Título original:
Le petit prince (The little prince)
Año:
2015
Fecha de estreno:
09 de Septiembre de 2016
Duración:
106 min
País:
Francia
Director:
Mark Osborne
Reparto:
Animación (Voces de Jeff Bridges, Rachel McAdams, Paul Rudd, Marion Cotillard, James Franco, Benicio Del Toro, Ricky Gervais, Bud Cort, Paul Giamatti, Riley Osborne, Albert Brooks, Mackenzie Foy)
Distribuidora:
Wanda Vision
A estas alturas, decir
que El principito es el libro francés más leído y traducido
de todos los tiempos creo que no es mucha sorpresa, aunque no deja
parecerme maravilloso que sea un éxito y tenga tanta trascendencia
mediática una obra que va en contra del culto al negocio, la
mecanización y sistematización de la vida. Paradojas. Antoine
Saint-Exupéry, basado en pripias experiencias suyas como aviador en
la Segunda Guerra Mundial, nos dejó en 1943 esta obra imperecedera
que dejó huella entre muchísimos otros, en Mark Osborne, director
de Kung Fu Panda. Este, quien tiene un recuerdo especial de la
obra junto a su esposa, acogió con especial agrado esta
adaptación/reinterpretación del libro, a mi parecer con mucho
acierto.
Y podría empezar
aclarando ese aspecto precisamente. La película de Mark Osborne no
es exactamente una adaptación del libro de forma literal. Más bien
reinterpreta el libro de Saint-Exupéry cogiendo su magia para
revestirlo de obra contemporánea, pero su mensaje sigue igual de
vigente, y, dicho sea de paso, es un hermoso homenaje. La verdad es
que esto es más interesante que una adaptación en sí, sea cual sea
el resultado final, pues le otorga un plus creativo. Además,
visualmente la película gana con esto, teniendo una animación 3D
para la historia de la niña protagonista (el mundo real) y luego un
stop motion clásico y bello para recrear los pasajes propiamente del
libro (el mundo imaginario).
La película nos sitúa
desde una visión menos fantasiosa y más realista, el de una niña y
su madre, donde esta última ya ha organizado la vida de su hija para
que pueda entrar en la prestigiosa academia Warth y tenga éxito en
su vida. Pero gracias a un vecino, un abuelo un tanto loco pero
entrañable (alter ego del que podría haber sido el escritor
Saint-Exupéry si hubiera llegado a viejo) descubrirá la historia de
El principito y a ver la vida con otros ojos. Con esto, y al igual
que el libro, se erige como esa buena mezcla de continente en
apariencia para niños con contenido realmente para adultos (o para
todos los públicos, también), que poco desmerece a otras de grandes
compañías como Pixar. De hecho, si como a mí en algún tramo os
encontráis con cierto aroma a Ratatouille que no os extrañe,
la deliciosa banda sonora tiene varias canciones de Camille, quien ya
deleitó nuestros oídos con Le Festin bajo la estampa
parisina en la obra de Pixar.
Incide en el mensaje de
que en el mundo adulto sólo importa lo "práctico", y no
se preocupan tanto del bienestar emocional. El aprendizaje interior
debería ser igual de importante (o más) que en enfoque productivo
hacia la sociedad. Porque primero de todo somos personas, y luego ya
individuos de la sociedad, no al revés. Y esto queda patente desde
sus primeros compases, cuando un plano aéreo nos muestra un mundo
cuadriculado, donde esta figura geométrica es una constante. Luego
vemos a una madre y una hija esperando para una entrevista de una
prestigiosa academia de estudios, con un discurso mecanizado... pero
que al final no sale según lo esperado, y eso que la respuesta a la
famosa pregunta estaba todo el rato alrededor suyo (los cuadros de la
sala de espera). Esta breve escena cómica ya es toda una declaración
de intenciones sobre su mensaje final. Tampoco creo que sea
casualidad que dos de las acciones que empiezan a perturbar la
monótona cotidianidad y mecánica vida que lleva la niña sean una
hélice y un avión de papel, dos elementos que hacen referencia al
vuelo, pues dejar volar la imaginación es el primer paso que hay que
dar para entender la historia de El principito.
Sus dos primeros actos
están a gran altura, muy inspirados, pero el tercero decae un poco,
presentando a un Sr. Prince demasiado ridículo e idiotizado.
Igualmente no perjudica demasiado a la película porque la historia
de fondo está bien hilada y bien relatada, pero deja esa leve
sensación de que podría haber sido magnífica, aunque se quede en
notable (que no está nada mal!).
Después de varios
desbarajustes en la distribución, es una suerte que por fin vaya a
poder estrenarse la película en la gran pantalla y disfrutar de una
obra que tiene en consideración cualquier detalle. Una película
que, al contrario que "en el mundo de los adultos", aquí
los créditos van de abajo hacia arriba, porque el final no es el
suelo, sino las estrellas.
Mark Osborne demuestra
que El principito sigue conquistando corazones a su paso.
Enseñando a niños a ver lo invisible, recordando a mayores lo que
ya han olvidado.
Yo no olvido cómo llegué
a El principito, gracias a una de esas personas que hacen que
el título de 'maestro' tenga cierto peso, ya que no se limitan a
abrir el libro de lecciones y a recitar las palabras que allí están
escritas, sino que te enseñan, de la asignatura y de la vida, y te
hacen desear aprender. Para mí, ese maestro fue Ovidio Calero (si
por azares de la vida llega a leerme, mis más sinceras gracias por
todo). Grecia, Homero, el latín y El principito siempre me
evocarán a él como el zorro siempre verá al principito en los
dorados campos de trigo. Y es que el problema no es crecer, sino
olvidar.
7,5/10
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