Título Original:
Los últimos cinco años
Año:
2014
Fecha de estreno:
30 de octubre de 2015
Duración:
94 min
País:
Estados Unidos
Director:
Richard LaGravenese
Reparto:
Anna Kendrick, Jeremy Jordan, Natalie Knepp,
Meg Hudson, Nic Novicki
Distribuidora:
39 Escalones
No siempre va a resultar fácil para el público mayoritario
disfrutar de un musical en el más puro sentido de la palabra, donde los diálogos
convencionales den paso en su totalidad a la sucesión de piezas musicales. Esto
no puede considerarse un hándicap per se pues, como ya sabemos, en esto del
cine, el contenido va supeditado a la forma y va a depender de la pericia del director el
imprimir personalidad e interés a una obra para, en el mejor de los casos,
rescatarla del ostracismo y, en el peor, postergarla al olvido. He aquí el
principal fallo de la misma, Richard LaGravenese (director que sí ha mostrado
mucha valía en la realización de guiones como los de ‘El rey pescador’ y ‘Los
puentes de Madison’) ejerce una labor de dirección totalmente impersonal y anodina
que acaba convirtiendo el metraje en una mera sucesión de videoclips carente de
interés.
La historia se centra en Cathy, una aspirante a actriz que
es incapaz de hacerse un hueco en la industria, y Jamie, un joven novelista que
sí saborea las mieles del éxito. Ambos se disponen a narrarnos los cinco años
de su relación, altibajos incluidos.
Llama poderosamente la atención la estructura temporal
mediante la cual se nos cuenta la historia. Se va intercalando una narración
cronológica de los hechos desde el punto de vista de Jamie, con una narración cronológica
inversa cuando es Cathy quien aporta su visión de la relación. Supongo que el
objetivo de tan enrevesado planteamiento no es más que el de mostrar el contraste que hay entre los
idílicos inicios y los desilusionantes finales, entre otros avatares propios de
una relación sentimental; aun así lo considero un recurso fallido pues, llegados
a cierto punto, la inconexión entre unas escenas y otras es patente. El espectador
acaba preguntándose si era necesario complicarse tanto para contar una historia
tan simple.
Respecto al amor en el cine siempre me he decantado por
finales fallidos, por relaciones donde las vivencias buenas y malas se
intercalan al igual que los aciertos y errores de quienes la forman; el ser humano es imperfecto y así lo son
también sus relaciones. Comprenderéis, pues, porqué huyo de películas
como 'Un paseo para recordar' (Adam Shankman, 2002) o 'El diario de Noa' (Nick Cassavetes, 2004) y, en cambio, me fascinan títulos como 'Closer' (Mike Nichols, 2004) o 'Blue Valentine' (Derek Cianfrance, 2010) Y, pese a que el pasteleo está bastante presente,
es de agradecer que en esta película sí se muestre esa dualidad en las
relaciones. También me interesa cómo el tema laboral parece ser clave en el
devenir de la pareja, el éxito de Jamie parece minar la moral de Cathy, ella
empieza a verse como una mujer florero y se niega a tener ese rol pasivo; lo cual dinamita la relación. El éxito y la falta del mismo como
elemento separador. Estos son dos aspectos que rescato de la misma.
Respecto a las actuaciones los indiscutibles protagonistas
son Jeremy Jordan en el papel de Jamie y Anna Kendrick como Cathy, ambos
cumplen sus roles y demuestran tener química en pantalla. Un aspecto
importantísimo es el elenco de temas que conforman el musical, otro gran fallo
del mismo, está conformado por temas pop bastante facilones y alguna que otra
balada; un repertorio muy escaso que no eleva para nada el conjunto, carece de
canciones memorables.
Para concluir, que tu película esté basada en un exitoso
musical de Broadway no es garantía de éxito. Con una historia cargada de
tópicos, canciones sin interés y un director con el piloto automático puesto no
podemos sino hablar de una película fallida. Hay mejores opciones en la cartelera
actual.
4/10
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