Título original:
The Lobster
Año:
2015
Fecha de estreno:
04 de Diciembre de 2015
Duración:
118 min
País:
Grecia / Irlanda / Reino Unido / Francia
Director:
Yorgos Lanthimos
Reparto:
Colin Farrell, Rachel Weisz, Jessica Barden, Olivia Colman, Ben Whishaw, John C. Reilly, Ashley Jensen, Ariane Labed, Angeliki Papoulia, Léa Seydoux
Distribuidora:
Avalon
Deberíamos
estar orgullosos de que, desde hace bastante tiempo, el cine europeo
es en gran medida el que está poniendo la vertiente original y
artística a la industria cinematográfica mundial. Muchos son los
directores que empiezan despuntando con obras transgresoras en su
país de origen y acaban dando el salto al otro lado del charco,
absorbidos por la meca del cine, la mayoría con la desgracia de caer
en proyectos de índole más comercial, alejados de lo que,
precisamente, los hizo destacar. Esperemos que esto no ocurra con
Yorgos Lanthimos, el director griego que tras despuntar con las
controvertidas Canino y Alps, rueda en inglés (aunque
no en América) y con actores del star system. Aunque más bien, en
esta ocasión, son ellos los que han salido fuera de los grandes
estudios para embarcarse en un proyecto muy atractivo. Los que
conozcan los anteriores trabajos de Lanthimos sabrán que no hablamos
de un director que ponga las cosas fáciles al público, es más
propenso a fábulas y metáforas que a una historia común, filmadas
con magnetismo y gran dosis de mala leche.
Con
Langosta, tenemos de nuevo un escenario particular, con un
punto de partida bastante atrevido. No es un futuro, sino más bien
un “mundo paralelo”, un lugar similar al nuestro pero con otras
'reglas de juego'. Un escenario simplemente donde poner sobre el
tapete los temas que quiere explorar y que exploremos con él
Lanthimos y su habitual guionista Filippou, como son el amor, las
relaciones entre personas y aquellas que estar en cierta manera mal
vistas, como estar soltero.
El
director imagina un mundo donde vivir en pareja no es tanto una
elección sino una imposición. Para vivir en La ciudad debes vivir
en pareja. Si no la tienes, te mandan a El hotel, una especie de
cárcel-hotel donde tienes 45 días para conocer a esa persona que
tenga algo en común contigo y con la que congenies. Transcurridos
esos 45 días, si no la encuentras, serás convertido en un animal
(de tu elección, eso sí) y serás soltado en El bosque, donde
habitan los Solteros, que son cazados por los residentes del hotel
para aumentar días extra en El hotel.
Esta
situación un tanto bizarra es presentada con absoluta normalidad
(marca de la casa), incluso con cierta frialdad, buscada, por parte
de las actuaciones, quienes parecen responder, como en los anteriores
trabajos del director, a una ausencia de emociones, dejando lo más
básico para la interacción entre personas. Esto genera ciertas
situaciones humorísticas, pero esconde en el fondo una ácida
radiografía de la sociedad actual, si se excava un poco en el
trasfondo del relato.
Muchos
de los actores secundarios no son profesionales, buscando la
espontaneidad, pero sí encontramos caras conocidas en los papeles
destacados, como el últimamente omnipresente Ben Whishaw quien, sólo
en producciones de 2015, participa en El corazón del mar,
Spectre, Sufragistas, La chica danesa, en la
miniserie de TV London Spy y la citada de Lanthimos. Todos,
además, proyectos de cierto prestigio. También aparece el siempre
agradable John C. Reilly y la chica de moda Lèa Seydoux, quien
también apareció este año en Spectre, por cierto. Rachel
Weisz tiene un papel más destacado quizás que el resto, no por
minutos en pantalla (tarda su personaje en aparecer) sino por
importancia en la trama.
Pero el absoluto protagonista y, por más
que sorprenda, la destacada actuación es la de Colin Farrell. Quizás
esa introversión de su personaje le venga genial a su habitual cara
de “no sé qué hago aquí”, pero lo cierto es que el actor
irlandés, cuando se deja llevar por directores de un cine más
exigente (menos comercial quizás) como ha sido en el caso de
Terrence Malick, Woody Allen o Martin McDonagh, sacan lo mejor de él.
Yo creo que, más que mal actor, es un actor que, llevado por la
corriente del blockbuster, se ha olvidado un poco de actuar, operando
muchas veces con el piloto automático. Aquí, aunque bien es cierto
que su personaje podría parecer sencillo de interpretar (entre
desganado con cierta chispa de inocencia) requiere un ejercicio de
contención que cualquiera no tendría. Hay que resultar una mezcla
entre simpático, misterioso y enigmático, a la par que intentar
transportar al espectador a un escenario y una historia que a priori
puede costar entrar. Es su personaje y su actuación lo que sirve de
puente de unión entre el espectador y Lanthimos, por eso es tan
importante.
Langosta
es un ejercicio plausible, tanto por original como por su osadía,
por un relato del ser humano tan certero, usando unos escenarios y
unas actuaciones que pueden parecer un tanto deshumanizadas.
Conviene, eso sí, saber un poco de antemano que lo que vamos a ver
está totalmente fuera de lo convencional y no se rige por los
patrones comunes, hay que poner el cerebro en modo 'abstracto' y que
sean las sensaciones y los instintos los que hablen y opinen del
nuevo trabajo de Yorgos Lanthimos. Una de las mejores propuestas que
ha pasado por nuestras carteleras este año.
8/10
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