Una
semana más, Mentes Criminales ofrece otro escalofriante capítulo, en el que
aparece un nuevo asesino en serie de lo más singular. ¡Cuidado chicos! porque
en este caso el equipo se tendrá que enfrentar a un criminal que va a ir
matando a diversos estudiantes, concretamente varones. ¿Quieres saber cómo
resolverán este caso? Te animo a que sigas leyendo. ¡ALERTA SPOILER!
¿Nos
aferramos a la realidad o nos dejamos inducir en los sueños? Si la pregunta
fuera a un niño, la respuesta sería bastante clara, los sueños los permiten
desarrollar la ilusión y para ellos, durante un tiempo, es su forma de afrontar
la vida. Si esta misma pregunta se dirigiese a una persona adulta, la mayoría contestaría
aferrarse a la realidad porque los sueños frenan el avance de la misma. Sin
embargo, la respuesta que daría un psicópata a esa pregunta realmente es
desconcertante.
En este
sentido, esta semana descubrimos un nuevo asesino, se trata de una mujer que,
inducida en el cuento de Cenicienta, conoce a distintos chicos con el objetivo
de llevar a cabo ese sueño del “príncipe azul” pero cuando algo sale mal, acaba
matándolos. Este afán de conseguir al chico ideal viene provocado porque en su
niñez fue abusada por su propio padre y, como consecuencia, tuvo que abandonar
su casa y fue adoptada por otra familia.
La
UAC investiga los dos asesinatos que ha realizado hasta el momento y descubre
un modus operandi de lo más curioso. La asesina mata a sus víctimas con
multitud de puñaladas y los introduce objetos como móviles o relojes donde
marca las 00:00 horas, a medianoche. Este mensaje impulsa a pensar que a partir
de esa hora es un día nuevo donde ella puede encontrar otro chico perfecto. Además
el forense descubre una herida en el cuello, de la que Reid establece que ha
sido provocada por el tacón de un zapato y que sirve para dar el perfil
completo de la criminal.
Como
se puede apreciar, la trama del episodio continúa con rasgos similares a la historia
paralela de Cenicienta y el final no podía ser de otra forma que continuando
dicha fantasía y, además, de una manera lo suficientemente lograda. El equipo
localiza a la asesina y, de nuevo, Reid la atrapa haciéndola creer que la
realidad es un sueño donde ella es Cenicienta y éste es su chico ideal, que la
ofrece su zapato de cristal y la acerca en su carruaje.
“El
don de la fantasía significa más para mí que cualquier talento para el
pensamiento positivo abstracto”. Esta frase final de Albert Einstein refleja en
cierto modo esa forma en la que se soluciona el caso, haciéndonos ver que probablemente
no se hubiera conseguido de otra manera.
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