De
la mano de Nikolaj Arcel nos llega la historia de la reina Carolina
Matilde y el rey Cristián VIII, famoso periodo histórico de la
Dinamarca del siglo XVIII y que aquí en España tenemos la suerte de
desconocer. Y digo suerte porque allí en Dinamarca se estudia en las
escuelas, hay varios libros con distintas versiones, incluso una
ópera y ballet, pero para nosotros es una historia novedosa. Sí,
por contra, es cierto que es la primera vez que se hace una película
sobre dicho hecho histórico, y que, pese a que las apariencias
prometan una historia de época típica donde suele primar el diseño
de producción sobre la historia y los personajes, 'Un asunto real'
se aleja bastante de esta idea preconcebida.
Si,
entre otras cosas, destaca la película que representará a Dinamarca
en los Oscars en la categoría de mejor película de habla no inglesa
es por un formidable guión del tándem Arcel-Heisterberg (autores de
todos los guiones de las películas de Nikolaj y de Los hombres que
no amaban a las mujeres de la saga Millennium sueco-danesa). Arcel y
Heisterberg no sólo se preocupan de la recreación del Siglo de las
Luces, sino también por dar vida a los personajes, dotarlos de
personalidad, puesto que el triángulo amoroso entre Carlos VIII,
Carolina y el Dr. Struensee en el pilar fundamental que sostiene la
película. Cada personaje tiene su atractivo, su historia detrás, y
el gran elenco actoral completa el traspaso del papel a la pantalla.
Mikkel Boe Bølsgaard debuta
en la gran pantalla por todo lo alto, una gran interpretación que
bebe de aquel Mozart de Forman pero con el suficiente trasfondo para
que no se quede en la mera caricatura. Mikkelsen, como siempre, su
sola presencia ya infunde respeto, y Alicia Vikander, la cual debió
aprender danés expresamente para la película, destila magnetismo en
cada aparición.
Si
a este gran logro le sumamos un ritmo ágil, con nervio y tesón
constante, se obtiene un drama de época de gran calado, como el que
nos presenta Nikolaj Arcel. No hay puntos muertos, la evolución es
constante y el interés nunca decae en los 137 minutos que dura la
película, cosa nada sencilla en una película de época. Además,
como en este tipos de producciones, no se descuida en absoluto el
apartado técnico, donde la fotografía deslumbrante (sobre todo de
exteriores) de Rasmus Videbæk
(director de fotografía habitual de Arcel) y la banda sonora de
Cyrille Aufort y del reputado Gabriel Yared en muchos casos forman un
cuadro inseparable, hacen que el placer de su visionado no sea solo
intelectual, sino también sensitivo.
Para
un servidor, que le suelen dar bastante pereza los dramas de época,
es una suerte encontrarse obras de la inteligencia y solvencia que
muestra Arcel, donde no se limita a recrear una postal de un
determinado periodo histórico, sino que revive a los personajes
basándose en las cartas y escritos reales que hay escritas entre
Carolina y el Dr. Struensee, mostrando el lado humano de la realeza,
evitando maniqueísmos ni posicionamientos, pero con el suficiente
dramatismo ficcional para que no se convierta en un documental
histórico.
Ojalá
las clases de historia fueran siempre tan amenas como Un asunto
real, quizás así podríamos tenerlas en cuenta en el futuro y no
olvidarnos de ellas a las primeras de cambio.
7,5/10
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