Del productor que ganó el Oscar por Man on Wire y de la mano de Malik Bendjelloul, reputado director sueco de documentales, sobre todo relacionados con la música nos llega Searching for Sugar Man un documental que en Estados Unidos se ha hecho con buena reputación, una buena cantidad de premios (entre ellos el Premio Especial del Jurado y del Público en Sundance) y ahora opta al Oscar a mejor documental. Y todo esto no es casualidad, ya que Malik no sólo ha sabido escoger una historia interesante, misteriosa y atrayente, sino que ha sabido otorgarle un halo mágico e único que casi podríamos hablar de narrativa ficcional. Empieza con la misteriosa investigación de dos fanáticos sudafricanos del desconocido cantante de los setenta Rodriguez, que sonaba por toda Sudáfrica, inspirando a músicos que se alzaban contra el apartheid y vendiendo incluso millones de discos, pero, por el contrario, no se sabía absolutamente nada de él, al contrario que otros famosos cantantes americanos de la época.
Es fascinante toda la investigación, poco granito a granito se van conociendo detalles... Y, de hecho, cuanto menos se sepa de la película y de dicho cantante, más se disfruta, sobre todo este primer tramo.
Vamos conociendo sus canciones, vemos fotos suyas con esas gafas de sol que parece ser jamás se quitaba, y nos va creando la curiosidad. Nos va conquistando al igual que conquistó a todo aquel que le escuchaba... Y las mismas preguntas que se hacen nuestros investigadores se trasladan a nuestra cabeza: ¿Por qué no triunfó en EE.UU? ¿Cómo llegó a ser tan famoso en Sudáfrica? ¿Qué fue de todo ese dinero de tantos discos vendidos? ¿Cómo murió Rodriguez?
Y es que 'Searching for Sugar Man', al igual que el oscarizado 'Man on Wire', tratan de gente con un gran espíritu que vive por y para su ilusión, más allá de impedimentos y obstáculos.
Llega a conmover la historia, gracias a un gran montaje que presenta cada cosa a su debido tiempo para crear el mayor impacto posible. Una gran realización que mezcla a veces animación con imagen real, bella fotografía y fascinante banda sonora que ningún melómano que se precie debería perderse.
Simplemente, desearle toda la suerte del mundo en los Oscars y recomendar su visionado.
Para mí, una de las mejores películas del 2012, y banda sonora adquiriendo...
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