My last day without you
Año:
2011
Fecha de estreno:
09 de mayo de 2014
Duración:
90 min
País:
Estados Unidos / Alemania
Director:
Stefan C. Schaefer
Reparto:
Nicole Beharie, Ken Duken, Reg E. Cathey, Marlene Forte, Laith Nakli, Lawrence Saint Victor
Distribuidora:
European Dreams Factory
Uno a una
comedia romántica sólo le pide un rato de entretenimiento amable,
que sea una película que se deje ver de manera agradable cuando el
cerebro no quiere trabajar más de la cuenta. Sabemos de sobra la
archiutilizada fórmula para la trama de las comedias románticas:
chico conoce a chica (o viceversa), uno de ellos tiene un secreto que
pondrá en jaque la relación y, cuando el otro lo descubra se
pelearán pero, como están tan enamorados, se perdonarán, se
besarán y serán felices. Un fórmula efectiva si cuentas con los
elementos apropiados algo de lo que la coproducción
germano-americana Mi último día sin ti carece.
La película
versa sobre el romance interracial establecido entre un alemán y una
afroamericana. Él (Ken Duken) trabaja para una empresa germana cuya
filial americana no es rentable. Tendrá que viajar a Nueva York para
despedir a parte de la plantilla. Antes de entrar a la reunión,
conocerá en una cafetería a una chica (Nicole Beharie) que le
regalará un cd con sus canciones. Casualmente, ella trabaja para la
filial americana y acabará de patitas en la calle. Él, que se
sintió atraído por la misteriosa mujer, la busca y le propone pasar
el día juntos. Cuando se entera de que es una de las trabajadoras a
quien ha despedido, le sugerirá producirle un disco. Ella aún
desconoce quién es en realidad él pero, un día en Nueva York puede
cambiarte la vida.
Mi último día
sin ti se convierte en una rutinaria comedia romántica que adolece
de anodina y sin chispa,
donde la química entre los dos actores protagonistas parece
esconderse tras los horribles muros del Nueva York más feo que el
director se empeña en retratar. La relación entre ambos se alimenta
de productos caducados, no tienen sangre en las venas, ni carisma, ni
la gracia innata de los actores de este tipo de género. Sí, son muy
guapos pero no dan la talla en cuanto a credibilidad de esa supuesta
atracción instantánea que hay entre ellos.
La película
intenta jugar con cómo una persona puede cambiar su destino tras
enamorarse a primera vista y para ello explota más clichés todavía
del género, representados en la figura de él como un tío muy frío
que nunca ha querido a nadie. No podía faltar en este tipo de
producciones un secundario histriónico, a modo de falso celestino y
consejero entre nuestros dos protagonistas. Nos referimos al chófer
del alemán, un personaje tan irritante como una urticaria. Por otro
lado, tenemos la relación amorosa paralela del padre de la
protagonista, un pastor de luto desde hace dos años que consigue
rehacer su vida gracias a una de sus feligresas. O el extraño
vínculo de la protagonista con su ex novio, personaje con un papel
irrisorio. Estas historias sólo tienen la función de actuar como
relleno en una trama muy trillada y poco atractiva.
Stefan C.
Schaefer, director y guionista de la película, ha construido una
historia sin ningún toque original, de carácter aburrido e incapaz
de emocionar a un espectador que no parará de mirar el reloj durante
la hora y media que dura. Lo más rescatable de la película son las
canciones interpretadas por Nicole Beharie con su tono de voz similar
al jazz -otro tópico al canto. Pero, como su propio personaje indica
casi al final del largometraje, Mi último día sin ti “es una
canción cursi”, de romance trivial, de destino predecible, de
resultado olvidable.
4,5/10
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