Pupi
Avati es un reputado director en Italia. Su fama bien se la debe
al giallo y al terror, género en el que empezó y le dio, por así
decirlo, cierto nombre. Pero de eso ya hace casi cuarenta años, y
hace tiempo que se pasó a otros temas.
A
sus 76 años nos presenta Un ragazzo d'oro,
su última película hasta la fecha, la cuarta sobre temática
paternofilial. Y es que, como él mismo reconoce, tras haber perdido
a su padre a los 12 años, tiene una especie de vacío que de esta
manera pretende llenar. Con estas buenas intenciones llega, pero
lamentablemente la película no llega a alzar el vuelo como debiera y
la historia no se explota del todo.
Esta
historia de un escritor frustrado con un padre con el que no se habla
pero que, tras su muerte, comienza una destructiva obsesión con su
figura paterna ausente que le llevará a escribir en su nombre un
libro autobiográfico que tenía en mente pero nunca llegó a
realizar. Una trama que daba para más pero que ni protagonista ni
director han sabido llevar a buen puerto. Un globo que se deshincha
antes de tiempo y cuando llega al final, ya no tiene aire con el que
sustentarse. Y entre tanto Sharon Stone que aparece para cobrar su
sueldo. Desaprovechada, como la historia. Al menos cuenta con guiños divertidos hacia Alvaro Vitali y esa comedia italiana de los 70/80 comparable quizás con las de Pajares y Esteso de aquí.
Mejor
pinta y sensación deja Io
non ti conosco,
debut en la dirección del actor
Stefano
Acorssi,
quien vimos justamente el año pasado en el festival con L'arbitro
(que fue una grata sorpresa) y este año en Viajo
sola. La
historia se centra en el sentimiento de un marido quien, rememorando
en un sueño aquellos momentos felices del noviazgo con su actual
esposa, decide hacerle regalarle un ramo de rosas que le recuerde lo
mucho que la ama. Pero tan bello gesto no recibirá la respuesta
esperada...
De
fotografía cuidada y buena premisa, es una pena que no acaba de
rematar la faena del todo Acorssi, pero aún con ello, tiene su
cosilla, suficiente para un cortometraje, dejando entrever que su
director puede tener cosas interesantes que contar.
Y
tras el cortometraje, el documental The
special need,
de Carlo
Zoratti,
donde tras los continuos intentos de Enea, un joven de 29 años con
autismo, de conocer a una mujer con la que intimar, sus dos mejores
amigos darán un viaje junto a Enea por Europa en busca de ayudarlo.
Se podría decir que es una semi road movie donde vamos siguiendo las
aventuras y desventuras de Enea en su búsqueda del amor. Un retrato
sincero sobre el autismo y las necesidades emocionales de un autista
que funciona por su sencillez y cercanía con el que se nos ofrece.
Cuando te das cuentas, estás dentro de la furgoneta junto a Carlo,
Alex y Enea, y su misión se vuelve un poco tuya también. Por los
bares, las calles nocturnas de italia, los prostíbulos de Austria o
las sociedades liberales de Alemania. Todo sea porque Enea tenga su
primera experiencia amorosa.
Quizás,
después del viaje, la sensación es que el final no es todo lo
satisfactorio que nos hubiera gustado, pero la experiencia bien
mereció la pena. Justo como seguramente Enea también pensará.
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