Nahid
Año:
2015
Fecha de estreno:
12 de Febrero de 2016
Duración:
105 min
País:
Irán
Director:
Ida Panahandeh
Reparto:
Sareh Bayat, Pejman Bazeghi, Navid Mohammad Zadeh, Milad Hossein Pour, Pouria Rahimi, Nasrin Babaei
Distribuidora:
Caramel Films
En Estados Unidos la tendencia general es la de realizar
películas con el mero objetivo de entretener durante un rato y ampliar la cuenta bancaria de sus responsables financieros. En Europa se tiene la aspiración de constituir una industria
equiparable, pero la cultura no tiene el mismo atractivo. Mientras que aquello
que llega de fuera de esas fronteras es considerado exótico. Uno de los países
que generan películas francamente atractivas, sin reales aspiraciones -ni
posibilidades seguramente- de convertirse en productos millonarios, es Irán.
Jafar Panahi y Asghar Farhadi son dos de los iconos del actual cine iraní, que,
al igual que Abbas Kiarostami, muestran el mundo que tienen a su alrededor, sin
que la ficción se les vaya de las manos y sin intervenciones tecnológicas que
superen su labor como narradores de historias, como ocurre a menudo en Estados
Unidos. Pero ese realismo cotidiano del cine iraní que puede calar a veces, a
pesar de centrarse en unas costumbres ajenas a nuestra manera de entender el
mundo, también puede resultar reiterativo como aquellos blockbusters que suelen
nublar nuestra forma de ver el cine. Nahid
es un nuevo reflejo de ese territorio cultural que el cine nos permite
descubrir, pero no tiene la potencia de otras películas con ese mismo objetivo.
La mujer que da título a la película es el epicentro de la
misma, una madre soltera que trata de salir adelante con su hijo, de dejar
atrás a un exmarido obcecado en volver con ella y de rehacer su vida con otro
hombre que le abre las puertas a una realidad diferente. Por lo tanto,
prácticamente vivimos toda la película a través de ella, lo cual nos hace
empatizar por momentos, conocer el duro trato a las mujeres en ese país y ver
que nadie es un santo, ya que de vez en cuando ella también tiene una actitud
irresponsable, como cualquier humano sobre la faz de la Tierra. Su antiguo
marido representa la otra cara de la moneda, la violencia y el deseo
irrefrenable de poseer a alguien como guía para sobrellevar la vida. En
definitiva, individuos muy reales, que retratan a una sociedad que tiene a la
mujer por personaje secundario. Pero ese realismo, tan manido como que es así
como vemos la vida, no llega a dar en la tecla correcta para enganchar. El
relato que se nos expone es indignante porque entendemos que lo que sucede ante
nuestros ojos es sufrido en las carnes de gente que no se nos va a mostrar en
los telediarios, pero cuesta integrarse en la historia y someterse a ella junto
a Nahid.
Es de agradecer el esfuerzo por plasmar esas trabas que se
pone a las mujeres para que puedan tomar las riendas de sus propias vidas, pero
queda la sensación de que se podría haber ido más allá. De ahí que el cine de
Farhadi sea tan reivindicable, porque enlaza a la perfección lo que nos rodea,
pero no queremos entender, y la narrativa cinematográfica. Mientras que en Nahid falta algo más de tensión
narrativa para quedar atrapado por esta historia que, siendo muy acertada, no
termina de quedar grabada en nuestra memoria.
Hay una frase recitada por su protagonista que invita a la
reflexión y resume todo el espíritu del filme: “Cualquier mujer encerrada entre cuatro paredes puede ser madre.”
6/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario