martes, 20 de mayo de 2014

X-Men: Días del futuro pasado. Un verdadero espectáculo, en pasado, presente y futuro.

Título original:
X-Men: Days of Future Past
Fecha de estreno:
06 de Junio de 2014
Duración:
130 min
País:
Estados Unidos
Director:
Bryan Singer
Reparto:
Hugh Jackman, James McAvoy, Michael Fassbender, Jennifer Lawrence, Nicholas Hoult, Peter Dinklage, Ian McKellen, Patrick Stewart, Ellen Page, Shawn Ashmore, Omar Sy, Evan Peters, Halle Berry
Distribuidora:
Fox


Vuelven los mutantes a la carga. La esperada secuela (según los usuarios de FilmAffinity, sólo superada por Sin City 2 e Interstellar) de la exitosa X-Men: Primera generación no ha defraudado e incluso me atrevería a decir que, pese a que el listón estaba alto, es posible que incluso haya podido superarlo.
Sin duda, la franquicia está de enhorabuena, y todo pinta a que los 55 millones de dólares con los que se coronó n1º su antecesora en su primer fin de semana de la taquilla norteamericana, podrían ser fácilmente superados. Aquí en España fue nº2 con algo más de tres millones, superada por muy poco por la cuarta entrega de Piratas del caribe, pero este año no hay otro estreno que pueda hacerle mayor frente, puesto que Maléfica se estrena la semana anterior, así que hasta aquí lo tiene todo a favor.

Pero dejando de lado un poco las cifras, vayamos a lo que verdaderamente nos interesa: su calidad como película por sí misma. ¿Merece la pena esta nueva entrega de los X-Men? Absolutamente, sí. Aunque Matthew Vaughn, director de Primera generación ya no continúe, tenemos a Bryan Singer al mando, el cual se encargó de las dos primeras de la saga. Y se nota a Singer muy implicado con los personajes y la trama.
¿Y qué tienen que contarnos de nuevo en esta nueva película? Pues nuevamente se han basado en un cómic de Chris Claremont llamado Days of future past (como es el título original de la película también), pero cambiando levemente algunos detalles para que todo encaje en la película y con las anteriores. Así se nos introduce, con un majestuoso y tenebroso prólogo, en una sociedad futura, donde nuestros mutantes y los humanos que los ayudaron en sus guerras pasadas están siendo exterminados por los Centinelas, unos seres creados expresamente para localizarlos y destruirlos. Aparentemente indestructibles y con la capacidad de adaptarse al adversario, obligan a Charles Xavier, Magneto, Lobezno y los pocos mutantes supervivientes a refugiarse en la vieja escuela. Allí, sin otra salida, deciden arriesgarse a enviar a Logan, el único capaz de resistir tal viaje sin perecer en el intento, a 1970 (en un futuro muy cercano de los hechos de Primera generación) para evitar la creación de dichos Centinelas y así acabar con la guerra antes incluso de que comience.


Para los fans de la saga, esta posibilidad de ver futuro y pasado en una misma película les da la oportunidad de ver unos cuantos guiños a personajes y hechos pasados que, en realidad, aún no han ocurrido en 1970. Además, se juega con la Historia para adaptarla al mundo de los X-Men, algo que siempre me ha parecido curioso en el cine.
Para atar bien los cabos que suponen realizar una película en diferentes lugares espacio-temporales, Bryan Singer consultó a James Cameron (director de Terminator y Terminator 2 en las que ambas tienen cabida viajes espacio-temporales) sobre las teorías de universos paralelos y la teoría de cuerdas, con el fin de desarrollar de forma satisfactoria la historia. De hecho, la teoría resultante en la que finalmente se basó es la siguiente: "Hasta que no se observa un objeto, éste en realidad no ha sucedido todavía. El viajero en el tiempo cuya conciencia es realmente la que viaja en el tiempo yo lo llamo El Observador, y hasta que dicho observador pueda regresar desde donde viajó, los resultados no serán visibles aún. Así que puede perder el tiempo en el pasado que, hasta que vuelva de nuevo, este nuevo futuro no estará establecido. Como resultado, tenemos una acción paralela, donde existe una tensión subyacente, pues siempre hay algo que amenaza la conciencia de Lobezno que podría podría devolverlo al futuro antes de tiempo y dejar el mundo en un lugar aún más oscuro".

Así, libre de tener que justificar dentro de la película hechos metafísicos, se concentra en el montaje, principal impulsor de la acción, y las historias de los personajes. El ritmo es frenético, no hay respiro ni deseas que lo haya, pues deja tan absorto que no te importaría que durase una hora más.
Hay escenas para el recuerdo, cómo no, por ejemplo la que Quicksilver (el chaval que se mueve 1500 veces más rápido de lo normal) libra de una situación delicada a sus compañeros, pero cuanto menos entremos en la trama para evitar spoilers y poder ir con cuanta menos información, mejor. Siempre he defendido que al cine, cualquier película, lo más virgen posible.


Un reparto entregado a personajes que, en su mayoría, ya ha trabajado en alguna de las otras entregas. Destacaremos pues, la novedad de Peter Dinklage, el ahora famoso Tyrion Lannister, aquí haciendo del villano de la función. Un científico con ideas hitlerianas, cambiando judíos por mutantes. Siempre es una gozada ver a Dinklage en la pantalla, su mera presencia llena la pantalla pese a su tamaño. Pero, ¿será el único villano? Dejemos el interrogante abierto.

Como es de suponer, y como lo ha sido en toda la saga, hay siempre un hueco para las consabidas reflexiones morales que traen consigo las diferencias sociales. Además, ahora se le añade las del destino, la posibilidad de poder cambiar el pasado y automarcarse el camino a seguir. Esto siempre se puede utilizar como excusa para novias, parientes o demás gente que quieras que te acompañe a verla pero sea un tanto reticente a ver una película “basada en cómics” o “de mutantes luchando y tal”. Pero, lo que de verdad nos importa a los que la esperábamos, es que se nos entrega el espectáculo prometido y de forma muy satisfactoria. No necesitas saber más.

8,5/10

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