Siempre que llega la
hora de hacer un top anual, debemos sufrir cuando pensamos las películas que
ese corte arbitrario (como todo corte) de “estrenadas en salas comerciales”
acaba dejando fuera. Cuando pensamos que nuestra era de internet ofrece festivales
online que dan muchas más facilidades que un estreno comercial restringido a
tres salas o a uno sola ciudad, más cruel se nos hace la limitación. Y si uno
no reside en España, más aún. Aceptando esto, y aclarando que no es un año en
que haya visto todo lo que me hubiese gustado ver, el 2015 tiene películas más
que reseñables y alguna que otra inolvidable. Vamos allá.
10. Coche
Policial
A medio camino entre
una de Raimi y de los hermanos Coen, Jon Watts sorprende a todos con una
genialidad endemoniadamente divertida; de esas que casi te hacen sentir mal por
disfrutarla. Haciendo gala de la peor mala baba, con mucho humor negro y
situaciones disparatadas, el Coche Policial de Kevin Bacon ha estacionado muy
cómodo en el parking de las mejores del año.
9. Lost
River
A modo de fábula
retorcida, la ópera prima de Ryan Gosling (amada y odiada, y quizá más odiada)
es la clásica historia del héroe redentor aunque contada de la manera más
inesperada posible. Se puede ver en el proyecto esa intención, muchas veces
insana, de llamar la atención a través de la pirotecnia formal, pero no se
puede negar que el apocalipsis hipotecario en que nos sumerge el autor, cruel
parábola del roto sueño americano, tiene elementos más que valederos como para
hacer del film uno de los acontecimientos más extraordinarios del pasado año.
8. Phoenix
El curioso caso de un
director como Petzold, que parece “des-radicalizarse” con cada película que
hace, se ratifica con la extraordinaria película que parece un clásico
hollywoodense recuperado del olvido. Una
intriga con tintes de Hitchock (el propio director la entiende como una versión
diferente de Vértigo) pero con todos los elementos del mejor drama de época.
Una delicia visual y narrativa sobre la voluntad de renacer y de recuperar la
propia identidad.
7. Juana
a los 12
En el año en que el
cine argentino exhibe en sus vidrieras a los premiados Trapero y Mitre como
caballitos de batalla internacional, la película argentina que más me gustó fue
Juana a las 12. Básicamente porque Martín Shanly encontró la forma de saltar la
barrera del conformismo sin traicionar al movimiento del cual surge y escribir
un personaje que rompe de alguna manera con la forma en que se aborda la
narración en el cine argentino. Toda una hazaña para una obra primeriza que ha
sido capaz de encandilar a propios y extraños.
6. La
Visita
Porque contra todo lo
que digan sus haters, Shyamalan sigue siendo un maestro de la cámara, incluso
cuando se impone la complicada tarea de utilizar el metraje encontrado como
técnica de filmación. El director regresa a sus raíces y consigue realizar una
velada oda de amor al cine, mientras te cuenta otro de sus cursis relatos de
superación (bien hilado esta vez) y te vuelve a sorprender con un giro
narrativo de altura. Los niveles de auto-parodia que tiene el guión son
admirables y se han ganado mi corazón completamente.
5. Foxcatcher
Bennet Miller regresó
en 2015 a recordarnos por qué es uno de los autores más imprescindibles de
estos años. El trabajo de dirección de actores y contención emocional le
permite al director dibujar a uno de los personajes más aterradores del cine
reciente sin tirar del más mínimo dejo de sensacionalismo. Una historia que
invitaba al efectismo y a la búsqueda del impacto, es manejada con la seriedad
y tranquilidad que merece un acertado y cuidado estudio de cada personaje,
donde nada queda al azar.
4. Una
chica vuelve a casa sóla de noche
El western atípico de
Ana Lily Armirpour se convierte en uno de los aportes más frescos al género
vampírico y una de las cintas más originales del año. La ciudad perdida y agonizante
de Bad City es acosada por un misterioso espectro vengador que recorre las
calles sin entender del todo su misión en el mundo. Una historia de cadenas
rompiéndose, un cuento sobre esclavos que se liberan, una película inolvidable
sobre la luz que brilla en la más profunda de las oscuridades.
3. El
Pequeño Quinquin
El castigo
sobrenatural sobre un pueblo pecador, un mundo adulto cayéndose a pedazos y la
inocencia tratando de sobrevivir en tan hostil ambiente. Un planteo que puede
remitir un poco a La Cinta Blanca, pero que sobre todo encuentra su distinción
en la comicidad con la que Dumont decide afrontar el tema, demostrando que no
sólo puede deprimirte, aunque en el fondo lo haga. Una miniserie extraordinaria
que reflexiona sobre el mal, con mi personaje favorito de 2015, el Comandante Van
der Weyden.
2. Viaje
a Sils María
Assayas demuestra una
sensibilidad abrumadora en esta mirada a la mujer en el mundo del teatro y del
cine, a los miedos que afronta una actriz cuando llega a determinada edad y los
manejos de la industria para con ellas. Con el dueto interpretativo (Binoche-Stewart)
más espectacular del 2015 y con un guión que nos ofrece un juego de espejos
envidiable, nuestro viaje a Sils María es mucho más que un paisaje precioso y
un fenómeno natural imponente.
1. El
País de las Maravillas
Dos mundos que se
superponen; uno viejo y retrógrado que trata de sobrevivir refugiándose en lo
más profundo de un pueblito y uno nuevo y vigoroso que parece destinado a
devorarse todo lo que se entiende por tradición. Un simple y bastante horrible
programa de televisión llega a un pueblo de Umbría tratando de llevar a sus
televidentes una postal de cómo viven estas gentes. Un simple e inofensivo
programa que significa para un padre de familia tradicional, y ansioso de
permanecer aislado, la irrupción de una modernidad hostil y el apocalipsis del
mundo como lo conoce. Es imposible no quedar prendado al drama familiar que
propone Rohrwacher, a esa hija que se debate entre la fascinación por el
descubrimiento de ese mundo exterior y a ese padre que siente como se escapa de
sus manos la obra de su vida. La directora se permite poner en juego capas de
simbolismo sobre el relato familiar, consiguiendo que la película funcione a
niveles más abstractos de lo que puede parecer en principio. Es sin dudas la
obra más emocionante estenada en 2015 y de largo lo mejor del año que nos dejó.
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