Título original:
Der kleine drache Kokosnuss
(Coconut The little dragon)
Año:
2014
Fecha de estreno:
11 de diciettmbre de 2015
Duración:
82 min
País:
Alemania
Director:
Hubert Weiland, Nina Wels
Reparto:
Animación
Distribuidora:
Paycom Multimedia
Sin ahondar en demasía en lo prolífico
de la literatura infantil alemana -muchos leímos en nuestra infancia las aventuras de Anton, un
niño amigo de un pequeño vampiro llamado Rüdiger-, llama la
atención una saga de libros sobre un pequeño dragón con problemas
para volar. Se trata de Coco que, acompañado de Óscar (un dragón
vegetariano) y Matilda (un puercoespín), vive aventuras de diversa
índole. Ingo Siegner, su autor, ha publicado alrededor de treinta
libros sobre este reptil desde que en 2002 viera la luz por primera
vez. Suponemos que Coco goza de cierto éxito, al menos entre los
niños alemanes -de ahí su longevidad literaria- y por ello se han
animado con una versión cinematográfica.
Coco suspende por trillonésima vez su
examen de vuelo, ante la estupefacción de su familia y la risa de
sus conocidos. Tratado como un bebé por sus padres, su abuelo confía
en sus aptitudes heroicas. Le encomienda cuidar de la hierba de
fuego, una planta muy codiciada entre los dragones por su penetrante
aroma, su delicioso sabor y sus propiedades térmicas. Todo se
complica cuando Óscar se escapa de casa por ser vegetariano y se
esconde en el granero de Coco. La hierba desaparece y va pasando de
mano en mano por lo que los tres amigos saldrán a recuperarla.
La estructura de la historia sigue las
pautas de cualquier cuento infantil de introducción, nudo y
desenlace. Una estructura simple y eficaz. Estamos ante una obra de
marcado carácter inocente donde unos personajes viven aventuras
inocuas con didácticas consecuencias. Coco, el pequeño dragón
se pavimenta como un relato instructivo sobre el valor, la
perseverancia y el poder de la amistad. Un mensaje claro, directo
pero remarcado por su tono condescendiente hacia su público
objetivo, como si los tiernos infantes a los que se dirige no
entendieran nada de nada.
Y nos
explicamos. En cuanto al guión -aunque esto derivará de la saga de
libros-, los personajes presumen de actitudes pedagógicas durante
todo el metraje, explicando de modo prolijo sus acciones. Del mismo
modo, se introducen canciones porque sí, para animar el cotarro e
imitar el estilo Disney -reconocemos que alguna es pegadiza. Y las voces están dobladas subrayando con énfasis la entonación - en la versión inglesa, por lo menos. El
diseño de personajes, muy similar al de las ilustraciones de
Seigner, es básico, de trazo simplificado, sin elasticidad y de
colores elementales. El aspecto visual se descuida también en la
animación, feísta y con fallos y elementos cantosos ante los ojos
de un adulto como la posposición de componentes digitales -efectos
hechos por el ordenador sobre el dibujo.
Todos
estos ingredientes nos llevan a pensar en que su público se reduce a
niños muy, muy pequeños porque, difícilmente, un adulto puede
disfrutar de este tipo de animación. Coco, el pequeño
dragón fracasa en su vertiente
"artística" y en su ingenua historia. Su mayor valor
reside en su factor educativo pero esto no es suficiente dado su nulo
atractivo como película en sí.
4/10
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