Título original:
L'Affaire SK1
Año:
2014
Duración:
120 min
País:
Francia
Director:
Frédéric Tellier
Reparto:
Raphaël Personnaz, Nathalie Baye, Olivier Gourmet, Michel Vuillermoz, Adama Niane, Christa Théret, Thierry Neuvic, William Nadylam, Marianne Denicourt, Chloë Stéfani, François Rabette, Anthony Paliotti
Entre 1991 y 1997 apareció en la
escena parisina uno de los asesinos más escurridizos que alguna vez actuaran en
Francia y que en su día dio mucho que comer a los medios de comunicación.
Apodado como “La Bestia de la Bastilla”, la captura de Guy Georges y el ruido
mediático de la investigación dio lugar a la creación del fichero de huellas
genéticas en Francia, además de convertirse en una de las historias favoritas
de asesinos en serie. En este marco, el debutante Frédéric Tellier, conocido
por una larga y exitosa carrera en la televisión y con una ya vasta experiencia
en el manejo del género policíaco, toma este hecho para reconstruir a través de
su cuidado guión un caso habitualmente teñido por el sensacionalismo, encontrándole
una vuelta de tuerca de humanidad. La cinta de Tellier, es otra de las interesantes
obras que podremos encontrar en el ya agonizante My French Film Festival.
De primera mano, el planteamiento
recordará un poco a Memories of Murder con ese asesino que se escurre entre las
manos de la policía constantemente y que va llevando lentamente a la
desesperación al departamento de investigación. El primer acercamiento humano
que Tellier hace a sus personajes se centra en los investigadores y como el
caso los va transformando, afectando su vida privada de manera que no podían ni
imaginar. Sin embargo no es conveniente quedarse mucho tiempo en la comparación
con la magna obra del genio coreano, pues no deja de ser la obra que nos ocupa
demasiado convencional como para merecer dicha comparación. Además, las
ambiciones del film francés son otras y las aborda de muy buena manera.
En El Caso SK1, habitan dos
películas distintas y ambas transcurren paralelamente en tiempos distintos. La primera
de las historias es el desesperante trabajo de la policía en la caza del
asesino, la cantidad de trabas en la investigación y el temor suscitado en la
población por el hecho de que el monstruo está suelto y puede atacar en
cualquier momento. Esta es la vertiente más clásica del género policíaco donde
el asesino es el malo a capturar y los policías juegan al gato y al ratón. Sin embargo,
el director decide montar de forma paralela (algo confusa al principio, pero
muy acertada al final) el juicio a Guy Georges y el trabajo de sus abogados
que, primero engañados, intentan salvarlo y, cuando la evidencia es abrumadora,
intentan encontrar el lado humano de ese monstruo que los medios construyeron.
Es aquí donde la película encuentra su diferencia: jugar meta-narrativamente con
los tópicos de los asesinos en serie para al final, aprovechando el particular
desenlace de la historia de este peculiar asesino y violador, lanzar una
pequeña lección a la sociedad burguesa sobre cómo la “maldad” que habita en un
asesino, es algo esencialmente humano.
Puede que el tufillo aleccionador
pueda llegar en el tramo final, sin embargo eso no quita que el camino que
hacemos hacia él no sea exquisito, dado al buen manejo del tempo narrativo por
parte de su director y guionista. Es una película entretenida, con mucha
voluntad para la reflexión y sin gran cantidad de golpes bajos, lo cual es algo
más que bueno cuando pensamos que es una obra que busca llegar a un amplio espectro
de público. Sus nominaciones en los Premios César a Mejor Ópera Prima y Mejor
Guión Adaptado, deberían ser pergaminos suficientes para darle una oportunidad.
6/10
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