miércoles, 3 de diciembre de 2014

La última aventura de Robin Hood. Amores que matan.

Título original:
The last of Robin Hood
Año:
2013
Fecha de estreno:
05 de diciembre de 2014
Duración:
94 min
País:
Estados Unidos
Director:
Richard Glatzer, Wash Westmoreland
Reparto:
Kevin Kline, Susan Sarandon, Dakota Fanning, Bryan Batt, Max Casella, Sean Flynn
Distribuidora:
Alimpro


Como reza el dicho popular: quien avisa no es traidor. Que no os engañe la sinopsis general que circula por ahí sobre La última aventura de Robin Hood. Si esperáis encontrar una morbosa (o expiatoria) historia de los últimos dos años de vida de Errol Flynn focalizada en su alcoholismo y drogadicción, estáis muy equivocados. La película de Richard Glatzer y Wash Westmoreland -pareja en la vida real, ya que estamos con el morbo y tal- no narra ese descenso a los infiernos si no que trata de su última aventura amorosa con una quinceañera (mira, también es el título de otra pelicula de Glatzer y Westmoreland). En efecto, la trama se centra en Beverly Aarland, la última pareja de Flynn, y en cómo ésta vivió y sufrió, tras la muerte de él, esta relación.


La película se abre de forma sensacionalista comenzando por el final de los acontecimientos. Errol Flynn ha muerto a los 50 años en brazos de una adolescente. ¿Quién es esta joven hasta ahora desconocida? Los tabloides se llenan de medias verdades sobre la prohibida relación de ambos. Inmediatamente, volvemos al pasado para saber cómo se conocieron y enamoraron y para ver cómo la madre de Beverly, Florence, explotó el romance para conseguir lanzar la carrera de actriz de su hija. Las intenciones de Glatzer y Westmoreland -directores a la par que guionistas- distan bastante del morbo pese a las apariencias. Quizá el problema sea que han labrado el guion basándose en las experiencias que les contó la Beverly real, el asistente de Flynn y, sobre todo, el libro de Florence The big love y, por eso, resulta en líneas generales un biopic complaciente. Desde luego, esta película supone una aventura insípida, impropia de un galán legendario con tantas anécdotas a sus espaldas.

Y es que Errol Flynn pasa a un nivel secundario en pos de resalzar el drama de una adolescente victimizada por su madre. La figura del famoso espadachín cinematográfico hubiera dado mucho juego con todo ese halo excéntrico en torno a su vida privada. Y más si consigues tener a Kevin Kline, cuyo parecido físico con Flynn es asombroso. No sólo eso, el carismático Kline, como casi siempre, eleva el atractivo de sus personajes. Algo similar podemos decir de Susan Sarandon en el rol de madre. Por desgracia, Dakota Fanning como Beverly nos transmite una sensación tosca, asexual y nada sensual; desde luego, no parece una lolita de quien enamorarse. Si la Beverly real (vale que no era nada talentosa) era como la interpreta Fanning, qué poca gracia. ¿Se enamoró Flynn de ella sólo por su juventud o por mantener su estatus de estrella excéntrica?


Por cierto, flaco favor le hace también a la película ese look entre casero y telefilmero -propio de biopics que sí están pensados para la pequeña pantalla, como aquel de James Dean protagonizado por James Franco. En fin, los directores-guionistas han intentado sacarle el jugo a la historia de una niña explotada por su madre, quien podía realizar en su hija sus sueños frustrados de ser una actriz famosa, y víctima de un romance censurable debido a la diferencia de edad y la mala fama del actor a nivel personal. La ejecución y la elección protagónica lastran un semi interesante film donde podían haber tenido más peso esos temas tratados casi de soslayo en los últimos minutos de la cinta como la fama y sus consecuencias, la vampirización de la prensa rosa, la muerte prematura de una carrera actoral o la ambición extrema de una madre (además, sigo pensando que la leyenda de Flynn es mucho más  atractiva a nivel cinematográfico que lo retratado aquí).

5/10

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