Los amantes del cine tenemos la mente tan ocupada en
largometrajes, series o las propias
noticias cinematográficas que nos avasallan con toda la actualidad del momento,
que muchas veces nos olvidamos de esas pequeñas joyas llamadas cortometrajes, y
que no tienen en muchas ocasiones la difusión que debieran, por eso cuando me
propusieron acudir al evento organizado por la productora Fanda Films en el
(genial) cine Palafox de Madrid para cubrir y comentar unos cortos que se iban
a presentar no me lo pensé demasiado, ya que necesitaba ver otro tipo de cosas.
El evento comenzó con la presentación del equipo de los
trabajos anunciados, y desde el primer momento se pudo palpar en el ambiente
una sensación de cercanía por parte del público y de los organizadores, ya que
se notaba que era una reunión de amigos cercanos que estaban deseosos de
mostrar a las criaturas que llevaban mimando durante tantos meses de
preparación.
THE WORKING DEAD
El primer corto en cuestión, The Working Dead, en clara
alusión a la famosa serie americana de zombies vivientes, escrito y dirigido
por Fernando Gonzalez nos presenta a un grupo de trabajadores de oficina que
viven atemorizados por esa lacra social llamada paro, así que cuando oyen los
pasos de su temido jefe deciden fingir que están muertos para que no les puedan
comunicar en ese momento la fatal noticia. Realizado únicamente en espacios
interiores, el tono apuesta por ser deliberadamente cómico, a pesar de tratar
un tema tan sensible en estos momentos para mucha gente, pero se agradece poder
ver situaciones absurdas encubiertas en mensajes de trasfondo. En ese sentido,
y salvando las distancias la sensación me recuerda a cuando uno ve El lobo de
Wall Street, te ríes aunque lo que estés viendo objetivamente hablando no tenga
demasiada gracia. A destacar, especialmente los cuidados títulos de crédito, un
grafismo audiovisual realmente reivindicable que recuerda a la estética
utilizada en otras películas como Atrápame si puedes.
ASHES
La segunda proyección, titulada Ashes, fue una propuesta
radicalmente opuesta a la anterior, en esta ocasión la historia contaba como
los nazis en su invasión a Polonia durante la Segunda Guerra Mundial se
dedicaron a robar valiosas obras de arte, un tema también de actualidad ya que
coincide con el estreno en las salas españolas de La dama de Oro, una película
de corte temático similar. Sin diálogos, se trata de una apuesta puramente
visual donde las imágenes son suficientes para transmitir el mensaje de olvido
y destrucción que el corto necesita. Se destacó especialmente la cuidada y
estudiada dirección artística que tenía para dar toda la autenticidad posible.
Personalmente me gustó más que el anterior, aunque en ambos encontré aspectos
que me gustaban.
La productora Fanda Films está de enhorabuena, no solo porque además celebraban sus diez años en activo, sino porque ambos cortos podrán verse en el festival de festivales, es decir, hace ilusión saber que dos cortometrajes independientes podrán verse en Cannes, una noticia que inundó de alegría la sala del famoso cine madrileño el pasado día 9 de abril, mucha suerte y que vengan muchos más.
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