I was wondering if after all these years you'd seguir viendo Águila Roja todavía.
Si es que sí espero que estés preparado para el final de la serie, ahora_si_definitivo_ok3.doc. Si no, pero tienes curiosidad por saber cómo acaba... ¿estás seguro de eso? Si, por un casual, eres Adele, y diva y reina olé tú.
A lo que iba yo, señoras, señores y todo lo que cabe enmedio, ÁGUILA ROJA HA VUELTO. Y lo hace por la puerta grande, con su recta final, en su día natural de los jueves y tocándole los pies a Gran Hermano. Porque seamos sinceros, qué puede pasar en Gran Hermano que no haya ocurrido o tenga pinta de ocurrir en nuestra serie drama-histórico-inventado-ninja-unpocosubidodetono preferido.
El capítulo de ayer que me dispongo a diseccionar -como siempre- es el número 110. O, mucho más en perspectiva, el séptimo por el final. Sí, ya solo nos quedan SEIS (6) para que esto se acabe, así que vamos a disfrutarlo al máximo recalcando cada oyoyoy y subrayando cada OMG que nos encontremos. ¡Alerta spoiler! Ah, que si no sabes cómo nos quedamos porque te has pasado dos meses locos en Ibiza (suerte la tuya) tienes aquí el recap anterior. Y abajo mi perfil, para que me invites a la próxima.
Ni se rozó
Después de TRES MINUTAZOS de remembering de lo que ya hemos visto, la serie retoma el vuelo con Satur volando. El señor le pide a Dios una señal y parece que este le contesta con un resbalón tejado abajo. Eso sí, parece que el criado tiene una nueva misión: por un lado, hacer ver a Gonzalo que su padre no tiene nada que ver con lo que pasó de pequeño y, por otro, rejuntarle con Margarita, que anda desaparecida por los bosques madrileños.
El Águila sigue muy enfadado con el Rey y descubre una nueva pista: aquel señor que antes de morir escribió en el suelo 'ROMA' se refería a una calzada romana en la que el maestro/geólogo descubre en una piedra una carta escrita por él, en el que confesaba su culpabilidad. Una carta, 30 años en un camino, y como nueva. Es lo que tiene lo viejo, que aguantaba todo mucho más.
¡Ah! Y en un nublao de Gonzalo, por cierto, casi mata a Alonso mientras pensaba que estaba ahogando a su padre. Y ya está, eso es todo lo que sale Alonso en este episodio, muchas gracias por otra gran interpretación. Otro que reaparece, por cierto, es el niño chino. Está en pantalla tres segundos, pero ya es el mejor comeback de la temporada. Por cierto, para buen comeback el de Vanesa Martín con su nuevo sencillo Complicidad, ya disponible en iTunes.
En fin, que Satur decide que para su misión múltiple necesita de un ayudante y a mano solo tiene a Cipri. Que parecerá que no, pero en realidad es el que termina averiguando dónde está Margarita, aunque sus métodos son un poco... cuestionables. Lo sabe por la bragafaja de una vecina, que tiene una margarita bordada, sello personal de la desaparecida. No he pillado yo el medio minuto olisqueando la prenda, pero bueno.
Solo tiene que tirar del hilo (chispa) para descubrir que Marga vive ahora en una cabaña en el bosque muy pintoresca, en plan Blancanieves. Eso sí, cuando se desplazan allí los dos se enteran por un vecino cotilla que está embarazada, algo que ya sabíamos (al final no eran gases). Ellos, sabiendo que con Gonzalo "ni se rozó", pues deducen que la criatura es de un tercero. Y quedan en no contar nada. Aunque eso de que "ni se rozó"... que yo recuerde hubo roce y regoce.
Tronista
Gonzalo, por cierto, se cuela en la alcoba del Cardenal Mendoza, ¡para rescatar al Monseñor que todo este tiempo se ha alimentado de termitas! NO. Va a buscar pistas de lo de su padre y termina enterándose de que Hernán va a por todas y quiere ser Rey ("que es tronista" dice Satur, ¡adelante Emma García!). Nosotros al menos nos enteramos de que Mendoza se la quiere jugar al Comisario: él le apoya en sus aspiraciones, pero en realidad quiere venderle a Francia para ser Papa.
Lo de Marga no ha salido bien, oye, pero Satur al menos se empeña con lo de demostrar la inocencia del Rey y termina en un club de boxeo repleto de señores aceitados. Allí pregunta por en señor, hijo de una trabajadora real, pero a cambio recibe una puñalada muy chunga en un costado (este señor las heridas que no se las cosan, que le pongan velcro). Le salva de morir no otro que Malasangre, que por cierto le confiesa que es él quién le mandó a su amo los documentos del Rey. Se presta a ayudar, a cambio de saber toda la historia. ¿Qué hará ahora él con toda esta valiosa información?
Lo más surrealista del capítulo, sin duda, es lo siguiente: los antiguos consejeros del Rey se dan cuenta de que les están cazando uno a uno, así que deciden juntarse todos en un bosque en plena noche. Claro que sí, poniéndoselo difícil al Águila. Por supuesto, el héroe se presenta allí y les da matarile a todos, menos a uno que llega tarde y le apunta con un arma. Este señor no solo no le dispara, sino que le confirma que todo lo que hicieron con su madre fue a espaldas del Rey.
Vamos, que su padre -según ese señor- es inocente. Es todo muy surrealista porque el señor este se va por dónde ha venido, y nos quieren vender todo como un final feliz pero vamos, que a lo mejor si hubiese preguntado antes de matar nos hubiesemos enterado de esto cuatro capítulos atrás. Con esta nueva información, Gonzalo decide escribirle una carta al Rey, muy emotiva y eso, que termina apuntando a un posible reencuentro entre ambos. ¿Sucederá?
Jugar conmigo es perder
Este capítulo también nos deja otra jugada apasionante de la Marquesa, cuyas primeras frases echan a volar nuestra imaginación (y palomas al vuelo) cuando le confiesa a Soledad que borracha hasta le tienta un arrejunte con ella. Sole, por supuesto, no tarda en contestar animosa que al menos eso no lo tiene prohibido, mientras cruza los dedos y -suponemos- hace otro pedido de agua con misterio. En esas llega a palacio un bonito y caro collar, que Lucrecia supone que es regalo de Hernán, pero que por supuesto no es para ella sino para una de las trabajadoras de La Deleitosa, donde el Comisario se pasa las noches dándole al asunto.
La Marquesa tiene un encuentro muy tenso con Anaïs, que resulta que ni es ella la que retoza con su esposo, pero bueno. Su venganza, claro, resulta terrible: junto a Sole terminan junto a una pila de muertos, uno de ellos con el "mal francés" (sífilis, he tenido que buscarlo, y no os lo recomiendo). Con una pluma, consiguen una muestra de líquido y ya vemos por dónde va su maléfico plan. Sole se presenta con la pluma contaminada en La Deleitosa, preguntando por una supuesta sobrina. ¿Será "La Jorobada"? ¿La "Dos Manos", tal vez?
Momentazo cuando Flora antes le dice a ella que no da el perfil, mo-men-ta-zo. La criada se las apaña para encontrar a la chica en cuestión y muy poco sutilmente le pincha con la pluma, infectándola. Eso sí, iría muy despistada con las vistas, o se quedaría un rato, porque se le olvida la pluma allí mismo, en la escena del crimen. Más tarde, Flora la encuentra y se huele lo que ha pasado, así que avisa corriendo a Anaïs.
Pero es tarde, porque la muchacha ya estaba de vuelta al lío con Hernán, que en seguida hace llamar a un médico. Lo que éste le cuenta es un poco... un poco que mejor morirse. Pero Lucrecia parece que se sale con la suya, porque al Comisario de repente le apetece quedarse a cenar en casa. ¿Acaso ha conseguido la Marquesa labrar esa grieta que tanto quería en su nuevo marido?
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