domingo, 26 de octubre de 2014

Alguien a quien amar. Arañar la superficie.

Título original:
En du elsker (Someone You Love)
Año:
2014
Fecha de estreno:
24 de octubre de 2014
Duración:
95 min
País:
Dinamarca
Director:
Pernille Fischer Christensen
Reparto:
Mikael Persbrandt, Trine Dyrholm, Birgitte Hjort Sørensen, Sofus Rønnov
Distribuidora:
Golem


La frialdad de los personajes comulga con la frialdad de una Dinamarca nevada. El cantautor danés Thomas Jacob (Mikael Persbrandt, a quien vimos en El Hobbit) regresa a su país natal para grabar un nuevo disco tras el éxito cosechado en los Estados Unidos. Su retorno levantará algunas cicatrices del pasado, de esa época que le hizo convertirse en un hombre hermético y solitario para poder disfrutar de libertad, cuando su hija Julie (Birgitte Hjort Sørensen) a quien apenas conoce, acuda a él para pedirle dinero. Julie debe ingresar en un centro de desintoxicación y por eso Thomas se queda a cargo de Noa ( Sofus Rønnov), el hijo de ésta, su nieto. Este hecho trastocará la vida del veterano cantante hasta el punto de obligarse a no encariñarse del niño para seguir manteniendo esa supuesta sensación de libertad (sentimental).


Alguien a quien amar, la cuarta película de la directora danesa Pernille Fischer Christensen, supone una mirada introspectiva en la vida de un hombre cuya imagen exterior es la de alguien libre que disfruta de su soledad. Sin embargo, la danesa explora en la profundidad del alma de este músico encerrado en sí mismo, incapaz de exteriorizar sus sentimientos. Thomas ha construido una prisión personal aparentando una falsa libertad de movimientos cuando, en realidad, sólo necesita alguien a quien amar, tal como reza el título de la película. Y esa historia de amor necesaria para nuestro personaje principal llega cuando debe cuidar de su hasta ahora desconocido nieto.

En Noa, Thomas hallará una manera de aprender a amar, de liberarse de ese trabajo donde se refugiaba para olvidarse de las relaciones afectivas. A través de la música, ambos construirán una sólida relación de cariño por la que Thomas comenzará a sentir temor. Está aprendiendo a ser responsable, a solventar errores de su pasado. Todos esos temas son tratados en Alguien a quien amar en una historia harto convencional y predecible. Lo que la hace distinguirse de la demás es el empeño de la directora de aproximarnos a la humanidad de un personaje frío y recluido en sí mismo. No obstante, la textura de colores gélidos se funde con el carácter de Thomas y los otros secundarios de manera que los sentimientos nunca traspasan la pantalla.


Entendemos que Pernille Fischer Christensen ha tratado de componer una intimista balada de aproximación al universo de un hombre fuerte en la superficie, frágil en el corazón. Pero le ha faltado definir la potencia de sus personajes pues podría haber sacado un portentoso drama de redención personal si hubiera conseguido cierta empatía con el espectador. Quizá sea el carácter distante de los nórdicos porque, aunque Mikael Persbrandt realiza una soberbia interpretación, le falta la calidez, la pasión, el sentimentalismo que demanda esta historia de amor abuelo-nieto. Así pues, la película no termina de funcionar debido al poco calor transmitido. Hay momentos que parece arrancar sangre de las entrañas de los personajes y, sin embargo, Alguien a quien amar sólo araña en la superficie de lo que se esperaba de ella.

6/10

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