Título original:
Pozitia copilului (Child's Pose)
Año:
2013
Fecha de estreno:
23 de mayo de 2014
Duración:
112 min
País:
Rumanía
Director:
Calin Peter Netzer
Reparto:
Luminita Gheorghiu, Bogdan Dumitrache, Florin Zamfirescu, Natasa Raab, Ilinca Goia
Distribuidora:
Golem
Amor maternal tirano, asfixiante,
enfermizo. Madre e hijo, el
tercer film del realizador rumano Calin Peter Netzer nos acerca a la
figura de la madre como ser omnipresente y controlador. La película
abre con un plano de la madre, copa de licor en mano, hablando con
una amiga mientras le cuenta la crueldad de un hijo ingrato para con
ella. La presencia de esta mujer es solemne, fuerte y arrolladora,
preludio de todas las emociones que fluirán, dolorosas, a lo largo
de la historia. Y todo esto es posible gracias a Luminita Gheorghiu
quien realiza una portentosa e hiriente interpretación en el papel
de esa progenitora cuya lucha e ímpetu por salvar a su hijo te
dejarán sin respiración.
Cornelia
(Gheorghiu) es una arquitecta de clase alta cuyo amor por su hijo
Barbu raya lo irracional. Está molesta con él porque se ha ido de
casa con una mujer a quien no soporta. En realidad, odia saber que su
hijo es independiente y ya no le necesita como cuando era pequeño.
Un homicidio involuntario cometido por Barbu -atropella a un niño de
la clase baja rumana- hará que esta madre coraje remueva cielo y
tierra con tal de conseguir la impunidad de su hijo aunque sea
mediante manipulaciones y sobornos.
El
accidente de tráfico sólo supone la excusa para radiografiar las
desigualdades en la sociedad rumana y, sobre todo, el carácter
posesivo de Cornelia. Calin Peter Netzer nos sumerge en un drama
psicológico angustioso donde la corrupción de esa gente que se deja
comprar contrasta con el inmenso dolor de unos padres que ven cómo,
en una incómoda escena para el espectador, Cornelia les pide
clemencia. El amor de una madre no conoce de límites.
El
director incide en hacer aflorar los sentimientos de sus personajes
mediante una realización cercana al documental, sin apenas
ornamentación -no hay música, quitando un par de canciones
aisladas-. Cámara en mano, para propiciar un acercamiento con el
público, los primeros planos de las caras son constantes y
amenazantes. Nos transmite ese ahogamiento paulatino que sufre el
hijo.
La
obsesiva devoción de Cornelia por Barbu supone un ejercicio de
difícil digestión para el espectador. La cuestionable ética de
esta madre resulta tan repulsiva como atrayente. Cornelia es un
personaje antipático y, al mismo tiempo, magnético; podemos
comprender sus motivaciones. Madre e hijo, justa
ganadora del Oso de Oro en el Festival de Berlín, duele. Toda su
parte final está filmada con una incisiva maestría, de tal manera
que te sientes un intruso en su historia, como si no tuviéramos
derecho a compartir el dolor de esos personajes que, en el fondo, se
aman, se comprenden y se perdonan.
7/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario