viernes, 19 de diciembre de 2014

Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?. Buena pregunta.

Título original:
Qu'est-ce qu'on a fait au Bon Dieu?
Año:
2014
Fecha de estreno:
19 de Diciembre de 2014
Duración:
97 min
País:
Francia
Director:
Philippe de Chauveron
Reparto:
Christian Clavier, Chantal Lauby, Ary Abittan, Medi Sadoun, Fréderic Chau, Noom Diawara, Frédérique Bel, Julia Piaton
Distribuidora:
A contracorriente films


Hace un par de meses tuve la oportunidad de ver la película francesa más exitosa desde Intocable. Con doce millones de espectadores en Francia y otros tres en Alemania, Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho? se ha convertido en una de las comedias más exitosas del año. Para hacernos a una idea, Ocho apellidos vascos ha logrado que más de nueve millones de espectadores pasaran por los cines españoles, una labor encomiable teniendo en cuenta la situación en la decadencia económica en la que se encuentra el séptimo arte actualmente, y peor se pone la cosa cuando te fijas en la recaudación del cine patrio, dejando de lado la minoría de películas que llegan para salvar el año, como Lo imposible. Mientras que en Alemania, China y muchos otros países la última entrega de Transformers ha sido lo más visto de un año en el que han llegado grandes películas al cine, esto hace que me pregunte ¿la industria atonta al público o es al revés? Porque hay incontables propuestas de gran calidad alejadas del tejido industrial, pero aun así siempre acabamos atrapados por él, puede que por su sencillez, por el objetivo de hacer sentir bien al espectador, no hacerle reflexionar de manera tan profunda como otros tipos de cine… Todo esto hace que el público se acabe decantando generalmente por la opción fácil y esa opción es la de Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?


No tiene nada de reprochable que la gente quiera ir al cine a distraerse sin más, porque aunque sea un arte, no es algo elitista, es tan amplio que no discrimina a la gran variedad de espectadores que agrupa. La parte negativa del éxito masivo de este tipo de películas es que ciegan al público que ya no ve más allá de eso, y propuestas como Magical Girl o Mommy, que ya han probado su teórica calidad en festivales de gran prestigio no tienen mayor repercusión debido a su exageradamente limitado estreno. Y Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho? me parece el claro ejemplo de todo esto, una película hecha para gustar, yendo a donde sabe que tiene que ir para ganarse al espectador, tomando el atajo más asequible. Porque esta fórmula ya tiene su éxito más que comprobado, obviamente no hay una determinada forma de hacer cine que te libre de los riesgos económicos propios de este medio, pero sí que hay producciones cuyo éxito está relativamente garantizado. Al igual que ocurrió en España con Ocho apellidos vascos, un triunfo tremendo, conseguido por la cercanía con respecto al espectador, no porque las situaciones fueran realistas o estuvieran logradas, sino por la universalidad de los chistes con los que prácticamente nos hemos criado y que forman parte de nuestra cultura, para bien o para mal.

Y si en España triunfó una comedia en la que colisionaban diferentes culturas internas como son la andaluza y la vasca, en Francia el éxito lo cosechó una película que no se limitaba a sus fronteras, sino que aglomeraba estereotipos que son igual de ofensivos en Alemania que en Estados Unidos. Multitud de chistes de chinos, musulmanes, judíos… que hacen que Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho? parezca un capítulo demasiado largo de Padre de familia, sin ningún tipo de gracia ni originalidad. Porque el humor de este film es absurdo, pero no en el término de absurdez que puede maravillar en las comedias de situación como Arrested Development, aquí la absurdez pierde toda la gracia porque reside en unos diálogos y bromas que no buscan superar la barrera del chiste fácil. Además de una historia que no ayuda mucho y que provoca que la película llegue a hacer que te preguntes por qué no tenemos el poder de teletransportarnos para poder abandonar la sala de cine en ciertos momentos de vergüenza ajena.


A pesar de todo esto, Philippe de Chauveron, el director y coguionista de la película, tiene la suerte de que el racismo latente en los estereotipos de esta clase es universal. No estoy diciendo que Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho? sea una película racista, pero me gustaría saber cómo reaccionan personas de diferentes culturas y religiones ante este film. Por lo menos mi reacción cuando acabó la película se puede resumir en una cuestión más breve que la del título de la película: ¿por qué? 

2/10

1 comentario:

  1. Vi el tráiler y pensé lo mismo, pero ahora ya se que no la tengo que ver xD

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