Bridge of Spies
Año:
2015
Fecha de estreno:
4 de Diciembre de 2015
Duración:
141 min
País:
Estados Unidos
Director:
Steven Spielberg
Reparto:
Tom Hanks, Mark Rylance, Austin Stowell, Amy Ryan, Noah Schnapp, Jesse Plemons, Will Rogers, Sebastian Koch, Scott Shepherd
Distribuidora:
Fox
El paso del tiempo no merma las
habilidades narrativas de Steven Spielberg, que a pesar de tener dos
producciones a la espera decidió responsabilizarse de una historia que no
podría encajar más con su estilo. Criado durante la dilatada era de tensión que
supuso la Guerra Fría, el realizador estadounidense nunca antes se había
internado con su cine en las fauces del longevo conflicto periférico que se extendió
durante la segunda mitad del siglo XX. El
puente de los espías es el resultado de esa mirada reflexiva al pasado, y
con esta introspección en el momento en el que la tensión entre Estados Unidos
y la URSS se podía cortar con un avión de espionaje y una bomba atómica, como
ya satirizaba Kubrick en ¿Teléfono rojo?
Volamos hacia Moscú, Spielberg nos obsequia con una de sus películas más
significativas y humanas sin perderse por los lares del sentimentalismo excesivo
como en War Horse.
Si hace diez años Spielberg ya
firmaba uno de los thrillers más sólidos del siglo con la excepcional Munich, ahora cambia de tercio
manteniéndose en el mismo género y con un resultado igual de memorable. En esta
ocasión la intriga se centra en las negociaciones protagonizadas por James
Donovan, interpretado por Tom Hanks, que a finales de los años cincuenta fue
una pieza clave en las comunicaciones entre Estados Unidos y la URSS en cuanto
al intercambio de espías. Aquí nos encontramos con el primer acierto que hace
que la película sea algo diferente a lo visto hasta el momento en el subgénero
del cine de espías. El protagonista no es un implacable agente especial ante el
que se rinden todas las mujeres, sino que es un abogado especializado en las
demandas que envuelven a las aseguradoras. Por lo tanto, quien nos guía a lo
largo de la historia es ajeno a las agencias entre las que tiene que mediar, y
por lo tanto no tan parcial a pesar de su nacionalidad. Y es su inteligencia
emocional la que se impone, dejando atrás los bandos que dividieron al mundo.
De esta manera se consigue mostrar dos sociedades con más similitudes de lo que
cabría pensar, y un hombre entre ambas que no trata a los prisioneros como
mercancía, sino como seres humanos con los que se implica más que los países de
origen que quieren recuperarlos para saber si han desvelado sus secretos militares
más confidenciales.
Esto no significa que los espías
desaparezcan de la mira de Spielberg, ya que el personaje de Rudolf Abel es
fundamental para comprender el mensaje de la película. Mark Rylance hace un
gran trabajo dando vida a este contenido informante, que fue el detonante de la
implicación de Donovan. Además de la maestría de Spielberg tras las cámaras,
con unas transiciones sublimes y un mantenimiento del ritmo que no permite caer
en el aburrimiento en ningún momento, hay que reconocer el guion de Matt
Charman, que organiza los eventos acaecidos en la vida real y adapta unos
personajes fascinantes de manera sobresaliente. A lo que hay que añadir el paso
del libreto por las manos de los hermanos Coen, que seguro que fueron los
responsables del toque de comedia con el que cuenta el filme, con genialidades
como mostrar a espías resfriados durante la Guerra Fría.
Todos estos elementos confluyen al
unísono con un latido reconfortante que se transmite desde el comienzo al
espectador. Spielberg ya nos ha mostrado previamente conflictos bélicos y sus
consecuencias, la humanidad y la compasión, pero con El puente de los espías derrite los absurdos muros de incomprensión
para levantar necesarios puentes de bondad y ecuanimidad.
8/10
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