sábado, 18 de abril de 2015

Agent Carter. La sorpresita inesperada de Marvel





Cuando uno es ajeno al mundo de los comics, suele perder de vista el importante movimiento de fans que determinados personajes con menos cartel arrastran, y el caso de la agente Carter es un buen ejemplo de ello. El personaje es poco conocido por el público no comiquero, pero ha aparecido en las dos cintas del Capitán América e incluso ha tenido su propio cortometraje, sumado al hecho de que también tendrá su aparición en la secuela de Los Vengadores. Todo esto ante la algarabía de los fans que adoran al personaje, pese a que (todo hay que decirlo) ninguna de esas apariciones ha sido particularmente memorable. Lo cierto es que Peggy Carter es tan querida que Marvel se animó a darle su propia miniserie de 8 episodios que vino a llenar el hueco que dejó el parón de Agents of Shield en enero y febrero, y que ha vuelto a contar con el beneplácito de la crítica y del fanático. ¿Pero valdrá realmente la pena dedicarle tiempo? ¿Tiene elementos que la hagan resaltar de las otras series del sub-género que ahora también ha invadido la televisión? En las próximas líneas, encontrarás las respuestas, sin spoilers.


Los comics en la tv no están corriendo la misma suerte que en el cine. En nuestros tiempos en que los grandes trabajos televisivos acercan calidad cinematográfica a la pantalla chica, ninguna serie de superhéroes ha estado a la altura, y si bien algunas como Arrow y The Flash han consolidado una cantidad de público decente, la mayoría naufragan un tiempo hasta estabilizarse (Agents of Shield) o directamente desaparecen (Constantine). Todas sufren el problema de la escasa planificación y de la espantosa improvisación sobre la marcha que les dan un fuerte aroma a producto menor, lo cual espanta al espectador medio que tiene miles de opciones de las cuales elegir. Agente Carter asoma tímidamente la cabeza en este bulto por el hecho de que tiene muy claro qué problemas va a tratar, quienes son sus personajes y hacia donde van, por lo que no esperamos rebuscados golpes de efecto que mantengan la atención o que intenten alargar una trama carente de vida. Aún así, nótese que digo “tímidamente”, ya que creo que la serie tiene un par de defectos que pueden contrarrestar suficientemente bien sus virtudes, no permitiendo que la Agente Carter vuele a mayor altura.

Quizá su más sonado problema es que la serie ofrece pocos momentos memorables en cuanto a su trama principal. En la medida de que pasa el tiempo tras haberla visto, se hace más y más difícil recordar en detalle esa trama de espionaje que la serie intentó vendernos durante 8 capítulos; no porque fuese mala sino más bien porque a la larga, los guionista parecen tener más claro el fondo en que se mueven los personajes que los propios movimientos de los personajes en él. Dicho de forma más sencilla, la trama es más rutinaria de lo que debería ser y, pese a contados momentos, uno acaba alabando más los detalles secundarios que decoran la serie. Aún así, no es necesario ser muy apocalíptico: la trama tiene momentos muy inspirados y destaca mucho todo el esfuerzo para emparejarla más a las clásicas sagas de James Bond que al estándar súper heroico, lo cual se agradece mucho.

Las asesinas rusas: uno de los momentos más inspirados de la serie


El nivel de la producción es sublime y la reconstrucción de la época no tiene nada que envidiar a la película del Capitán América, ofreciendo esta vez un mundo más palpable y vivo incluso. El trabajo en peluquería y maquillaje habla de que esta no es una serie de producción barata, cosa que si pueden parecernos otras series como la de Agents of Shield y sigue resaltando la valentía de Marvel por invertir tanto en un producto que a priori no es tan atractivo. Estéticamente, la serie tuvo un inicio turbulento con una fotografía espantosa que afortunadamente se fue trabajando mejor en subsiguientes capítulos para llegar a una paleta de colores más propia del cine negro. De todas formas la serie pasa demasiado por alto cualquier atisbo de personalidad estética y desperdicia todo el nivel de la producción. En ese sentido, Agente Carter no se despega de la falta de ambición en este rubro que desprende todo producto de Marvel, característica común que, afortunadamente, la más reciente producción de la marca (Daredevil) ha venido a destruir.

Posiblemente el gran acierto de la serie esté en algo que veníamos anticipando: el fondo. Agente Carter, para los distraídos, ocurre en los años 40 y trata sobre una mujer espía, por lo cual es un terreno abonado para disparar ideas acerca de la posición de la mujer en un mundo de hombres. Los guionistas tenían claro que de la explotación de este punto central dependía el éxito y el rasgo distintivo de la serie; lo que los más escépticos  no esperábamos era el tremendo talento con el que el equipo de producción trataría el tema. Y es que ésta es la gran baza de la serie: un trabajo de guión, de dirección, de montaje y de planificación verdaderamente fenomenal; una lluvia de buenas ideas genialmente implementadas que buscaron que la serie nunca esquive el bulto pero nunca se vuelva ni sentimental, ni moralista, ni anacrónica.

El mundo de los hombres


Otros de los temas que se abordan con total inteligencia es el impacto del Capitán América en la vida personal de la Agente y en el ámbito socio-cultural. Nuevamente la serie no se anda con rodeos y deja sutilmente expresado el carácter sexista  de la construcción mitológica del héroe americano, crítica que se hace necesariamente extensiva al mundo del comic, al menos el de aquellos tiempos. Bien por ellos y demuestra que Marvel da pequeños pasos arriesgados de vez en cuando, pese a que sus productos a la larga acaban siendo siempre demasiado amables con el público.

Los personajes de la serie llevan adelante sus papeles con esfuerzo y carisma, aunque algunos de ellos parecen estar ahí más como guiño a los comics que otra cosa. Tal es el caso del simpático James D’Arcy en el papel del Jarvis de carne y hueso, mayordomo de Howard Stark (el padre del Iron Man que conocemos) que no termina de sentirse realmente necesario en la historia y funciona, quizá, para suplir al personaje de Howard Stark (genial Dominic Cooper) que aparece poco. Aún así, la química de D’Arcy con nuestra proagonista nos deja los necesarios momentos cómicos en este tipo de producciones. Hay también un conjunto de esforzados secundarios que sirven para dar profundidad al mundo en que los personajes están metidos y que funcionan siempre como decorado humano, ya que la serie nunca logra profundizar en ellos con demasiado éxito. Aún así, si no se hila demasiado fino, todo en la serie es funcional, incluso sus bondianos enemigos y sus planes innecesariamente retorcidos tienen un encanto especial. Hay que recordar que si algo ha caracterizado al estudio es abrazar su lado comiquero sin mayores complejos y toda la serie respira el espíritu alegre y relajado de las películas de Marvel, aunque el personaje de Carter sea un personaje con muchos tintes trágicos.

El fan reconocerá a estos muchachos, el resto posiblemente no


Y hablando de Carter, no hay que olvidarse de ella. Hayley Atwell sabe llevar adelante el personaje y soporta el protagonismo con mucho talento, desparramando suficiente carisma como para encariñarte con ella. Como personaje femenino fuerte me temo que no pasará a la historia, aunque alcanza a separarse de las típicas “muñecas de acción” de Hollywood y logra ser un personaje incómodo, no llega a ser verdaderamente rompedor, ya que ha faltado mucha sensibilidad a la hora de construir el personaje. A la larga, Carter no será más que un personaje mujer escrito como si fuera hombre y muy lejos quedará de revolucionarios personajes femeninos de blockbuster como la Katniss Everdeen de Los Juegos del Hambre. Si esto tiene que ver con el hecho de que ninguna mujer escriba o dirija alguno de los capítulos, no lo sé; ahí lo dejo.

Se puede concluir que Agente Carter es una serie que logra superar la baja vara que dejaba Agents of Shield, y se incrusta con mayor dignidad en ese universo que Marvel construye en cine y en tv. Si te gustan las películas de Marvel pero no confías en sus series, puede garantizarte que disrutarás con este nuevo producto. Es posible que si no te gustan las películas de Marvel, también puedas disfrutarla dado que se aleja bastante de los cánones superheroicos y tiene pergaminos extra para hacerte pasar un buen rato, aunque con cuidado ya que esta serie sigue siendo 100% Marvel.
Ahora parece que su éxito puede convertir esta miniserie en serie, lo cual no estoy seguro de que sea una gran idea. De todas formas, la serie ha logrado depositar en mí suficiente confianza como para darle una oportunidad a una hipotética nueva temporada, aunque no queda muy claro qué es lo que tenga para contar.

Como apunte final, el recuerdo de Capitán América por parte de Peggy Carter en esta serie está tan conseguido que puede incluso hacer que el espectador casual tenga deseos de ver esa película de la cual surge la relación. Si sirve de algo mi opinión, creo que en dicha película (Capitán América, el primer vengador) la relación no está muy bien trabajada y es posible que se lleve una buena decepción. Esta serie supera mucho a la película de la cual sale en el aspecto humano. Aún así, cada quien debe juzgar por sí mismo, pero avisado queda.

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