martes, 17 de noviembre de 2015

Conexión Marsella. Welcome to the '70s.


Título original:
La French (The Connection)
Año:
2014
Fecha de estreno:
20 de Noviembre de 2015
Duración:
135 min
País:
Francia
Director:
Cédric Jimenez
Reparto:
Jean Dujardin, Gilles Lellouche, Céline Sallette, Benoît Magimel, Guillaume Gouix, Pauline Burlet, Eric Godon, Mélanie Doutey, Xavier Alcan, John Flanders
Distribuidora:
A Contracorriente


Los amantes de los thrillers con mafiosos están de enhorabuena, porque Cédric Jimenez (Aux yeux de tous) les rinde un buen homenaje con Conexión Marsella.
Jean Dujardin (The Artist, OSS 117) y Gilles Lellouche (The informant, Cuenta atrás) se enfrentan cara a cara en los roles de Pierre Michel (apodado El juez) y Gaëtan 'Tany' Zampa, respectivamente, personajes reales de los años 70, en pleno apogeo del narcotráfico de heroína.


La película se centra en la 'french connection', la red de tráfico de heroína, con mayor auge en los 60 y 70, que metía la droga desde Turquía a Nueva York a través de Francia, principalmente en Marsella. Su droga era famosa además por el nivel inaudito de pureza, alrededor del 98%. A muchos espectadores les vendrá rápidamente a la memoria la película de 1971 con Gene Hackman, The French Connection (que ganó cinco Oscars), que evidentemente trata del mismo periodo, solo que desde el punto de vista americano. Además, la película, en tono, logotipo de entrada, método de grabación (35mm)... todo está pensado para transportarte a los setenta. Quizás lo que en principio pudiera sonar a pega (tanto emular puede sonar a ya visto, no se complica la trama y tira a lo efectivo), se convierte rápidamente en acierto si lo que se quiere es pasar las algo más de dos horas que dura pegado a la butaca sin pensar en otra cosa. La película tiene magnetismo, es vibrante y el ritmo es constante. Es ágil y va a lo que va. Presentación, nudo, clímax y desenlace.

Aparte del apartado visual y su montaje, no hay que menospreciar la habilidad con que se utiliza la música, llena de temas de la época, se ha conjuntado sabiamente para apoyar el ritmo de la película y realzarlo. Pero, si hay que destacar un solo elemento por encima del resto, ese serían las interpretaciones de los dos protagonistas. Dujardin y Lellouche (quienes ya habían coincidido en Los infieles y Pequeñas mentiras sin importancia) son dos destacados actores franceses que se comen la pantalla cuando aparecen, por tanto, ver su cara a cara hace saltar chispas. Además, el director hace presentaciones similares tanto del juez como del mafioso, ambos los rodea constantemente de la familia y hasta incluso crea perfiles físicos similares. No creo que esto sea casualidad, sino que Cédric Jimenez está interesado en esa dualidad, dado la “agresividad” de los métodos, hasta la fecha, de Michel en el caso. El juez a veces incluso llega a rozar la legalidad, pero como reza la frase del cartel, 'para para a un peligroso señor de la droga, necesitas a un policía peligroso'. 


En pleno 2015, inflados a grabaciones digitales y narrativas caóticas de la cámara al hombro, que alguien apueste por una narrativa clásica, sencilla y saque un producto tan solvente y sumamente trepidante como lo consigue Conexión Marsella, es tan placentero como una botella de agua en un desierto. Si eres de los que Black Mass supuso una leve decepción, quizás debas probar fortuna con la francesa.

7/10

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