jueves, 15 de mayo de 2014

Por un puñado de besos. Y de diálogos risibles.

Título original:
Por un puñado de besos
Año:
2014
Fecha de estreno:
16 de febrero de 2014
Duración:
98 min
País:
España
Director:
David Menkes
Reparto:
Ana De Armas, Martiño Rivas, Marina Salas, Megan Montaner, Joel Bosqued, Alejandra Onieva, Jan Cornet, Andrea Duro
Distribuidora:
eOne


Para aquellos cuyas venas rebosan cinefilia - de la buena -, el nombre de David Menkes no les despertará mucha simpatía. Su reciente éxito comercial Mentiras y gordas (2009), co-escrita nada más y nada menos que por nuestra querida ex ministra de cultura Ángeles González Sinde, fue una oda al mal gusto cinematográfico con esos jóvenes protagonistas sedientos de sexo, drogas y alcohol (fiel retrato de la juventud actual decían, ¿no?). Este año nos trae Por un puñado de besos guionizada por él a partir de la novela de Jordi Sierra i Fabra Un poco de Abril, algo de Mayo, todo Septiembre, otra película de calidad discutible.

[Os informamos de antemano de que en la reseña contaremos algunas partes importantes de la trama]. David Menkes pretendía hacer una obra con el tema amoroso como eje fundamental, como elemento clave para seguir soñando y creyendo. La protagonista es Sol (Ana de Armas), una joven seropositiva de 21 años. De carácter positivo y vital, Sol decide poner un anuncio en el periódico para conocer a más gente contagiada y poder establecer un vínculo. Al anuncio responde Dani (Martiño Rivas) y ambos conectan en seguida. Lo que Sol desconoce es que él es periodista y está elaborando un reportaje sobre cómo afrontan la vida en la actualidad los enfermos de SIDA.


La idea del amor como motor en la vida de Sol (que sí, tooooodo el mundo tiene derecho a enamorarse) se ve envuelta en una serie de florituras innecesariamente cursis para una historia de lo más manida y plana. Es el “Cómo perder a un(a) chico(a) en diez días(dos meses)” de nuestros días sólo que más torpe, menos carismática, menos divertida y con el toque “sidoso”. Una película sin alma donde sus actores destacan... para mal. La pobre Ana de Armas le echa entusiasmo pero poco puede hacer ante un partenaire tan sosainas como Martiño Rivas (y pensar que nos sorprendió de manera positiva en Tres bodas de más). De hecho, el reparto, curtido en gran parte en la pequeña pantalla es una lacra por la poca pasión y compromiso que demuestran hacia sus personajes.

Pero claro, tampoco nos extraña. Imaginamos la cara de idiotas de los actores leyendo las frases con tanta pretensión dramática. Menkes confecciona unos diálogos ridículos y risibles, que provocarán la carcajada involuntaria del espectador, y demasiado rimbombantes como para creerte que la juventud de hoy los emplea. En el aspecto visual, Por un puñado de besos recuerda más a un formato televisivo en cuanto a su iluminación y su composición escénica. Y, como si de un serial adolescente estuviéramos hablando, introduce una desproporción machacona de baladas románticas y música cursi de fondo. 


Mucho énfasis en la parte dramática tratando de exprimir hasta el final una historia condicionada por sus estúpidos diálogos y su pobre guión. Y eso que al principio la película tuvo un toque genial con lo de la amiga dirigiéndose a la cámara. Un espejismo. Se olvida de esa idea de modo que la escena queda como superflua e inútil. En definitiva, Por un puñado de besos no es nada recomendable y me atrevo a vaticinar que sólo irán a verla las fanáticas abducidas por el reclamo de sus dos guapos protagonistas.

3/10

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