miércoles, 17 de febrero de 2016

Deadpool. El humor como mejor arma.


Título original:
Deadpool
Año:
2016
Fecha de estreno:
19 de Febrero de 2016
Duración:
106 min
País:
Estados Unidos
Director:
Tim Miller
Reparto:
Ryan Reynolds, Morena Baccarin, Ed Skrein, Gina Carano, T.J. Miller, Brianna Hildebrand, Karan Soni, Leslie Uggams
Distribuidora:
Fox


Nadie confiaba en el macarra de Deadpool, excepto Ryan Reynolds y ahora, como bien podría decir el descarado personaje, les está restregando los huevos por la cara a todos. Estrenada desde el 12 de febrero en Estados Unidos y en algunos mercados europeos y asiáticos, la película está pulverizando récords. Recordemos que estamos hablando de una película con calificación R (la más alta y restrictiva de cuales pueden conseguirse) por su violencia, sexo y lenguaje en la película, algo inusitado para una película de superhéroes, lo que hizo que Fox apostase bajo por ella (costó sólo 58 millones), ahora, en apenas un fin de semana y poco más lleva ya 152 millones (sólo en USA, 284 millones en todo el mundo) y subiendo, y aún está por estrenarse en España y Japón, por ejemplo. Para hacer contraste mencionar que, el año pasado, 50 sombras de Grey, también con calificación R, consiguió la nada desdeñable cifra de 85 millones en su primer fin de semana. Pero la cosa no queda así, sino que la película ya es el mejor estreno en un mes de febrero de todos los tiempos, mejor estreno de una película con calificación R (hasta entonces lo era Matrix Reloaded con 91,7 millones), mejor estreno de un finde semana de enero a marzo, mejor estreno de la 20th Century Fox y mejor estreno para un debutante (en este caso, el director Tim Miller). Con estos datos, no es de extrañar que la secuela ya esté más que confirmada y el futuro de Deadpool en el universo cinematográfico de Marvel pinte muy longevo. Desde luego abre una nueva ventana al últimamente saturado mercado de los superhéroes en el cine.



Pero, curiosamente, hablamos de un antihéroe (no superhéroe) de menor reputación, al menos fuera de los no puestos en el mundo del cómic. No sabíamos casi nada de él cuando, un inspiradísimo equipo de marteking, nos empezó a vender de forma genial al personaje. No todos los días se ve un cartel de la película con emoticonos (esto sirve para ir ensayando inglés, porque se recomienda encarecidamente la versión original subtitulada, para que los juegos de palabras no se pierdan) y, además, sirve para ir sentando las bases de lo que podemos esperar tanto del personaje como de la película. Hablamos, para que nos entendamos, del que apodan “el mercenario bozacas” ('merc with a mouth'), de sexualidad ambigua, que originalmente era de los malos en los cómics y se aleja bastante de los valores morales que se presuponen en un héroe. Además tiene un detalle muy interesante: es propenso a romper lo que llaman la cuarta pared, es decir, interactúa con el público, habla a la cámara y es consciente de que está en una película. Y, por si algún padre aún anda despistado y lee esto y lo de calificación R no lo ha acabado de pillar... NO ES PELÍCULA PARA NIÑOS. Evítense luego reclamaciones o similares. Tenemos sexo, tenemos gore y mucha mala leche.


Entonces, ¿qué podemos esperar de Deadpool como película? Mucho humor (negro), una comedia de acción, que en parte parodia al mundo de superhéroes, en parte quiere darle un lavado de cara. Hay muchas referencias, tanto a la cultura pop (esto sucedía también en los cómics) como al mundo Marvel, por lo que muchos seguidores de estas sagas quedarán bastante satisfechos. De hecho, mucho de estos son los que han hecho posible la película, pues fue en una convención de cómics de 2012 donde Ryan Reynolds y parte del equipo presentaban una prueba de cámara de 3 minutos, con el fin de que alguna productora se animase con la película. Algún fan lo grabó y lo subió a youtube, haciéndose viral y consiguiendo la gran expectación de mucha gente, contentos con esta nueva visión del personaje y no aquel chasco que supuso su inclusión en X-Men Orígenes: Lobezno. Esto fue el empujón para que el estudio se pusiera en serio con ella. Y lo mejor es que muchas de dichas escenas se han recreado de nuevo para la película final, mostrando así gran parte de gratitud.
La película, ya desde los créditos empieza a tomarse poco en serio, riéndose de los estereotipos en este tipo de películas. Pero tranquilos, cuando se requiere la acción, su presupuesto no deja al descubierto ninguna carencia. Pero, eso sí, sin perder nunca de vista el humor, su gran sello de identidad. Y, ojito, tenemos escena postcréditos.


Además, para estupor de muchos, encontramos a Ryan Reynolds como pez en el agua, que le sucede algo así como pasó con Hugh Jackman con Lobezno. Ambos son uno, no puedes imaginar a otro en el papel. El actor vive el personaje, rezuma ese cariño que le profesa y puede estar orgulloso de su Deadpool al fin. Nunca he sido de reventar chistes o gags de las películas, por eso no me gusta leer muchas críticas de las películas antes del visionado y por eso yo suelo contar más que lo justo cuando hablo de ellas. Sobre todo cuando hablamos de comedias, saber de antemano gran parte de sus bazas puede quitarle mucho encanto a ese primer visionado. Prefiero comentar que, pese a la apariencia de tener una historia “de más de lo mismo con traje distinto”, que en parte es así, la película (yo por ejemplo hubiera subido la apuesta y hubiera hecho una película más cínima y sarcástica aún, con tal material) tiene ese carisma para dejar buen sabor de boca y ganar puntos en el recuerdo. Sin dejar de pasar por una comedia romántica, una de venganza o una de superheroes, o las tres mezcladas; sabe exprimir sus tres facetas para, sin aportar muchas novedades, parecer más fresca que la mayoría de las películas de su género. Ya hace tiempo que, con Kick-Ass o Guardianes de la galaxia, vemos que se avecina el lado más jocoso y desenfadado del mundo enmascarado, todo lo contrario al mundo DC y legado nolanista con Batman, por ejemplo. Pero yo desde luego tengo claro la clave (o la menos gran parte de ella) del éxito de Deadpool, de porqué funciona tan bien. Y es tan sencillo como que su equipo, sus creadores y artífices de la gran pantalla, la han parido con el mayor de los cariños y respetos. No con ánimo de reventar taquilla (eso vino después), sino con la convicción de que su personaje merecía la pena y necesitaba una película para reivindicarse. A ellos, enhorabuena, porque lo han conseguido.

7,5/10

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