Leo en bluper.es que la audiencia de Águila Roja ha caído en siete temporadas de un magnífico 26,4% a un cutre 12,5%. Pero claro, son siete temporadas. Y, claro, tenemos que tener en cuenta el año que la ficción se pasó, como el autor indica, metida en un cajón. Y los cortes a mitad de temporada. Ya en su octava entrega, y con una nueva en camino, no paro de preguntarme si era necesario seguir.
Capítulos
como el anterior evidencian, por una parte, que la serie avanza a pasos de
gigante cuando quiere (secretos que se van revelando, nuevas expectativas en la
historia de amor interminable que vertebra su trama). Sin embargo, y como
ocurre con el de esta semana, sus guionistas vuelven a tentar a la suerte con
otro devenir imperdonable y descabellado. ¡Alerta spoiler!
Las calles se limpian
Las calles se limpian
Esclavos. Ahora
Gonzalo y Satur son esclavos. Lo que yo os decía, dejaron al caballo escoger
los giros de guión y ahora dos de los protagonistas de la serie se encuentran remando
en un barco. Satur no para de decir que de los negros lo entiende, que han
nacido para servirnos, como las mulas. Pero ellos no. Por supuesto, entre los
latigazos, Gonzalo se preocupa en contrariarlo y darle el sermón. Porque no hay
ocasión que no aproveche el maestro.
Cuando el
posible comprador de esclavos aparece en el barco, Gonzalo (que se conoce los
trajes típicos de todo el mundo) reconoce que el tipo es de Persia y deduce que
es allí a dónde les llevan. Sí sí, donde el Prince
of. Personaje claramente inspirado en el Águila Roja.
Con Gonzalo
y Satur fuera, por cierto, la casa está hecha una pocilga. Cipri está fatal
todavía por lo de Catalina (al menos un personaje que se acuerde de ella) y
Han, nuestro secundario favorito, ya tiene más pantalla que Irene sólo paseándose
por detrás del plano. Lo mejor es que nuestro amigo vio lo que les ocurrió a ambos,
lo ha dibujado y está intentando que se den cuenta. Parece que Alonso termina
viendo algo más en el dibujo que los deseos asesinos del niño, que es lo que aparenta.
A media
corte
En en el palacio del Rey Marga ha terminado el nuevo traje de la Reina, que ha necesitado
muchos días de trabajo y ampliar la anchura de los pasillos. El caso es que
Marga echa de menos a Gonzalo y le pide a Mariana unos días libres para verle. Ella
le pregunta si le quiere, y que tiene suerte porque ella en el amor muy
afortunada no ha sido.
Fieles a la
realidad, la Reina le confiesa a Marga que ella iba a casarse con su primo,
pero que murió y entonces se casó con el Rey, su tío, padre del muerto. Ambas
son cazadas in fraganti por el Rey,
que se disculpa diciendo que él le ha dado amor. “A mí, y a media corte”, sentencia Mariana, antes de darle esos días
libres a su costurera. Ante el Rey llega Malasangre con el dinero de la venta de los esclavos, sin embargo, Felipe decide recular y le ordena que mande a los barcos de vuelta.
Mariana de Austria y Mesa Camilla |
Motín
El Balearia
Madrid-Persia empieza a sufrir bajas: los remeros se les mueren. A mí los
viajes en barco también me sientan fatal, la verdad. Gonzalo, que lo sabe todo,
le cuenta a Satur que les llevan a unas minas de azufre, a zufrir (y yo que lo siento). Tardarán más de medio año, así que
puede ser que ya hubiese empezado Cuéntame y todo cuando llegasen.
Satur
propone organizar un motín, pero a Gonzalo le asustan los posibles 60 hombres
que puedan servir en el barco. La verdad es que hemos visto al Águila contra
más y no ha pasado nada. A ver si se nos está ablandando el héroe. Por cierto, la comida
está llena de gusanos, un detalle que se agradece a la hora de la cena.
Lo que pasa
es que Gonzalo echa de menos a Margarita, que le han secuestrado sin catarla ni
nada, con la de temporadas que llevaba esperando. En esas, el héroe saca el
anillo de compromiso y le cazan con él y se lo quitan. Termina en el meñique
del comprador persa, que le gusta a él el oro más que en Las Tres Mil.
Sandokan
Por algún
motivo random, cuelgan con una soga a
Gonzalo. Logra librarse de aquello cuando otro barco ataca al suyo y unos
piratas, a lo Sandokan, lo capturan. Vamos, que la orden del Rey no les va a
llegar y el caballo ha vuelto a escoger el giro de guion malo. Terminan en otro
barco con esclavos negros, en el que puede que sea el mayor ZASCA de la serie a
Satur, que pasa a compartir destino con ellos.
Gonzalo ve
a un niño y le da su trozo de pan con gusanos. Que compartir es de héroes. Y Sandokan les marca con una señal según pintan para un destino u otro. Por supuesto,
Gonzalo recibe una marca distinta a Satur (cuestión de porte y tal) y parece
que van a separarlos.
En la
Villa, Alonso y Marga interrogan a Han que, a falta de vocabulario (solo sabe
decir Satur), hace una interpretación magistral de lo ocurrido tirándose al
suelo en plan inconsciente. Qué mala suerte tocarles el único chino que no sabe
inglés, vaya. Marga empieza a hilar (jeje) y sospecha que se han llevado a su
prometido y a su fiel acompañante a Persia, al confundirlos por mendigos.
Lechón
En el
palacio de los Santillana, Lucrecia se encuentra como una Dolorosa por Sevilla,
ausente y triste. El perder a su hijo (y pasaporte a la Corte) le ha afectado
mucho. Ve a su bebé en todos lados, e incluso lo visualiza en un cochinillo o
lechón o lo que sea que están a punto de trinchar. Que se lanza a abrazarlo y
todo en un sentimiento solo reconocible cuando llega el de Telepizza a tu casa.
Así acabó el conde de Valseca cuando le cocinaron a la oveja.
A la mierda la OMS |
Hernán, por
su parte, tiene un plan en mente y droga a la Marquesa, que queda inconsciente.
Se despierta en el bosque, junto a un rio y con Hernán. Por supuesto, no tarda
en coger una piedra y tirársela, porque ya sabemos a Lucrecia lo que le gustan
las sorpresas.
Con una
bonita cascada, fresas y vino, intenta que la mujer se olvide de su drama y
vuelva a ser aquella que le enamoró: la Marquesa despiadada que no dudó en
pedirle a su sirvienta que no tuviese a su hijo, por poner un ejemplo. La sorpresa
solo mejora cuando les roban el caballo y terminan en medio de la nada, solos. Son
atacados por lobos y terminan en el punto de inicio después de pasar la noche
andando.
Por alguna
razón, a Hernán le entran ganan de festear
allí en el bosque, y es entonces cuando Lucrecia le confiesa que está
enamorada de otro hombre. Enfadado, la deja allí tirada, “que te saque él de aquí”. ¿Será Gonzalo? ¿Será el lechón? ¿Qué será
será? Ambos llegan sanos y salvos a Palacio, lo que me hace preguntarme si todo
eso ha sido solo para contarle esto a Hernán qué necesidad había.
NSFW
Por cierto,
no se me pasa comentar lo de Nuño, que está ON FIRE con su criada favorita de
cuyo nombre nunca me acuerdo. Ella dice que nunca, él que la enseñará y se
montan un fuegote máximo NSFW muchachos
que están grabando. Son pillados en
pleno descanso por Soledad, cuya cara impasible ya empieza a encantarme: ella
da igual lo que se le ponga delante que en cualquier momento parece que va a
sacar un cuchillo jamonero y la lía parda.
Soledad no
duda en despedirla, antes de que la deje embarazada y la eche (como le pasó a
ella, por cierto). Irene hace su aparición semanal en ese preciso momento para
descubrir que ha sido cubierta por
Nuño, lo que le pone triste. El marqués termina re-contratando a su amante, e
Irene se venga de él filtreando máximo
con un amigo suyo. ¡Muchacha que tú estás casada! ¡Y que Nuño, aunque no lo
sepas, es tu hijastro! ¡Y, aunque no lo sepas tampoco, tu sobrino (si no
recuerdo mal)!
El amigo se
ve ya coronando la velada y se lanza hacia Irene, que entonces quiere recular.
Nuño termina cogiendo al noble y golpeándolo contra un pilar, un golpe que
pinta muy mal y muy de morirse. Al final le pide ayuda a su padre,
sabiendo que librarse de un cadáver es algo de lo que puede tener alguna idea.
Ofrecimientos
Pero ese no
es el único momento HOT CALENT SERIE ESPAÑOLA TENÍA QUE SER del capítulo. Resulta que
Marga visita a Malasangre para pedirle algo: necesita saber dónde están Gonzalo
y Satur, y no duda en apuntarle con una daga para que les haga volver. Sin embargo, él pide algo a cambio y decide ser ella; se ofrece, SE OFRECE. Y le ofrece algo diferente, “una mujer de verdad, no como esas que usted
frecuenta.”
Pero no se
entrega, no comparten lecho, no. Aunque Inma Cuesta supongo que por contrato
tiene que tener una escena de desvestirse semanal. Qué necesidad había. Al
final no culminan porque a Malasangre le da un vahído, un chungo, un dolor. Resulta
que tiene la fiebre de los pantanos (que se suma a la gripe del apio y el sarampión
del percebe como mi TOP 3 de enfermedades inventadas favoritas).
Marga, que
es hasta buena ofrecía, se queda toda
la noche cuidando de él. Porque es la única oportunidad –aparente- que tiene para
que Gonzalo vuelva. Si él supiese de quién habla, y ella supiese que él sabe
que es el Águila Roja... A Marga le da igual esperar años a que vuelva, total, ya
ha esperado tantas temporadas que unas pocas más… Malasangre enviará un
emisario, pero le avisa de que ya se lo cobrará. Cuando se recupere. PERO:
Ya
hemos llegao
A Satur y Gonzalo les pillan
intentando escapar, así que van a ajusticiarles frente al resto de esclavos. Les
separan del resto y descubrimos que Sandokan tiene el anillo de Gonzalo, pues
se lo quitó al cadáver del persa antes de tirarlo al mar.
Consiguen escapar de su
celda, aunque el criado es reticente debido a que no sabe nadar. Sin embargo,
al graznar de las gaviotas, Gonzalo sabe que están cerca de la costa y puede
que sea su única oportunidad. Con un “me llamo Gonzalo de Montalvo y tú
mataste a mi pad y soy el Águila Roja”, termina matando a todo el que se le
pone por delante, recupera su anillo y vuelven a la villa. Sí, vuelven, no
dicen cómo. Así termina la trama esta de los esclavos. Ambos vuelven, y se
reencuentran con Marga. Varias semanas
después, apuntan.
Por supuesto, sin dar más
explicaciones que un “ya hemos llegao”,
Gonzalo decide que es el momento de pedirle matrimonio bien a Marga, que acepta encantada y supongo que se callará de por
vida que casi se acuesta con otro por encontrarle. ¿No os había escrito antes
que hay cosas en esta serie que parecen imperdonables? Pues este capítulo cutre, con
este final tan épico, a mí me lo parece.
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