Post Tenebras Lux
Año:
2012
Fecha de estreno:
30 de Mayo de 2014
Duración:
120 min
País:
México
Director:
Carlos Reygadas
Reparto:
Adolfo Jiménez Castro, Nathalia Acevedo, Willebaldo Torres, Rut Reygadas, Eleazar Reygadas
Distribuidora:
Good Films
Quien
conoce un poco la filmografía de Carlos Reygadas, aunque sea de
oídas y comentarios diversos, sabe que lo que le espera en Post
Tenebras Lux y es posible que no
le deje indiferente, que requiera mayor predisposición y una mente
abierta a casi cualquier cosa. Pero ni aún yendo mentalizado se está
preparado para la película que nos presenta en esta ocasión el
realizador mexicano.
De
hecho, ya simplemente tener que hacer una breve sinopsis del
argumento de la película se me antoja bastante complicado... según
el director, se nos cuenta la vida de Juan, un rico industrial, que
decide alejarse de la ciudad y trasladarse al campo junto a su esposa
y dos hijos para así buscar algo de paz y armonía en sus vidas. El
matrimonio de Juan pasa por ciertos problemas, tanto sexuales como
coyunturales de criar a dos niños pequeños, que sumados a los
típicos conflictos de vivir en comunidad, le tienen intranquilo. A
raíz de un hecho fortuito e inesperado en su vida, empezará a
reevaluar su vida y lo verdaderamente importante, teniendo una serie
de visiones del pasado, presente y posibles futuros. Como digo, esta
es la sinopsis más o menos oficial que Carlos Reygadas ofrece de su
película, pero creo que llegar ya simplemente a pillar eso es todo
un reto.
Está
claro que Post Tenebras Lux
trata multitud de temas como el matrimonio, la infancia, la pobreza,
las clases sociales, la violencia, el sexo, la soledad, la naturaleza
o la maldad del ser humano, y es quizás por intentar abarcar tanto
que realmente no explote ninguno, pero el principal defecto que le
encuentro a la película es de concepto: lo exageradamente
pretencioso, críptico y exasperante del proyecto.
Me
gustan las películas que no te lo dan todo mascado, que se puedan
rumiar tras el visionado, incluso que ofrezcan narrativas
alternativas al típico introducción-nudo-desenlace básico, pero el
ejercicio de Reygadas se pasa tres pueblos.
Apoyado
en una fotografía exquisita (lo más destacable, sin duda), da la
impresión de que su director dirige más para su ombligo que para el
espectador, sin preocuparse de darle un mínimo a lo que atenerse, un
cierto ritmo o interés para indagar en la película. Y el resultado
de esto es que la mitad desertarán durante el visionado y la mitad
de los que queden en la sala tendrán la mente en otras cosas.
Y
es que la película parece una sucesión de hechos sin explicar, el
diablo del principio, la visión cognitiva (bastante cansina) sólo
en los exteriores, la escena de la sauna, los partidos de rugby... no
parece que haya una cohesión y visión única que forme la película.
Que, ojo, no digo que no la haya, su director la tendrá muy clara en
su cabeza, pero hay que dar un mínimo al espectador sobre lo que
hilar, bien durante el visionado o en el post-visionado.
Una
película con división de opiniones ya desde su presentación en
Cannes en la que, lamentablemente, debo posicionarme en el lado de la
crítica negativa. Porque no todo el monte es orégano, las buenas
ideas no siempre se explotan bien, y las pajas mentales no creo que
haya que aplaudirlas.
3/10
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