¡Sorpresa! ¡Esta semana sí que hay
nuevo episodio de Modern Family! Porque con esta serie ya se sabe, nunca se sabe. Si en el capítulo anterior el protagonista fue Jay, por su cumpleaños, en esta ocasión ese honor lo comparte con los siempre impredecibles vecinos de los Dunphy. ¡Alerta spoiler!
Phil, Claire y algunos más del barrio están algo descontentos con una figura que unos vecinos han puesto en su jardín. Les parece algo obsceno y poco recatado; y Phil no puede vender la casa de enfrente con eso allí puesto. Para sorpresa de la pareja, sus vecinos Ronny y Amber tampoco la ven bien, y eso que nunca coinciden en nada.
Ante tal hecho inesperado por todos, invitan a cenar a los Dunphy, que no saben cómo terminan aceptando. La cena es algo todavía más inesperado, pues la pareja resulta encantadora, conocedora de vino y con un hijo estudiando música en la Juilliard de Nueva York.
En un momento dado de la cena, sin embargo, sale el Ronny de siempre y propone llevarse la estatua ilegalmente. Rápidamente, Phil y Claire rechazan la idea pues son "personas civilizadas". Después de ese distanciamiento, el camino de vuelta se vuelve muy tenso, hasta que al pasar por la estatua Claire hace parar el coche: Ronny tiene razón y la única manera de deshacerse de la estatua es haciéndolo ellos mismos.
Cuando todos se bajan a rodearla para llevarsela, descubrimos que Phil, que se ha quedado en el coche, se encierra dentro y decide que aquello se quedará donde está, porque no son nadie para robarla. Al final, cuando trata de arrancar el coche, se equivoca de marcha y lo estampa contra la figura, que termina echa pedazos por el jardín.
La principal trama de este episodio la comparten Cam y Jay. El primero invita a su suegro a participar con su equipo en un campeonato de bolos para suplir la baja de Maurice, su jugador estrella, que está indispuesto. Cam sabe perfectamente que Jay es bastante bueno, le necesitan para ganar.
Tal vez por ello mismo no le comenta que se trata de un campeonato gay. Cuando Jay se entera, intenta marcharse, pero Cam se lo impide a toda costa: sin él no podrán ganar y, lo más importante, no podrá hacer perder a su nuevo enemigo Martin (Oliver Platt). Al ver que es tan importante para él y que el tal Martin es bastante creído, Jay acepta a quedarse. Y la verdad es que ambos juegan bastante bien.
Todo funciona genial hasta que Martin empieza a sospechar que Jay no es gay, lo que supondría la descalificación de todo el equipo de Cam. A la desesperada, le cuenta a Martin que si Jay actúa tan raro es porque se ha fijado en él y le gusta.
Ante la nueva información, Martin empieza a bailarle el agua a su suegro. Y Jay sigue preocupado porque no parece lo suficientemente guapo para ser gay. Cam le contesta: "Perfecto. Inseguro y superficial, es un buen comienzo".
Cuando Jay se entera de que Cam ha mentido y todo por ganar, la verdad es que se siente complacido por su determinación y decide aparentar mucho más, llegando a sobre-actuar un poco allí en medio de la pista. Ya convencido, Martin decide lanzarse e invitar a Jay a cenar, propuesta que el hombre rápidamente rechaza.
Un triste Martin termina perdiendo el campeonato y la copa va a parar al equipo de Cam. Nos enteramos de que aquello es el quinto momento más feliz de la vida de Cam, despues de adoptar a Lily, casarse con Mitch, ganar el campeonato de fútbol del instituto y de sentarse detrás de Sarah Jessica Parker cuando fue a ver el musical Wicked.
Sin embargo, al ver tan desanimado a Martin, Jay decide contarle la verdad: es un buen tío y si le rechazó fue porque en realidad él es hetero. Cuando se destapa el pastel, el equipo de Cam es descalificado. ¿Logrará perdonar Cam a su suegro alguna vez?
Mientras Cam y Jay están en la bolera, Mitchell y Gloria están decididos a demostrar que no son ni unos aburridos ni unos viejos y deciden salir de marcha con Haley. Incluso se apuestan a ver quién trasnocha más. La noche empieza animada en casa y cuando aparece la joven y parece que van a marcharse, Haley les comenta que hasta medianoche no tenía pensado empezar la fiesta.
Mitch y Gloria entonces empiezan a bailar y comer con tal de mantenerse despiertos hasta que llegue la hora de salir hacia la discoteca. Entre bostezos, terminan quedándose dormidos antes de salir y Haley tiene que despertarles. Les propone salir otro día (de día), pero ellos están decididos a demostrar que todavía son jóvenes y alocados. Sin embargo, nada más poner un pie en la abarrotada sala, salen de allí corriendo.
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