Interstellar
Año:
2014
Fecha de estreno:
07 de Noviembre de 2014
Duración:
169 min
País:
Estados Unidos
Director:
Christopher Nolan
Reparto:
Matthew McConaughey, Anne Hathaway, Jessica Chastain, Michael Caine, Bill Irwin, John Lithgow, Casey Affleck, Ellen Burstyn
Distribuidora:
Warner
Hay
ciertos proyectos que nacen ya de lleno en la controversia.
Bien por la temática de la película, fenómenos mediáticos de por
medio, el carácter del autor de la película o de sus mismos fans.
Interstellar
ha sido uno de esos proyectos que se ha seguido por gran parte de
cinéfilos y/o “nolanistas” y la discusión estaba ya servida
incluso antes de poder verse la película, desde los trailers. Lejos
de querer meternos en semejante berenjenal que poco aporta al cine
propiamente, sí nos parece interesante y estimulante que de este
tipo de películas que despiertan tanto simpatías y amores como
repulsa o ninguneo, ofrecer dos visiones y no sólo una opinión
(subjetiva como todas, al fin y al cabo) de una de las dos partes.
Es por ello que, con Interstellar
vamos a inaugurar un apartado con la etiqueta “controversia”,
donde se recogerán en el futuro dos críticas sobre la misma
película pero con antagónicos puntos de vista.
Porque
“in medio, virtus” que dice el proverbio latino, conocer dos
puntos de vista dará una mejor visión de una película, sobre todo
de las controvertidas.
Aquí puedes leer la visión de Interstellar según Alejandro Rodera.
UNA
ODISEA EN EL ESPACIO-TIEMPO (por David Cabello)
Olvídense
de máximas que proclaman si es una obra maestra, si revoluciona(rá)
el género y demás frases gratuitas. Le hacen más mal que bien a la
película y además son cosas que muy difícilmente puedes decir así
a la ligera recién estrenada. Son cosas que el tiempo ya se
encargará de otorgar o no.
Eso
sí, si algo no se le puede negar a Nolan es oficio y amor por sus
proyectos.
Interstellar
es un guión de Jonathan Nolan que se ofreció a Steven Spielberg en
2006, pero que por estar a otros proyectos, al final tuvo que
rechazarlo. Así que ni corto ni perezoso, Jonathan se lo ofreció a
Christopher, su hermano. Éste colaboró en ciertas modificaciones
del guión hasta tenerlo a su gusto. Esto es curioso porque la
persona con la que fui a verla, al terminarla, me dijo que parecía
una película de Steven Spielberg, sobre todo por la parte final,
cuando curiosamente la parte final es una de las cosas que cambió
Nolan del guión original. Y como ya no habrá “versión
Spielberg”, entremos de lleno a hablar de lo que finalmente ha sido
el proyecto.
Aunque
seguramente esto le repatease las entrañas al bueno de Nolan, yo me
tomo Interstellar como
un parque de atracciones intergaláctico. Es decir, voy a pasármelo
bien, a que me seduzca y a dejarme llevar por la montaña rusa de
emociones, pero su veracidad y credibilidad sobre si tal teoría
cuántica o ecuación gravitatoria son aplicables o mero bulo para
envolver la trama me importa lo justo y necesario solamente. Y es que
se le ve tan empeñado en demostrar lo implicado que está en el
proyecto, que a veces desearías que tan solo se dejase llevar.
Quizás mi mayor pega para con Interstellar
sea esa, que haga el proyecto más suyo que del espectador, pero con
en plan autor “hago lo que me sale del pepino y si te gusta bien y
sino también” sino abriendo el proyecto para todos los públicos,
pero, en cambio, no confiando en absoluto en él. Esta idea la
explicaré más adelante cuando trate del final (sin spoilers,
tranquilos).
Se
nos presenta de forma adecuada la situación, quizás incluso con
prisas de entrar pronto en materia (seguro que hay quien no esté de
acuerdo conmigo en esto). Pero es que cuando entra es apabullante y
fascinante. Le veo el alma de esas películas de aventuras donde
parece que has hecho el viaje junto a los viajeros, y eso es lo
primordial que le pido al cine. Que sepa seducirme, hacerme soñar.
Desde Mèliés, el cine ha buscado mostrarnos mundos que el ser
humano aún no ha podido ver o jamás verá. Mundos ficticios,
pasados o futuros que pasan de la mente del creador al celuloide. Y
Nolan lo ha vuelto a hacer, una vez más, como tantos otros.
Los
personajes son sencillos, que no simples, ya que lo que se busca no
es profundizar en ellos, sino en la humanidad como conjunto. Se les
quita el carácter de individuos, y aunque se llamen Cooper y Murph,
son en realidad 'Padre' e 'Hija'. Y, como no, como toda aventura
espacial que se precie, tenemos un robot a bordo (esta vez, dos). La
trama, desprovista de florituras, es sencilla. Un viaje en busca de
salvar la humanidad. Y es que estas fórmulas universales son las
mejores para el cine que intenta llegar a cuanto más público mejor,
nos guste o no. Pero, repito, no hay que confundir sencillez con
simpleza.
A
nivel técnico, creo que poco hay que reprocharle. Esos mundos,
agujeros negros o las grandes nubes de polvo (reales, nada de
digitales) confieren una ambientación única e hipnótica. Y acompañados por, lo que es para
mí uno de los elementos más destacados sin duda de la película,
una banda sonora activa en todo momento. Un personaje más que nos
empuja y nos mantiene enganchados constantemente. Los hay a quienes
la banda sonora les parece demasiado intrusiva, pero a mí
personalmente no me sobra, todo lo contrario. La película no tendría
la misma fuerza de no ser por Hans Zimmer, y Nolan lo sabe.
Pero
como toda montaña rusa, llega la bajada, que aquí llega en el
último tercio del film. Ahí es cuando entra Nolan y su manía de
sobreexplicarlo todo y es incapaz de conferir un final abierto, como
creo que pedía a gritos la obra. Y se explaya además, lo estira
demasiado, en ese afán de hacer el proyecto tal y como él lo ve, no
dejando que cada uno lo acabe como le dicte su corazón o moral.
Incluso hay algunos momentos en que hay que apelar a una fe ciega
para creerte lo que te muestran, es el precio que hay que pagar. O
entran en el juego o no, no hay otra vuelta de hoja una vez llegado a
ese punto.
Es
por ello que Interstellar
me dista de ser lo mejor que nos ha dado el cine en 2014, pero es un
bache que no es lo suficientemente empinado ni duro como para
descarrilar por completo el viaje. Un viaje que, ante todo, merece
ser disfrutado. Y mejor en pantalla grande, sin duda.
7,75/10
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