jueves, 17 de diciembre de 2015

Sufragistas. De mujeres que lucharon por su libertad.

Título original:
Suffragette
Año:
2015
Fecha de estreno:
18 de diciembre de 2015
Duración:
106 min
País:
Reino Unido
Director:
Sarah Gavron
Reparto:
Carey Mulligan, Helena Bonham Carter, Anne-Marie Duff, Meryl Streep, Brendan Gleeson, Ben Wishaw, Natalie Press
Distribuidora:
DeAPlaneta


Estamos habituados, en la cinematografía anglófona, a aquellas películas reivindicativas, comprometidas con hechos claves en la defensa de los derechos humanos/civiles/políticos. Es habitual, también, que estas películas se estrenen cerca de la época de premios pues sus historias atraen los galardones cual imán al metal. Películas "necesarias" para crear una conciencia colectiva sobre un problema o una injusticia social que, en la mayoría de los casos, se centran en el acto reivindicativo rehuyendo de otras virtudes más puramente cinematográficas y acartonándose en la comodidad fílmica del convencionalismo formal. En febrero nos llegó Selma -nominada al Óscar-, film centrado en la marcha para reclamar el voto de los negros americanos y, siguiendo con el sufragio, estas navidades tendremos Sufragistas -no descartamos alguna nominación al Premio Gordo, al menos en el apartado interpretativo-, una película sobre cómo las mujeres británicas lucharon por su derecho constitucional al voto.

Basada en los hechos reales que consiguieron alzar la voz del sufragio femenino británico en el Londres de principios del siglo XX, Sufragistas pivota una historia ficticia en un entorno real. Sarah Gavron y su guionista Abi Morgan (guionista de La dama de hierro y de Shame), envalentonan la determinación de una mujer cualquiera (Carey Mulligan), una trabajadora de una lavandería explotada desde su niñez, casada con un hombre bueno, y con un niño. Las injusticias a su alrededor -machismo, degradación- y el fuerte carácter reivindicativo de su nueva compañera de trabajo (Anne-Marie Duff), le llevan a zambullirse en la causa sufragista sobre todo cuando sus convicciones le cuestan su vida, tal y como la conocía. De manera paulatina, la protagonista va conociendo a mujeres reales del movimiento sufragista como Edith Ellyn (Helena Bonham Carter), Emmeline Pankhurst (Meryl Streep) o Emily Davison (Natalie Press).


La película funciona como ensalzamiento del movimiento feminista sufragista -a pesar de ambientarse en el período más radical. El equipo técnico está formado en su mayoría por mujeres británicas cuyo objetivo era la fidelidad a los hechos históricos a través de la ficción y así rendir homenaje -y, de paso, poner en boca de la sociedad contemporánea- a las líderes de un movimiento encabezado por Pankhurst. Esta mujer, con sus ideales, sus principios y sus acciones, fue el icono de las sufragistas. Por ello, Gavron pensó en Meryl Streep para interpretarla, una actriz de gran estatus y reconocimiento cuya presencia escénica, en tan sólo una escena de Sufragistas, es sinónimo de fuerza, de poder.

No obstante, si alguien destaca es Carey Mulligan. Su interpretación es carne de premio porque dota al personaje de una dulce vulnerabilidad; parece de carácter frágil pero se alza con una fuerza tremenda en pos del activismo político por una causa justa. Mulligan encarna a una mujer que, una vez lo pierde todo (trabajo, familia, hogar), se enfrasca en una rebelión personal y social, para demostrar el valor de la mujer, para garantizar el futuro del sexo femenino en cuanto a los derechos básicos como seres humanos. Su personaje cabalga en una riqueza de matices desde lo más profundo de esa mirada melancólica mezclada con esperanza.


Huelga mencionar la decantación por el lado feminista de la película pero eso no implica un recalco del machismo en la sociedad ni un retrato de los hombres como los antagonistas malvados de la historia. Ni Brendan Gleeson en su papel de portavoz de los cuerpos de seguridad del Estado ni Ben Wishaw -omnipresente últimamente en varias producciones cinematográficas- en su rol de esposo poco comprensivo con la causa activista, poseen caracteres demonizados. Son una simple consecuencia de su época. Dicho todo esto, Sufragistas deriva hacia la vertiente del cine comprometido socialmente cuya finalidad es exponer una realidad reciente en un país desarrollado como el Reino Unido, que no fue de los pioneros en reconocer el voto femenino, y servir de sincero y emocionante homenaje a todas las mujeres, las corrientes y las extraordinarias. Por algo es la primera película para la cual las Casas del Parlamento han abierto sus puertas.

7/10


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