es corta y si se
va sin muchas exigencias, puede tener su pase (siempre sabiendo a lo
que se va), y que a los que gustó la obra de Terry Gilliam sobre los
hermanos Grimm (aquí sin su ingenio, claro) puede medio
contentarlos.
En resumidas cuentas, un caramelo que se deshace rápidamente y no llega a saciar del todo, pero... a nadie le amarga un dulce, ¿no?
En resumidas cuentas, un caramelo que se deshace rápidamente y no llega a saciar del todo, pero... a nadie le amarga un dulce, ¿no?
5/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario