Retour à Ithaque
Año:
2014
Fecha de estreno:
17 de Abril de 2015
Duración:
95 min
País:
Francia
Director:
Laurent Cantet
Reparto:
Isabel Santos, Jorge Perugorría, Fernando Hechavarria, Néstor Jiménez, Pedro Julio Díaz Ferran, Carmen Solar
Distribuidora:
Golem
El microfestival Tu cita con el cine francés no me dejó muy buenas impresiones del cine del país vecino, pero entre todos los títulos olvidables surgió una interesante película que hizo que el certamen mereciera la pena. Laurent Cantet regresa a Cuba tras su participación en el trabajo coral 7 días en La Habana, y en esta ocasión lograr dotar a sus personajes de lo mismo que consiguió en La clase, de humanidad. Aunque Regreso a Ítaca no sea tan impactante como aquella, por la cual el director se hizo con la Palma de Oro, es un gran ejercicio de reflexión y sobre todo de interpretación y dirección de actores. Solo vemos dos escenarios -prácticamente todo transcurre en la azotea-, pero esa escasez de localizaciones no hace más que resaltar lo verdaderamente importante: los recuerdos y conflictos que afloran durante la conversación de estos antiguos amigos.
El hecho de que la acción se desarrolle en Cuba no es algo casual, no se debe a que Cantet no encontrara azoteas con buenas vistas en París, sino que toda la película gira en torno a Cuba, o mejor dicho, gira en torno a los cubanos. Aquellos que se quedaron y lograron hacer dinero, los que sobrevivieron como pudieron en un país complicado y los que decidieron cruzar el océano en busca de un futuro más prometedor. No soy ningún entendido de la situación de este país en las últimas décadas, pero estos personajes te ponen en situación y hacen que entiendas las diferentes capas que tiene una sociedad, representada en un grupo de amigos en el que cada uno representa cosas diferentes, y a la vez son capaces de converger y mostrar una gran complicidad, como en la vida misma.
Tiene un gran mérito no solo el encomiable trabajo de los actores, sino también el de Cantet a la hora de atreverse a afrontar este reto y cumplir con nota, ya que podría haber sido firmado por un director cubano sin ningún problema. Hay que destacar su buen hacer a la hora de plantear las situaciones que se desarrollan en la azotea, logrando que un grupo de desconocidos nos introduzca en su vida presente y pasada, trasladándonos a esa azotea durante toda una noche y recordando los momentos similares que hemos vivido. El reencuentro entre amigos siempre guarda momentos emotivos y otros no tan agradables, y Cantet no deja nada fuera de la mezcla, ya que los conflictos previos brotan de nuevo con la herida abierta por el paso del tiempo y el transcurso de esa noche será el tiempo necesario para que todos los personajes comprendan los sentimientos de desarraigo y de lucha frustrada de los otros.
Precisamente es ese choque entre el pasado y el presente lo que resulta más interesante de la película, porque suena a tópico que hay que conocer el pasado para no cometer los mismos errores en el futuro, pero aquí se nos recuerda que el verdadero sentido de hacer balance sobre los actos pasados es poder convivir con uno mismo en el presente. Y es esa convivencia entre las emociones de cada uno la que hace que Regreso a Ítaca desprenda naturalidad, con un guión que puede tener altibajos, ya que el desarrollo casi íntegramente en una localización limita el dinamismo, pero los personajes logran que la noche no se haga pesada y que el espectador quiera conocer algo más sobre estos amigos y sobre el país que se encuentra tras ellos.
7,5/10
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