Mandariinid (Tangerines)
Año:
2013
Fecha de estreno:
30 de Abril de 2015
Duración:
87 min
País:
Estonia / Georgia
Director:
Zaza Urushadze
Reparto:
Lembit Ulfsak, Elmo Nüganen, Grigori Nakashidze, Misha Meskhi
Distribuidora:
Karma Films
Pocos son los temas que quedan sin una representación que
recuerde sucesos que marcaron una etapa clave en la historia de la humanidad.
Durante el año 1992 una provincia georgiana entra en guerra por querer independizarse
de su país y ser así un estado independiente de la antigua URSS.
Este conflicto
armado que se desarrolló en el oeste de Georgia marca la ambientación de la
película de Zaza Urushadze Mandarinas.
La película narra la historia de Ivo, un ciudadano de
procedencia Estona que, lejos de emigrar de nuevo a su país, decide quedarse en
el que había sido su hogar durante muchos años a pesar de la amenaza de una
posible batalla a los pies de su casa. Ayuda a su vecino y amigo Magnus con la
recolecta de Mandarinas de su huerto, por las que saca beneficio para poder
sobrevivir y las cuales, en tiempos de guerra, son uno de los pocos sustentos
que tienen.
La realidad de la guerra se vuelve más palpable para el
protagonista cuando tras un accidente ocurrido cerca de su hogar, decide traer
a su casa a dos heridos para cuidarlos, ignorando por completo que se trata de
individuos de diferente bando.
Lejos de intentar abordar este conflicto bélico a modo de
película de acción donde podamos apreciar de manera más clara y superficial qué
efectos tiene una guerra para los países involucrados en ella –gesto que se
llega a agradecer debido a la cantidad de películas bélicas que existen- el
director da más protagonismo a la guerra interna de los personajes cuando
tienen que vivir en un tiempo de caos, violencia y destrucción.
Es muy fácil sucumbir a la violencia. Es muy fácil no
preguntarse si el odio hacia el otro bando es realmente propio o está
completamente influenciado por factores externos. Tomando la casa de Ivo, el
protagonista, como tierra neutral éste no lo tendrá fácil para frenar una
batalla en el propio salón de su casa en el momento en el que se descubren las
dos identidades de los heridos.
No hace falta ponerle un título concreto, o situarla en un
tiempo y espacio exacto para darnos cuenta de que nos encontramos aquí temas
universales donde los haya y que, gracias a la singularidad se puede representar
una y otra vez, sin caer en la simplicidad. Prejuicios de cualquier índole que,
tras conocer realmente aquello que odias te hace plantearte realmente si la
diferencia es tan abismal como para no tener remordimientos a la hora de, en
este caso en la película Mandarinas, matar al que había sido vecino tuyo
durante toda la historia.
Diálogos sencillos,
muchas veces banales, que nos recuerda
qué es ser humano en tiempos donde la humanidad se pierde. Las mandarinas, aun
pareciendo que no tienen el protagonismo que promete el título, no es más que
un elemento simbólico para cada uno de los personajes. Mandarinas es humanidad,
es libertad, es tradición. Renunciar a ellas sería renunciar a las creencias.
Con menos de hora y media de duración- aunque no es cuestión de cantidad sino de calidad, esta candidata tanto
para el Oscar como para los Globos de Oro, llega a los cines españoles el 30 de Abril
8/10
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