Los episodios de Modern Family en los que toda la familia comparte el mismo espacio siempre son los más divertidos. Y estamos de suerte, porque el capítulo de esta semana ha sido de esos. Recuerda lo ocurrido en el episodio anterior aquí. ¡Alerta spoiler!
Coulrofóbico Phil
Un día de tormenta termina convirtiéndose en todo un desfile de risas y momentos incómodos. Porque claro, ¿cuál es la única casa en la que hay luz cuando se corta en todo el barrio? La de Jay, que para eso es una persona previsora e instaló un generador extra. Así que allí aparecen todos.
Por un lado, tenemos a Phil, que se siente un inútil después de asustarse de él mismo en una sala repleta de espejos mientras vestía de payaso (a los que tiene pavor). Cuando un rayo les deja sin luz y el portátil de Alex (que terminaba un trabajo con una compañera) parece morir, decide que lo mejor es visitar a su suegro para solucionarlo. La existencia de luz no arregla el problema, y Phil (con Luke) empieza a intentar ser útil arreglando cosas sin mucho éxito.
En una de esas su hijo termina en el suelo y él piensa que ha sido un rayo, algo que parece que ya le ocurrió una vez. Luke se apunta un tanto ante su hermana Alex, que trata de rehacer a mano el trabajo que tenía en el portátil: el joven se encarga de enmendar un error en una fórmula, pero porque casualmente aparecía en un selfie que se hizo en casa cuando el ordenador aún funcionaba.
Y Phil sí que es útil para algo: se le da muy bien escuchar. Así termina ayudando al propio Jay, que no deja de querer salir de allí, pese a la tormenta de afuera. Resulta que un amigo suyo ha muerto y tienen la tradición de reunirse el resto y tomar una copa juntos. Menos mal que tiene a su yerno cerca para reconfortarle, escucharle y tomarse esa copa con él.
Shut up, Ashley!
¿Pero qué hacía Phil disfrazado de payaso? Pues sustituir a Cam, que está muy ocupado con la fiesta de cumpleaños de Lily. Entre los disfraces que no triunfan, la música que ya no es posible y los desaires de Ashley (la niña más popular de la clase, cuyo aburrimiento termina convirtiéndose en tendencia), a la pareja solo se le ocurre trasladar la fiesta a casa de Jay, que empieza a llenarse de gente peligrosamente.
Ashley no deja de quejarse por todo y no se despega del móvil, que le parece mucho más interesante que aquella fiesta. Incluso Cam tiene que ponerse serio y se enfunda en su traje de payaso. Pero al final es Lily la que le para los pies y termina con todas sus compañeras dentro de la piscina, algo a lo que ni Ashley puede resistirse.
También tiene su gracia una trama protagonizada por Manny y Claire, dos personajes que comparten poco tiempo juntos. Tras un descuido de Manny con su batín, Claire le ve como Sofía le trajo al mundo, lo que hace cualquier situación siguiente muy incómoda para ambos. Mientras Sofía trata de hacer que su hijo se sienta cómodo con su cuerpo, parece que al final eso lo consigue Claire, cuando terminan arreglando la situación frente a frente.
Y que no se nos olvide Haley, que se da cuenta como su relación con Andy ha pegado un frenazo en seco. Ella ha estado ocupada, sí, pero él la recibe con una palmada en el hombro que no la convence para nada. Ella quiere un pedazo, y él le dice que no que no, que ni siquiera han salido juntos, y que aquello surgió de unos cuernos (muchos cuernos) muy mal puestos. Deciden tomarse tiempo, conocerse, y terminan bien. Bien mojados, dándose el lote bajo la lluvia. Y las niñas en la piscina. ¿Es que nadie piensa en los rayos? ¿Es que nadie recuerda lo de Luke?
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