martes, 17 de abril de 2018

Un lugar tranquilo. Terror antipalomitero.

Título original:
A Quiet Place
Año:
2018
Fecha de estreno:
20 de Abril de 2018  
Duración:
90 min
País:
Estados Unidos
Director:
John Krasinki
Reparto:
John Krasinski, Emily Blunt, Millicent Simmonds, Noah Jupe
Distribuidora:
Paramount Pictures




No soy el espectador más devoto al cine de terror, pero cuando el género brinda una experiencia memorable lo más sensato es disfrutarla. Un lugar tranquilo es la tercera obra como director de John Krasinski, el inolvidable y audaz Jim Halpert en la versión estadounidense de The Office. En esta ocasión se aparta del terreno de la comedia indie para sumergirse de lleno en el thriller psicológico y firmar un trabajo imprescindible, que coquetea con la ciencia ficción al mismo tiempo que expone un potente y contenido drama familiar.




La Tierra ha sido invadida por unos seres aparentemente implacables que devoran a aquellos humanos que hacen el más mínimo ruido. Esa sencilla premisa se exprime a las mil maravillas a lo largo de la película, prestando atención a cada mínimo detalle para construir una ambientación brutalmente inquietante. Acostumbrados a las producciones plagadas de ruidos constantes y bandas sonoras que cubren cualquier posibilidad de silencio reflexivo, Un lugar tranquilo es un soplo de aire fresco, sobre todo por su magnífico manejo del sonido, que es el elemento narrativo más potente de la película. Ese atributo es muy poco habitual en Hollywood, donde los personajes suelen hablar tanto que terminan por no decir nada. Sin embargo, en la película de Krasinski cada gesto, cada paso en falso, cada mirada y, en definitiva, cada decisión, tienen una consecuencia, ya sea relacionada con la amenaza incesante de los monstruos o con los traumas que sostienen los miembros de la familia protagonista.

El propio Krasinski interpreta al padre superviviente, y Emily Blunt, que regresa a la atmósfera rural de Looper, es una madre mucho más cercana y cargada de cariño. Junto a ellos se encuentran sus dos hijos: Regan (Millicent Simmonds), una chica sorda en un mundo en el que cada sonido se analiza con miedo y detenimiento, y Marcus (Noah Jupe). El trabajo de Simmonds es de lo más destacado de la película, que se mantiene aferrada a sus elaborados personajes aun en sus segmentos más alocados, en los que los clichés del terror, como algunos efectistas efectos de sonido –perdón por la redundancia-, tienen alguna presencia. Por suerte, esos tópicos son mínimos, aunque las técnicas de Alien y otras obras maestras del género estén omnipresentes. Krasinski logra que Un lugar tranquilo sea equiparable a aquellas secuencias del videojuego The Last of Us en las que los chasqueadores se enganchaban a tu yugular si cometías el mínimo error, y alcanzar tal grado de inmersión y tenebrosidad en una película tiene un valor inconmensurable.


9/10

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