Night at the museum: Secret of the tomb
Año:
2014
Fecha de estreno:
25 de Diciembre de 2014
Duración:
97 min
País:
Estados Unidos
Director:
Shawn Levy
Reparto:
Ben Stiller, Robin Williams, Skyler Gisondo, Dan Stevens, Owen Wilson, Steve Coogan, Rebel Wilson, Ben Kingsley, Rami Malek
Distribuidora:
Fox
Llega
la Navidad y con ella, entre otras cosas, llega el cine familiar. Ese
subgénero vilipendiado por norma generar por el espectador, incluso
muchas veces por la propia industria por darle guiones de baja
estofa, pero que merecen su atención como cualquier otro género,
además de la entrañabilidad que traen consigo muchas veces le da
una motivación extra.
Y
una de esas películas familiares para estas navidades es la tercera
entrega de Noche en el museo, saga iniciada en 2006 con Ben
Stiller como ese guarda nocturno de un museo donde todo cobra vida a
la luz de la luna.
Me
parece interesante que, para hablar de El secreto del faraón,
hacer previamente, o intercaladamente, un balance de las tres
películas, pues así veremos aciertos y fallos, y la propia
devaluación de una saga (un ejemplo práctico realmente de lo que
suele pasar con la mayoría de las sagas) bastante exitosa.
Noche
el el museo supuso un boom en el mercado americano, siendo la
segunda película más taquillera de 2006 (solo sobrepasada por la
segunda entrega de Piratas del Caribe) con la friolera de 250
millones de dólares (ha día de hoy, con el mercado internacional
son 574 millones). Pero, aparte de a nivel comercial, la película de
Shawn Levy ofrecía cierta magia, humor y aventura disfrutables como
se supone que debe ser el cine familiar. Conocimos a muchos
personajes carismásticos como el Teddy Roosewelt de Robin Williams,
los diminutos Jedediah y Octavio, Ahkmenrah, Atila el Huno,
Sacajawea, el mono capuchino Dexter, la panda de viejos guardas
Cecil, Gus y Reginald; la cabeza de Pascua... muchos territorios que
nos abrían sus puertas para ser explorados. La verdad es que dentro
de sus limitaciones me pareció una cinta muy simpática con la que
pasar un rato agradable.
En
2009 llegaba Noche
en el museo 2,
y las carencias con respecto a la anterior son evidentes. Menor
chispa y repetición de patrones. A cambio se incorporaban nuevos
personajes (rescataremos al mejor de todos, el de Amelia Earhart
encarnada por Amy Adams robando las escenas a Ben Stiller) y se
añadían al menos detalles significativos como la entrada en la
fotografía Le
baiser de l'hôtel de ville'
de Doisneau o el cuadro Nighthawks
de
Hooper. El guión perdía el efecto sorpresa, el malo tenía menos
gancho que los viejetes pero seguía dando, en menor medida, un rato
entretenido. Su producción fue más cara pero en cambio funcionó
peor en taquilla. Ni siquiera estuvo entre las 10 producciones más
rentables de su año, a pesar de que en su primer fin de semana
mejoró los datos de su antecesora. Quizás por eso han tardado más
en decidirse en hacer esta tercera entrega, eso sí, con menor
presupuesto. Se barajaba también la idea de un spin-off con Jedediah
y Octavio, pero eso fue antes de dejarnos Robin Williams, ahora no
sabemos en qué estado sigue dicha idea.
Noche
en el museo 3 viene
a ser un 'Greatest Hits' de las dos anteriores, recuperando
personajes de la primera que no salieron en la segunda (Cecil, Gus y
Reginald, por ejemplo), reinterpretando escenas incluso (por llamar
suavemente a autocopiarse) pero se nota que las ideas van escaseando. El argumento que nos presentan es que la tabla de Ahkmenrah esta deteriorándose y por ello perdiendo su poder, con lo que las figuras del Museo de Ciencias Naturales corren peligro. Para intentar reparar la tabla, acuden al museo británico, donde se encuentra Merenkahre, padre de Ajkmenrah y sabedor del funcionamiento de la tabla.
Algunos
personajes, como el de Robin Williams, parece que simplemente hacen
acto de presencia, pierden progresivamente en cada entrega interés.
Otros se hacen cada vez más cargantes, como Jedediah y Octavio. Las
nuevas incorporaciones como la de Sir Lancelot (Dan Stevens) tiene su
aquel, pero hay otras como la de Tilly (Rebel Wilson) que son un
calco estirado del personaje de Jonah Hill en Noche
en el museo 2,
solo que aquí con más protagonismo. Mención especialmente negativa
para Merenkahre, el padre de Ahkmenrah, interpretado por un Ben
Kingsley en piloto automático que aparece para cobrar la nómina y
poco más y Laaa, el cavernícola que también interpreta Ben Stiller, un personaje bastante estúpido, laaa verdaaad. Al menos cambiamos de localización, viajamos al museo
británico, para dar nuevos aires, se introduce la litografía
Relatividad
de
Escher, que se convierte en una de las mejores escenas de la
película, y una de las escenas más graciosas a cargo del cameo de
Hugh Jackman.
La película, como no podía ser de otra manera, acaba con un recuerdo a Robin Williams y Mickey Rooney, ambos fallecidos este año y, en el fondo, el tono de la película y esa recopilación o retransformación de las dos entregas parecen querer presentar como el fin de la saga, una despedida.
Pese
a todo, se sigue pasando amenamente su duración, eso es lo bueno de
esta saga, no llega a hacerse aburrida, pero la sensación de que la
película ya la traíamos vista de casa no nos la podemos quitar de
la cabeza. Es como cuando te pasas un videojuego y, como bonus te dan
un traje nuevo para el protagonista, y entonces comienzas de cero el
juego pero con ese traje nuevo. Ese 'bonus' es Noche
en el museo 3,
y quizás no compense tan poco atractivo para pagar la entrada del
cine, la verdad.
5,5/10
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