El tercer día de la muestra dejó bastante satisfecho a los asistentes. En la plaza de Callao se reunían Tony Aguilar con los fans de Almodóvar para bailar al son de la BSO de Los amantes pasajeros. Mientras, en su propio mundo, los asistentes a la mostra se deleitaban como de costumbre con las presentaciones de Leticia, esta vez en solitario (Macarena nos abandonó rápido), demostró su generosidad regalando no sólo su simpatía, sino chocolatinas "Twix" (a raíz de la película de Coppola) e incluso dos entradas a una pareja para ver The cabin in the woods (en lo que rebautizó en "La muestra del amor").
El director de La chica que saltaba a través del tiempo, Mamoru Hosoda, propone una historia que, si bien puede parecer un tanto crepusculera, la realización dista, por fortuna, completamente de la obra de Stephenie Meyer.
Una estudiante se enamora de un chico solitario, que acaba confesándose como un hombre lobo. Tienen un par de hijos pero, desafortunadamente, el padre muere en un accidente y la madre deberá encargarse de sacar adelante a dos niños-lobo de la mejor manera posible.
Una tierna y emotiva historia, de gran factura técnica y excelente banda sonora que, si bien en su recta final no le hubiera venido mal recortar un tanto el metraje y simplificar, la fábula que cuenta sobre la familia, la educación y el camino a elegir en la vida merece la pena. Justa vencedora de la mejor película de animación en Sitges.
Con orgullo, presentaron después Twixt, el trabajo ignorado de Coppola, y es que un Coppola, aunque sea de 2º, sigue siendo un Coppola.
Si en algo destaca siempre Coppola es en la ambientación. Al igual que en Tetro, el inteligente uso del color y el paisaje acaba siendo lo mejor de una película donde se acusa un recortado presupuesto y acaba dejando en evidencia unos efectos especiales un tanto pobres que la acercan a la serie B.
Pese a ello, Twixt es una película tan disfrutable como una novela de Stephen King, donde un escritor busca inspiración para su nueva novela en Swan Valley, donde al parecer hubo un asesinato múltiple de niños. Impactado por esta historia,
Hall Baltimore navegará entre la realidad y los sueños (donde Edgar Allan Poe le guiarán en su búsqueda), casi fundiéndose en uno y sin distinguirse muy bien ninguno, hasta que la vida y la muerte intercambien sus roles. Un ejercicio de estilo y como tal debe tomarse, olvidando las grandes obras que pesan en el nombre de Coppola.
Hall Baltimore navegará entre la realidad y los sueños (donde Edgar Allan Poe le guiarán en su búsqueda), casi fundiéndose en uno y sin distinguirse muy bien ninguno, hasta que la vida y la muerte intercambien sus roles. Un ejercicio de estilo y como tal debe tomarse, olvidando las grandes obras que pesan en el nombre de Coppola.
Otra de las obras más esperadas de esta muestra era el debut del hijo de David Cronenberg, Antiviral, y la verdad es que ya demuestra maneras.
Brandon Cronenberg ha tenido sin duda un gran maestro, y se nota tanto en el guión como en la realización de su primera película.
Un mundo futurista donde la idolatración a los famosos ha llegado hasta tal punto que se comercializan las enfermedades de estos para que sus fans puedan sentirlas en sus carnes y así están más en simbiosis con ellos. Una idea brillante y sugerente sobre la decadencia del género humano y valores como la fama o la dignidad.
La pena es que pese a tener fuerza algunas escenas y poseer una historia tan atrayente, no ha sabido cuajar en su totalidad la película para desquiciar al espectador como requiere la trama, cosa en la que su padre es de los mejores. Quizás como película independiente quede en interesante sin llegar a entusiasmar, pero como debut es una pieza a destacar y promete una carrera bastante interesante para Brandon Cronenberg. Expectante de cual será su nuevo proyecto.
Y de nuevo un cortometraje se colaba en la muestra. Esta vez Voice Over, de Martín Rosete, con mejores resultados que el de Eduardo Casanova.
Voice Over (incomprensiblemente narrado en francés, en vez de en español, como es su nacionalidad) presenta, como el título indica, una voz en off va introduciendo a su antojo situaciones de tensión que acabarán desembocando en un imprevisible final.
Si bien su fotografía está especialmente trabajada (lo que sorprende para un cortometraje), la película no se limita a ofrecer una bella estampa, sino que guarda su pequeña pero bella reflexión. Son productos de este ingenio los que hacen que destaquen mini películas de 10 minutos como ésta, y si, además, están realizadas con buen gusto como es el caso, el visionado de ellos puede convertirse en un gran acontecimiento, y ya no solo como preámbulo a una película, sino por la importacia de ella misma.
Y si Antiviral era de las más esperadas, creo que es justo reconocer que The Cabin in the Woods era LA PELÍCULA de esta 10ª Muestra. La decepción al saber que no sería comercializada en cines en España fue mayúscula y mucha gente ya la había visto descargada, pero las ganas de verla en la gran pantalla y con el buen ambiente del Syfy llenaron la sala al completo.
No dejes que te cuenten de que va The Cabin in the woods, tienes que verla por ti mismo, y cuanto menos conozcas de ella más la disfrutarás.
Basta con decir que si Tucker & Dale vs el mal fue la revolución de las parodias de los slashers, la película de Drew Goddard (con guión del genial Joss Whedon) es una vuelta de tuerca a todo lo que conozcas del género de terror. Una caja de muñecas rusas que según se van destapando va dejando boquiabierto al espectador hasta que no puede hacer más que aplaudir al ingenio y el amor con que está hecha la película. Una obra desde el respeto pero con humor por todos sus poros. Imperdible. Desde luego, si fuese por aplausos, The Cabin in the woods tendría ganado cualquier premio en este Syfy.
Y para cerrar la sesión del sábado, en falta de la sesión Trash con Vigalondo y cia, una obra de espíritu bizarro como Dead Sushi es la mejor opción para terminar la noche.
Del director de The Machine Girl, Zombie Ass o Robogeisha, se sabe lo que uno puede esperarse. Y es que el género trash japonés puede dar mucho de sí.
Dead Sushi ofrece lo que pobrete su llamativo título, un jolgorio vertiginoso hacia la cocina asiática, donde sushis mutantes no dejarán títere con cabeza.
Nunca llega a tomarse en serio a sí misma, y es que idiotez tras idiotez, las carcajadas se van enlazando y se acaba cogiendo cariño a la película, en especial al entrañable sushi de huevo, marginado por sus compañeros pero bautizado por la protagonista como 'Huevón'. Película para ver con los amigos con unas cervecitas, y, posteriormente, rememorar las escenas más emblemáticas como el "beso japonés" o la transformación del hombre-atún.
Tomársela en serio sería estúpido. No disfrutarla como se debe, un pecado.
Y para finalizar mañana... Sesión phenomena, Cockneys vs Zombies, el cortometraje Horizonte de Aitor Uribarri y el estreno de la secuela de The last exorcism.
Una película esta 'La Cabaña del Bosque' tan desprovista de encanto y gracia que ni sus escasos momentos de humor e 'intriga' me dejan un recuerdo agradable. Un revoltijo de ideas: los realitys, las viejas películas de amigos en el bosque, no sé, será cosa mía. ¿Qué fue de 'La matanza de Texas'? Esa sí que era de humor y miedos :) Un saludo
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