Doctor Who cerró este fin de semana una temporada bastante floja (ya hablaremos más profundo de ello), algo que deja pensando al fan menos crédulo que quizá sea la hora de que Steven Moffat abandone la silla de showrunner de una buena vez. Dado que eso no pasará y los más conservadores debemos admitir que inevitablemente la serie ha mutado en algo difícil de mirar, no queda más que volcarse al pasado esperando que el futuro sea mejor. Y que mejor manera de hacerlo que comentando una breves líneas sobre el pasado desconocido de Doctor Who, esa serie británica que desde 1963 se mantuvo muchísimos años al aire aunque pocas veces traspasó las fronteras. Siendo una serie que supera por mucho a programas más conocidos como Star Trek, sigue siendo una serie completamente desconocida para el público hispano hablante y no deja de ser constantemente reivindicada por sus fans. Aprovecho este espacio para no ser menos y hablar un poco de esta serie y de aquellos capítulos que me parecen imprescindibles para que todo aquél fan de la ciencia ficción que nunca consideró verla, pueda introducirse si le interesa en esa inabarcable marea de más de 800 episodios de viaje en el tiempo y el espacio.
Siempre hay que
aclarar que siendo el Doctor ese alienígena con capacidad de regenar su cuerpo en el
momento de la muerte, el programa tuvo una excusa no sólo para cambiar de
actor, sino para cambiar el rumbo de la serie cada vez que las cosas iban mal;
por lo tanto no hay que esperar un andar regular de la ficción y mucho menos
pensar que porque te guste una etapa necesariamente te va a gustar la
siguiente. Es recién en los tiempos modernos (la resurrección de la serie en
2005) cuando la serie adquiere otra dinámica y, sobre todo, una uniformidad. La
serie clásica ha pasado de la aventura más desenfrenada a la ciencia ficción
pura y dura, pasando por etapas en que era más una serie de espionaje e incluso
donde coqueteaba más con el terror. También es necesario aclarar que la serie
se construía en base a seriales, es decir una cierta cantidad de episodios que
englobaban la misma aventura, por lo que este no es un top de capítulos sino un
Top 10 de seriales imprescindibles de la serie.Vamos allá:
10. The Dalek Invasion of
Earth (Temporada 2;
Cap. 4 a 9; Dur.: 144 min; 1964)
Después de una
temporada inaugural en que la lucha de los productores Sidney Newman y Verity
Lambert contra todos los obstáculos posibles diera como resultado un éxito
absoluto, Doctor Who entraba a su segunda temporada con toda la confianza. En
este sentido, el serial que nos ocupa demostraba que la serie tenía huevos para
subir la apuesta y llevó a los temibles “saleros del mal”, aquellos Daleks que
habían aterrorizado a todos tras su primera aparición, a las mismísimas calles
de Londres en un futuro distópico donde estos extraterrestres exterminadores
habían conquistado la tierra.
El resultado fue
realmente aterrador, pues el escritor Terry Nation decidió mostrar a sus
creaciones en todo su esplendor de crueldad y se vieron imágenes que hoy sería
impensable que pudieran verse en un programa dedicado a toda la familia. Fue
una memorable aventura que hoy se mantiene casi intacta, que transmitió la
sensación de Apocalipsis como ninguna otra y con una grandísima interpretación
del que en aquél tiempo fuera el Primer Doctor, William Hartnell, teniendo uno
de los más emotivos momentos de la historia del show con el discurso final a su
nieta.
9. The Mind Robber (Temporada 6; Cap 6 a 9; Dur: 96 min; 1968)
Si la etapa de
Hartnell fue la del abuelo cariñoso, la de Patrick Troughton en el papel del
Doctor, nos acercó un poco más al Doctor Who que conocemos hoy en día. La
juventud del actor permitió cambiar la dinámica de la serie lo que derivó en un
modus operandi mucho más físico por parte del protagonista. Así fue como
Troughton se convirtió en el primer doctor en utilizar una de las habilidades
más legendarias del personaje: correr. Y si me preguntan, el serial que
ejemplifica perfectamente lo que acabo de decir es el maravilloso The Mind Robber,
una de las más grandes locuras jamás filmadas en la historia de la serie, con
el Doctor entrando en un mundo completamente surrealista donde todo lo que la
mente imagine puede pasar. El tándem Patrick Troughton y Frazer Hines (el mejor
equipo Doctor-acompañante de la historia) protagonizan esta memorable aventura
en donde a cada minuto aparecía una idea más genial que la anterior. Una
auténtica lluvia de imaginación que hoy sigue sorprendiendo a quien la ve.
8. Brain of Morbius (Temporada 13; Cap. 17 a 20; Dur.: 96 min; 1976)
Pegamos un salto en
el tiempo y pasamos a la longeva y popular etapa en que Tom Baker en el papel
del Doctor y Philip Hinchcliffe en la silla de producción, propusieron un giro
que dio como resultado que la serie traspasara la frontera por primera vez. Con
el más grande presupuesto manejado hasta la fecha, los productores le dieron a
la serie un tono gótico que bebía directamente de la Hammer y que concentraba
su atención en los decorados de los distintos mundos, logrando un
extraordinario escenario donde el Doctor pudiera hacer sus gracias de la mano
del más carismático de los intérpretes clásicos. El máximo exponente de esto es
y será el serial que nos ocupa. Aquí no sólo se construye un extraordinario set
para el planeta Karn, sino que el decorado de interiores invita a pensar en
películas como las Drácula y Frankenstein de Terence Fisher. La trama también
bebe mucho de ese sub-género del terror serie B en que los protagonistas eran
malvados cerebros que se mantenían con vida con inconfesables propósitos. Todo
ello confluye en una interesante re visita al mito de Frankenstein desde la
perspectiva científica que siempre caracterizó a Doctor Who.
El serial no sólo es
una estimable aventura sino que desde lo visual guarda alguna de las imágenes
más icónicas de esta etapa de la serie.
7. Genesis of the Daleks (Temporada 12; Cap. 11 a 16; Dur.: 144 min; 1975)
No se puede hacer un
especial sobre el Doctor y mencionar sólo una vez a los Daleks. Los grandes
enemigos del Doctor lo son por algo, pese a que su aspecto no sea muy
amenazador. La última gran historia de Terry Nation para la serie completa el
círculo que iniciara más de 10 años antes con un vistazo al origen de los
Daleks, de su política racial y de la robotización de su gente. Además
conocemos por primera vez al científico loco que creó a la raza exterminadora,
Davros, y sus paralelismos con el nazismo y con Hitler no se hacen esperar.
Si eso no es
condimento suficiente para disfrutar de una de las mejores aventuras del
doctor, el serial nos deja también algunas buenas reflexiones sobre el
genocidio y uno de los ‘cara a cara’ más memorables de la serie clásica. Debió ser
ésta la primera y última vez que viéramos a Davros, dejándolo de esta forma
entronizado para siempre en la historia de los villanos de la serie, sin
embargo fue tan popular que se encontraron mil excusas para traerlo de vuelta,
ya sin el impacto ni la fuerza que este personaje tuvo en sus inicios.
6.
The Chase (Temporada 2; Cap. 30 a 35; Dur.: 144 min; 1965)
Una vez más los
Daleks. Volvemos a la era del primer Doctor para recordar uno de esos episodios
que nos recuerdan el valor de la aventura pura, sin complejos, sin efectismos,
sin ambiciones desmedidas. The Chase es un parque de diversiones de principio a
fin donde no importa demasiado que es lo que tiene sentido y que no.
Después de su
aterrador paso anterior por las calles londinenses, se exigía una aparición más
light de los Daleks, un serial más relajado que no traumatizara a los niños que
lo vieran. Asi nació un episodio plagado de humor absurdo con más de un puntazo
muy bueno pero que no dejaba de darle un espacio a la épica. Es además el
cierre del arco de los dos acompañantes originales, Bárbara e Ian, una dupla que
aún se mantiene entre las mejores de la serie.
Los Daleks cazando al
doctor a lo largo y ancho del tiempo y el espacio es mi serial favorito de la
etapa de Hartnell en el papel del Doctor, aunque a diferencia del que reseñamos
antes, se le notan bastante más los años, sobre todo en cuanto a efectos se
refiere.
5. Spearhead from the
Space (Temporada 7;
Cap. 1 a 4; Dur: 96 min; 1970)
Volvemos atrás en el
tiempo para hablar de mi etapa favorita de la serie, la etapa del exilio en la
tierra, la etapa de UNIT (esa rama de la ONU encargada de investigar actividad
extra normal), la etapa del color, la etapa en Jhon Pertwee se hizo cargo del
manto del Doctor. Pero hay más, pues este sería la primera historia en que el
escritor Robert Holmes (encargado también de escribir Brain of Morbius) comenzaría
a convertirse en la leyenda en que se convirtió, dándonos algunos de los
episodios más grandes de la ficción. El serial que nos ocupa es además el
serial presentación del Tercer Doctor y es seguramente uno de las mejores
introducciones de un Doctor que nos ha dado la serie.
Aquí, el Doctor
despierta tras el juicio al que Los Señores del Tiempo (la raza del Doctor) lo
han sometido, confundido, recién regenerado y con el peso de una condena que le
evitará salir de la tierra por un tiempo. Comenzaban los días del exilio, con
los que los productores querían transformar la serie en una especie de thriller
de espionaje con tintes de ciencia ficción que lo acercara un poco al éxito
absoluto de “Los Vengadores”, la otra mítica serie británica.
Spearhead from the Space
enfrenta al Doctor a una invasión secreta por parte de una inteligencia colmena
capaz de crear un ejército a base de cualquier cosa hecha de plástico. Si ya
tiene su aquél la posibilidad de maniquíes invadiendo las calles y saliendo de
las vidrieras del centro comercial (escena que la serie moderna homenajeó en el
primer episodio de 2005), la puesta en escena ayuda a que se vea bastante más
aterrador de lo que podría parecer.
4. The Seeds of Doom (Temporada 13; Cap. 21 a 26; Dur.: 144 min; 1976)
Una de las más
recurrentes influencias que ha tenido la serie clásica de Doctor Who es “The Thing”
de Christian Niby y Howard Hawks. Si el argumento de esta película había sido
vital para mucho de la identidad de la etapa del Segundo Doctor, en la etapa
del Cuarto decidieron hacer su propia versión, aunque en una re-visita de
carácter más ecológico.
Así, este serial
arrancaba en la Antártida donde científicos encontraban una extraña planta de
origen claramente extraterrestre que desataría un caos no sólo en el lugar sino
también cuando la planta llegara a Reino Unido, pues, como no, siempre está el
científico sin escrúpulos (uno de los mejores villanos humanos que recuerde en
esta serie) que no escucha advertencias.
Es probablemente el
mejor serial de la etapa de Hinchcliffe como productor, uno de los que mejor ha
envejecido en cuanto a narración y efectos especiales. La atmósfera
lovecraftiana que se respira es invaluable.
3.
Inferno (Temporada 7; Cap. 19 a 25; Dur.: 168 min; 1970)
Volvemos al Tercer
Doctor para otra aventura extraordinaria que se mete de lleno en el terreno del
mundo del espionaje y la Guerra Fría. Estamos en la etapa del exilio por lo que
el Doctor no puede buscar aventuras en el tiempo y el espacio, por lo que los
males lo encuentran a él.
Buscando fuentes de
energía inagotable, un peligroso experimento que consiste en excavar muy cerca
del centro de la tierra se está desarrollando bajo la recelosa supervisión de
UNIT. El Doctor no está nada de acuerdo y pronto descubriremos que tiene razón:
la excavación ha encontrado una extraña sustancia orgánica que parece convertir
a las personas en criaturas que viven en las profundidades de la tierra.
Lo curioso es que se
aprovechó este capítulo para que el Doctor viajara por primera vez a una
dimensión alterna, donde Reino Unido se encontraba bajo el yugo de una
dictadura militarista y en la que cada uno de los personajes de la realidad
original, tenía su propia versión.
El fuerte del
episodio es la cantidad de personajes carismáticos que logra meter en pantalla
(y sus respectivos yo de la otra dimensión), pero sobre todo su narrativa que
juega con las dos realidades paralelamente con un montaje muy apropiado, que
guarda el suspense de qué va a pasar con la realidad que nos importa.
2.
City of Dead (Temporada 17; Cap. 5 a 8; Dur.: 96 min; 1979)
Sobre la ya
agonizante etapa de Tom Baker con el manto del Doctor, surge una rareza muy
bienvenida que se ha convertido en todo un episodio de culto. Douglas Adams,
escritor afamado de ciencia ficción y autor entre otras cosas de “La Guía
del Autoestopista Galáctico”, escribió uno de los hitos más grandes de Doctor
Who.
Para esta etapa, al
Doctor de Baker lo acompañaba Romana, una Señora del Tiempo que lo igualaba en
inteligencia y actitud, por lo que la serie tenía ya una dinámica diferente.
Atrás habían quedado las damiselas en apuros y los acompañantes como puente
para darle información al espectador; la relación entre Romana y el Doctor es
de igual a igual, y muchas veces sus discusiones e ironías dejaban atrás al público.
El capítulo mezcla
una especie de complot a nivel espacio-temporal por parte de Scaroth, el último
superviviente de la raza de Jagaroth, que busca beneficiarse con los resultados
de unos experimentos que lleva a cabo el Doctor Kerensky. Por supuesto, el
Doctor no puede permitir que eso pase, aunque interrumpa sus vacaciones en
París.
Es interesante porque
la trama de por sí ya es una aventura extraordinaria y una de las que se
sienten más cercanas a la serie moderna, por su dinámica y temática. Sin
embargo, la verdadera baza de City of Death es el juego dialéctico del Doctor y
Romana, del Doctor con Scaroth y de Romana con la esposa del alter-ego humano
de Scaroth, la condesa Scarlioni. Hay una semilla de Woody Allen en este
episodio, en cuanto es una fuerte reflexión sobre la pareja exhibida a través
del paralelismo entre la libertad e igualdad de la relación del Doctor y
Romana, y la traumática y feroz tiranía que Scaroth ejerce sobre la condesa y
que se tapa con kilos de lujo y buenas maneras. Es sin dudas una de las más
grandes y profundas historias que Doctor Who ha legado a la posteridad.
1. Tomb
of Cybermen (Temporada 5; Cap. 1 a 4; Dur.: 96 min.; 1967)
Quizá el clásico más
indiscutible que la serie haya dejado a lo largo de su historia sea la
extraordinaria aventura del segundo Doctor que se salvó de milagro de perderse
para siempre en los fuegos de la BBC.
Aquí los que brillan
son los Cybermen, esos otros grandes enemigos del doctor que tuvieron a finales
de los 60 su etapa de gloria, que habían demostrado ser aterradores en sus
primeras apariciones. El productor del momento, Innes Lloyd, y el jefe de
guionistas, Peter Bryant, tenían grandes planes para la serie a la cual querían
convertir en un show aterrador que bebiera directamente de la ciencia ficción
norteamericana y con esa tendencia al terror y misterio que tenían films como The Thing y The Forbidden Planet. La frialdad de los hombres máquina era
perfecta para abrir aquella inolvidable quinta temporada y los usaron para un
serial impactante.
En el planeta Telos,
un viejo planeta que fue conquistado por los Cybermen, los hombres máquina son
una antigua y temida leyenda casi olvidada; una fuerza desaparecida que
despierta el temor con sólo mencionarla. Al mejor estilo de La Momia, los
arqueólogos del planeta encuentran un monumento mortuorio que se conoce como La
Tumba de los Cybermen, donde descansan los restos de una civilización perdida. Como podrán imaginarse, siempre hay un científico lo suficientemente idiota como para poner en peligro la existencia, buscando manipular esa fuerza indomable para sus propios beneficios.
La maravillosa
narración de este serial bebe directamente de Lovecraft y la puesta en escena
asfixiante y claustrofóbica la convierte en una verdadera pesadilla. Por
supuesto ahí estaba el Doctor de Troughton, con su habitual capacidad para
parecer estúpido y, aunque se la ponen difícil, demuestra aquí tener una
inteligencia superior a la normal. Una verdadera pasada que corona con creces a
la mejor historia clásica y de la serie en general. Imperdible.
La cantidad de episodios puede asustar a más de uno; la cutrez que parecen desplegar las imágenes, asustarán a otros. Ciertamente es una serie que sobrevive hoy en día porque es una extraordinaria pieza de entretenimiento para los frikis, para quienes la imaginación puesta en cada episodio vale más que una sombra que se le escapa a un director de fotografía amateur (y vaya si hay de esos casos en esta serie). de manera que, si algún día te lanzas a esta aventura, recuerda que el primer paso es tomarla como lo que es: una aventura sin complejos.
Nos hemos dejado mucho afuera, pero no parece que sea necesario recomendar más. Estos seriales son ideales para meterse en la serie por primera vez y luego cada quien hace su propia exploración. Nos hemos dejado también a un par de encarnaciones fuera de la lista (el Doctor de Peter Davison quizá sea la ausencia más dolorosa), pero creo que es unánime la idea de que la etapa de gloria de esta serie se encuentra en sus primeros 4 Doctores, y así lo creo también.
Nos hemos dejado mucho afuera, pero no parece que sea necesario recomendar más. Estos seriales son ideales para meterse en la serie por primera vez y luego cada quien hace su propia exploración. Nos hemos dejado también a un par de encarnaciones fuera de la lista (el Doctor de Peter Davison quizá sea la ausencia más dolorosa), pero creo que es unánime la idea de que la etapa de gloria de esta serie se encuentra en sus primeros 4 Doctores, y así lo creo también.
De todas formas te queremos, Davison |
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